sábado, 25 de abril de 2009

Antoni Muntadas

REPORTAJE: EL RINCÓN
Un artista 'on the road'
ANDREA AGUILAR 25/04/2009



Trabaja de día y de noche, "soy bastante workholic", afirma Antoni Muntadas. Ahora expone en Madrid y en Barcelona


Se define como un artista posestudio. Él lleva su trabajo a cuestas. Ésta ha sido la dinámica de Antoni Muntadas (Barcelona, 1942) desde que se trasladó a Nueva York en 1971. En esa ciudad tiene su base de operaciones: un loft en Tribecca. "Tres calles más arriba o más abajo. Mi radio en esta ciudad se ha concentrado en 300 metros", explica. No puede decirse lo mismo de su obra. Sus proyectos se prolongan durante décadas, su forma muta y crecen geográficamente, englobando distintos países y ciudades, adoptando una perspectiva poliédrica. En Manhattan, su loft combina lo doméstico y lo profesional. "Esto me permite trabajar de día y de noche. La casa-estudio crea situaciones separadas, pero inmediatas. Soy bastante workholic, todo lo supedito al trabajo". Su jornada empieza por la mañana y se prolonga hasta las ocho de la tarde. El resto del día lo dedica a ver a los amigos y las exposiciones, aunque no acaba siempre de desterrar el trabajo nocturno. Confiesa que empieza cada proyecto sin saber adónde llegará. Unas grandes estanterías de metal -repletas de carpetas y cajas y cubiertas por unas blancas cortinas- hacen las veces de muro. A un lado queda la zona de estar y la cocina cuya mesa sostiene el proyector con el que Muntadas revisa su trabajo. Al otro, se abren dos ventanales y se encuentran los archivadores donde guarda sus papeles, una caja de luz que le permite estudiar los negativos, y un par de escritorios. "Atención: la percepción necesita colaboración", dice el adhesivo pegado a la impresora, contigua a uno de ellos.



A Muntadas le gusta simultanear proyectos. En Madrid expone hasta el 23 de mayo una serie de fotografías en La Fábrica. En Barcelona presenta hasta el 5 de mayo On translation: Paper BP/MVDR, en el Pabellón Mies van der Rohe. Este encargo le llegó hace tres años y con él ha retomado una idea en la que trabajó en los setenta: la intervención olfativa. "Quería reproducir el olor a papel amarillo, de archivo; el olor a memoria mezclado con el del papel couché de revista de arquitectura". Además, Muntadas trabaja en un proyecto en Estambul y otro en São Paulo e imparte clases en el MIT y en Venecia. "Trabajo on the road. Creo estudios allí donde voy, con gente, sobre el terreno. Busco buenas mesas y si no en el suelo. Distribuyo montañas de papel". Ya lo dijo hace unos años Mark Wigley, decano de la Escuela de Arquitectura de Columbia: "Muntadas es una ciudad más que una persona; es una red de espacios de intercambio que funciona a lo largo de periodos prolongados".

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