martes, 17 de febrero de 2009

EDUARDO BERTI - LA NACIÓN

Por Eduardo Berti
Para LA NACION - Madrid, 2009



Julio Cortázar siempre planteó con gran claridad la diferencia, a su juicio, entre novela y cuento. En numerosas entrevistas comparó la novela con el cine y el cuento con la fotografía, aun cuando -por esas paradojas que abundan- fueron sus cuentos los más llevados al cine, incluso aquellos que ponen en acción a un fotógrafo.

En otras ocasiones dijo que si una novela es un árbol (con un tronco central, es cierto, pero con profusas ramificaciones), un buen cuento debería asemejarse a una esfera perfecta o, mejor todavía, a una "máquina infalible", como puede leerse en "Del cuento breve y sus alrededores" ( Último round ).

De los representantes arquetípicos del llamado "boom latinoamericano", ninguno como él logró posicionarse con igual reputación en términos de cuentista y de novelista, ninguno con la célebre excepción de Gabriel García Márquez, cuyos cuentos y novelas (salvo la innegable primacía de Cien años de soledad ) han sido valorados más o menos por igual. Algo no tan distinto ocurre en el ámbito de la literatura argentina escrita a partir de mediados del siglo XX: Jorge Luis Borges, Silvina Ocampo, Ángel Bonomini o J. R. Wilcock fueron y son clasificados como cuentistas; Ernesto Sabato o Leopoldo Marechal, como novelistas. Entre los primeros y los segundos, sólo contados autores, por ejemplo Adolfo Bioy Casares o Marco Denevi, plasmaron textos de peso indudable en uno y otro terreno.








Aparte de conocer los rasgos inherentes al cuento y a la novela, Cortázar también sabía que, en términos de impacto o de alcance, el cuento siempre cargó con una reputación de "marginal", acaso no tanto en el Río de la Plata (cuenca de cuentistas, como se acostumbra afirmar), pero sí en el resto del mundo, sin excluir España. Consultado sobre la relativamente poca repercusión de la obra de Juan José Arreola o de Felisberto Hernández (dos magistrales cuentistas cuya mirada no dista de la suya), Cortázar solía sostener que esto acaso se debía a que ambos se habían consagrado sólo de forma excepcional a la novela.

"La novela es el gran medio de comunicación y de conocimiento literario", puede leerse en una entrevista que le hizo el periodista Hugo Guerrero Marthineitz, allá por diciembre de 1973, y recogida en el libro Confieso que he vivido y otras entrevistas (LC Editor, 1995). "El lector en general, y el editor también, tienen una preferencia intuitiva por la novela."

En los últimos años se ha instalado la opinión de que las novelas de Cortázar no han envejecido de forma tan digna o saludable como su obra cuentística (casi lo opuesto, quizá, de lo que parece ocurrir en el caso de Bioy Casares). A partir de esa convicción, parece tentador y hasta fácil afirmar que Cortázar fue en esencia un cuentista o que sus novelas son, en definitiva, las películas de un fotógrafo. La cantidad de novelas que escribió Cortázar (y la constancia con que lo hizo) bastarían para desmentir esta idea. Sin embargo, no es menos cierto que sus incursiones novelísticas eludieron de diversas maneras los rasgos típicos del género, a tal punto que el libro paradigmático en este campo, Rayuela , suele leerse todavía como un modelo de "antinovela". A diferencia de lo que sucede en sus cuentos, en las novelas de Cortázar la novedad formal se exhibe de modo mucho más enfático o explícito. Algo de esto quiere decir Gonzalo Garcés en su texto "Instrucciones para criticar a Cortázar" ( Letras Libres , junio de 2004), deteniéndose sobre todo en Rayuela:


¿Obra abierta? ¿Lector activo? En realidad toda obra es abierta, todo verdadero lector ha sido siempre activo.
Y sin instrucciones de ningún tipo siempre ha habido quienes lean en el orden que les da la gana. Cortázar empieza por asestarnos un tablero de dirección y en adelante las palabras "búsqueda" y "libertad" no dejan de machacar hasta asegurarse de que hemos interpretado la novela correctamente. No hay totalitarismo que no tenga la liberación por divisa.


Acerca de Borges, Paul Auster sostuvo hace poco, en diálogo con Tomás Eloy Martínez ( adn cultura, 11 de agosto de 2007), que "su mayor fuerza radicaba en que conocía sus límites" y que por eso mismo no se aventuró jamás a escribir una novela. La teoría no es nueva: un escritor con oficio y, de ser posible, con cierta autoconciencia suele (debe) conocer sus límites; más aún, la pericia literaria suele basarse en cómo trabaja estos límites o, puesto en términos más prosaicos, en cómo se las rebusca con ellos.

Cuentista nato (cientos de veces confesó que las ideas para sus relatos solían tomarlo por asalto, "al margen de mi voluntad" o aun en "estado de trance"), más a gusto en la exploración de los misterios cotidianos que en la odisea de una épica, en los abruptos y acotados "saltos" o "pasajes" que en las extensas travesías, Cortázar no se limitó a concebir sus novelas como cuentos "alargados" (lo que se advierte, a menudo, en la obra de otros autores), ni tampoco las forjó como una secuencia de cuentos en torno a una unidad espacio-temporal (la inteligente solución, entre otros, de Ray Bradbury en sus Crónicas marcianas ). Existe, desde luego, el caso de "El perseguidor", una rara avis por su extensión intermedia, próxima a lo que Henry James denominaba nouvelle . Pero en cuanto a la novela propiamente dicha, a grandes rasgos Cortázar enfrentó y resolvió sus límites (volviendo a la noción de Auster) por medio de dos estrategias primordiales: la "acción pospuesta" y el "cajón de sastre".

El primer camino, el de la acción pospuesta, consiste en postergar cierto acontecimiento prometido o sugerido, pero en todo caso esperado por el lector, hasta un punto que por lo común excede incluso el final del libro: el relato se expande y "alarga", sí, aunque de manera no tradicional (la estratagema incluye muchas veces la decepción o la no concreción de expectativas instaladas por la trama), y esto es lo que ocurre en las primeras novelas de Cortázar, en Los premios y ante todo en El examen . En cuanto al segundo camino: que una novela puede ser un "cajón de sastre", un gran baúl en el que cabe casi todo, es una certera imagen acuñada por Pío Baroja y es lo que postula hasta la audacia Rayuela , aparte de su fragmentación, de su estructura ingeniosa y de su exhortación a un lector activo (a un lector cómplice), todo esto en la línea de "obra abierta" que más tarde proclamaría Umberto Eco.

En simultáneo con estas estrategias, conviene tener presente que todos los libros de Cortázar no hechos de relatos ortodoxos (desde una novela nada convencional como El libro de Manuel o un lúdico diario de viaje como Los autonautas de la cosmopista hasta esos "almanaques" o libros de misceláneas que son Último round , La vuelta al día en ochenta mundos o incluso Un tal Lucas ) podrían alistarse dentro de lo que Juan José Saer supo identificar como "una de las tradiciones vitales de la literatura argentina": la de las obras singulares que, de igual modo que los poemas narrativos de Juan L. Ortiz, los ensayos de Borges o el Museo de la Novela de la Eterna de Macedonio Fernández, "no entran en ningún género preciso" (ver El concepto de ficción , Ariel, 1998) y que, más aún, impugnaron o extendieron los límites del "horizonte de expectativas" literarias, por hablar de lo que esperan los lectores de algunos libros o géneros.

"Hay ciertos temas que no se pueden tratar como cuentos, sino que exigen un desarrollo novelístico.
Cuando se quiere ahondar en ciertos personajes o mostrar sucesivas etapas en una situación dada, el cuento no sirve", explicaba Cortázar en la entrevista que le hizo Guerrero Marthineitz, otra manera de decir que "cada expresión comunicable reclama su forma, es su forma", como escribió en "Sobre las técnicas, el compromiso y el porvenir de la novela", texto originalmente publicado en El escarabajo de oro , en noviembre de 1965. Lo llamativo, en la obra de Cortázar, es que el novelista y el cuentista (con todo lo artificial de esta división, máxime al tratarse de alguien que hablaba de "la bancarrota de los géneros") plantean diferencias que sobrepasan los matices lógicos o "naturales" entre un género y otro. Por supuesto que sus cuentos tienden a limitarse a un hecho central y no a una pluralidad de incidentes; por supuesto que sus novelas causan la ilusión de estar ocurriendo en presente, mientras que los cuentos parecen rescatar hechos pasados. Esto podría aplicarse sin problemas a la obra de muchos otros escritores. Sin embargo, hay una diferencia específica entre el Cortázar cuentista y el novelista: los personajes y narradores de los cuentos parecen contemplar el mundo como si no lo entendieran (incapaces de descifrar la compleja y absurda pesadilla de la cotidianidad), mientras que los personajes de las novelas tienen mil y una teorías a boca de jarro. Expresado de otro modo: la desconfianza ante las certezas aceptadas por consenso social puede asemejarse, pero la respuesta no es idéntica.

En los cuentos de Cortázar, se sabe, el "extrañamiento" es moneda corriente y acaso la manifestación de otra "esperanza": que las cosas podrían ser de manera distinta; que las convenciones son provisorias, arbitrarias. "Siempre he sabido que las grandes sorpresas nos esperan allí donde hemos aprendido por fin a no sorprendernos de nada", reza "Del sentimiento de lo fantástico" (texto de La vuelta al día en ochenta mundos ). Cuando se habla de "extrañamiento" cortazariano, suelen citarse algo de memoria los mismos ejemplos.

Tanto en las "Instrucciones para subir las escaleras" ( Historias de cronopios y de famas ) como en "No se culpe a nadie" (el cuento del hombre que no termina de ponerse su pulóver), un acto banal, algo que bien podría cumplirse de manera irreflexiva, es explicado o ejecutado de forma tan minuciosa que acaba por desfamiliarizarse. Esto, huelga decir, es "Cortázar básico", pero conforma en simultáneo una de las reglas doradas del llamado "neofantástico". En estos casos, como creía Bioy Casares, lo fantástico se halla menos en los hechos que en el "razonamiento", más en el sujeto (en el hombre) que en lo "fantasmal" o en las así llamadas "fuerzas ocultas".

Ahora bien, resulta muy revelador cuando Cortázar obra al revés: cuando en lugar de complicar o "extrañar" un hecho habitual, familiariza un hecho excepcional. Es el caso de un cuento como "Los amigos", incluido (lo mismo que "No se culpe a nadie") en su libro Final del juego : un hombre debe matar a otro que años atrás fue su amigo. Todos hemos subido y bajado una escalera, todos nos hemos puesto un pulóver, pero matar es otra cosa. En un texto convencional, este solo punto de partida hubiese planteado un conflicto: ¿cómo asesinar a alguien, mucho menos a una persona que hemos querido bien? Lo inquietante de "Los amigos" es que el personaje central no siente el mínimo remordimiento. Se ha vuelto un asesino a sueldo y se ha deshumanizado hasta convertirse en una máquina de matar, hasta perder su nombre (Beltrán) y pasar a ser, dentro de la "organización", el Número Tres. Si algo sorprende al Número Tres, son los detalles "técnicos" de la orden que ha dado el Número Uno: el lugar y el horario escogidos para el crimen. Tan sólo eso.

"Los amigos" no es un cuento fantástico ni busca serlo. No obstante, en sus pocos párrafos no tropezamos únicamente con la óptica del "extrañamiento", sino que en su desenlace Cortázar echa mano a un ardid que es todo un sello en su obra cuentística: el "salto al otro lado". Vladimir Nabokov, tan aficionado a ponerles nombres ajedrecísticos a las tácticas narrativas, habría hablado quizá de "enroque". El asesino, escribe Cortázar en "Los amigos", piensa de pronto "que la última visión de Romero había sido la de un tal Beltrán, un amigo del hipódromo en otros tiempos". La misma cosa se detecta en "Axolotl" (cierto hombre mira hechizado a los peces, pero al final hay un cambio de perspectiva y vemos al hombre desde el interior de la pecera) y hasta ocurre con variantes en "La noche boca arriba" o en "Las puertas del cielo" y sus "zonas de pasaje" ("vasos comunicantes", prefiere decir Mario Vargas Llosa): sus saltos temporales y geográficos de París a Buenos Aires y viceversa.

¿Qué indica o confirma un cuento como "Los amigos"? Que la diferencia entre el Cortázar novelista y el cuentista no yace en que el segundo sea "fantástico", como varias veces se ha dicho. Toda la obra cortazariana, sin distinción de géneros, se opone "a ese falso realismo que consiste en creer que las cosas pueden describirse y explicarse como lo daba por sentado el optimismo filosófico y científico del siglo XVIII", según palabras del propio Cortázar. La diferencia radica, más precisamente, en que la desconfianza hacia lo "normal", "usual", "real", o como quiera etiquetarse, se manifiesta de forma distinta en los cuentos o en las novelas. Y en que ello es el fruto de estrategias también distintas, de narradores diferentes.

La abundancia de puertas condenadas es una poética que define más al cuentista de la escala minúscula y de la perspectiva restringida que al novelista de los vastos espacios urbanos (el París de Rayuela , el Buenos Aires de El examen ) y de las múltiples teorías. Quizá no sea casual, por lo tanto, que en la novela que a criterio actual ha soportado mejor el paso del tiempo ( Los premios ) pueda encontrarse un elemento espacial, como la misteriosa popa del barco, que remite al universo de los cuentos, a ese "otro lado" oscuro e ignoto de "Casa tomada" o a la "pieza de al lado" del cuarto de hotel de "La puerta condenada".

En la misma entrevista con Guerrero Marthineitz, Cortázar indica que se "embarcó" en la escritura de una novela toda vez que sintió la "necesidad de hacer un viaje largo", dado que los cuentos suelen equivaler a "pequeños cruceros". El verbo (embarcarse) es por lo menos curioso, si se piensa que la primera novela que publicó ( Los premios ) giraba en torno a un prometido crucero marítimo, que la historia de El examen desemboca en otro barco y que su partida a Francia (punto de inflexión decisivo en su vida y su obra) significó un cruce océano: mitad partida y mitad regreso, puesto que su nacimiento, algo por azar, se había producido en Bruselas.

Los premios, primera novela publicada por Cortázar, data de 1960. La segunda, Rayuela, es del año 1963
. Antes de ambas, había dado a conocer tres libros de cuentos ( Bestiario , 1951; Final de juego , 1956; Las armas secretas , 1959) que lo consagraron como un maestro de la forma breve. El rescate en 1986, tras su muerte, de una novela inédita llamada El examen (y de un libro complementario de ésta, el Diario de Andrés Fava ) no sólo obligó a otra lectura de esta cronología (ahora ya no sería un Cortázar ciento por ciento inmerso en el cuento el que de pronto se "embarcó" en dos novelas, a comienzos de los años sesenta), sino que instaló además un nexo impensado y un antecedente clave entre Los premios y Rayuela, entre la estrategia de la "acción reportada" y la del "cajón de sastre" (Carlos Fuentes llegó a hablar de "caja de Pandora" al referirse a Rayuela).

El examen narra una historia falsamente simple: dos jóvenes estudiantes de letras (Juan y Clara) forman una pareja y, mientras se pasean por Buenos Aires durante la víspera del examen final de su carrera universitaria, se encuentran con su amigo Andrés Fava, poeta, con su compañera Stella y con un quinto miembro del clan, un periodista al que apodan simplemente "el cronista". Las calles, los cafés y los rincones de Buenos Aires son palpables en la novela (es el "amor por las ciudades", característico en Cortázar): Tribunales, el Luna Park, Plaza de Mayo, Parque Centenario, etc. Buenos Aires aún es recorrida por tranvías y la gente usa el pelo engominado, pero no estamos en una novela ciento por ciento realista. A diferencia de tantos cuentos suyos donde lo extraño aparece con gran sutileza, como una grieta de la "normalidad", en El examen lo realista se resquebraja por obra de fenómenos inexplicables y no lejos de lo alegórico. Una bruma inquietante, una neblina que acaso no es neblina "sino otra cosa" cubre la ciudad y el gobierno está efectuando unos análisis científicos al respecto: otro examen, por así decirlo, cuyo resultado jamás verá la luz. En simultáneo, una epidemia de hongos se ha declarado a causa de la humedad y amenaza a los libros y a los empleados de la librería El Ateneo, lo que conduce a Andrés Fava a reflexionar que un libro puede morir como un hombre.

El examen se vincula con Los premios porque en sus páginas se plasma el mismo mecanismo de "dilación" que tanto empleó Kafka y que Borges destacara en El desierto de los tártaros , la gran novela de Dino Buzzati; en éste último, así como en el Beckett de Esperando a Godot, como metáfora de absurdo y vacío; en Kafka, se ha sugerido, como metáfora de Dios.

Del mismo modo que en Los premios había un objetivo inalcanzable (el viaje en barco), aquí jamás tendrá lugar el examen al que Juan, uno de los personajes principales, tilda de "punto fijo" o de meta a la que dirigirse. (Otra hipótesis: mientras que en las novelas de Cortázar los personajes van en busca de los acontecimientos, en los cuentos suelen ser los acontecimientos los que atropellan a los personajes en el marco de sus rutinas.)

Joaquín Roy ( Julio Cortázar ante su sociedad , Península, 1974) ha dicho que el tema preponderante en las novelas de Cortázar (y no tanto en sus cuentos) es "la autodestrucción de una sociedad (la argentina) que cree bastarse a sí misma".

El examen calza bien en esta observación de Roy: ha llegado el día de la prueba final y las aulas están bajo llave. No hay profesor alguno, se oyen explosiones y dos hombres que trabajan en la universidad descuelgan un cuadro. Un poco más tarde, de nuevo en la calle (y tras haber visto, refugiado en un café y muerto de miedo, al profesor que debía tomar el examen), los estudiantes chocan contra una estampida humana en la avenida Córdoba. Suenan silbatos. "Sálvese quien pueda", exclama alguien. ¿Una manifestación? Clara no está tan segura de ello. Unas personas cargan a un herido que ha de morir delante de los protagonistas. Imposible llamar a una ambulancia. Los teléfonos no funcionan.

¿Existe un personaje central en El examen? Podría proponerse a Clara, destinataria del amor de Juan, de Abel y hasta del propio Andrés Fava. Al igual que Morelli en Rayuela , Andrés Fava es aquí el gran álter ego de Cortázar. Es verdad que el autor desliza sus opiniones personales en boca de casi todas sus criaturas, pero el recorrido de Fava es el suyo: el descubrimiento de Opio de Jean Cocteau, de Mallarmé y de John Keats, y hasta ciertos guiños no tan discretos a André Gide, cuya novela Los monederos falsos (publicada en 1925) es uno de los libros que más se citan al abordar el asunto de los posibles precursores de Rayuela .

Por El examen sabemos que Fava lleva un diario. Se trata, claro está, del Diario de Andrés Fava , publicado de manera póstuma y en un volumen aparte. Ahora bien, si se sumase este diario a la novela, si se publicase al final, no estaríamos nada lejos de la forma de Rayuela y de uno de los efectos principales que esta forma suscita: la posibilidad de leer ambas historias según dos perspectivas: la primera, como si fuesen "novelas objetivas" (sin los "diarios" o los "fragmentos adicionales" que funcionan, en cierto aspecto, como monólogos interiores); la segunda, como si estuviéramos ante "novelas subjetivas".

Demasiados estudios consignaron ya los parentescos entre Rayuela y Macedonio Fernández, el innegable maestro de Borges. Uno de los proyectos más originales de Macedonio fue el de una novela con una "cara mala" ( Adriana Buenos Aires ) y una "cara buena" ( Museo de la Novela de la Eterna ). Multitud de factores desunieron ambas novelas, las que fueron publicadas tras la muerte de Macedonio con casi siete años de intervalo entre una y otra. En la primera, en el primero de los cincuenta y tantos prólogos que la constituyen, se hace mención a cierta novela desordenada por el viento y se invita al lector a que "colabore" a armar o rearmar el texto. En su Rayuela, Cortázar no sólo renovó esta invitación. También logró concentrar en una obra lo hasta entonces desunido: las dos caras de Macedonio, claro está, pero también las dos caras (en su momento, oscuras) de El examen.




Comentarios:

14:44
Cuando Cortázar muere en Francia, un 12 de febrero de 1984, aquí en Argentina pocos (y casi nadie) rinden el merecido tributo al escritor que descubrió y compartió con sus lectores un nuevo modo de jugar con la imaginación. Basta leer los comentarios de O. Soriano al respecto. Hoy, 14 de febrero de 2009, cumplidos los 25 años de su muerte, considero que los medios (sobre todo los Medios y las editoriales) pretenden (¡y qué tristeza: lo lograrán!) hacer de esta fecha un MERCADO. Los editores se relamen. Los periodistas y sus Monstruos-Medios son hoy especialistas y profundísimos lectores de la obra de Cortázar. Patético. Para que una sociedad salga adelante y progrese, ante todo hay que exterminar el peor de los virus letales creados por el hombre: la hipocresía.

14.02.09

02:09
'El perseguidor' es , a mi criterio, un cuento. Un cuento apasionante. Concebido con ingenio y sentimientos. Es de lo menos conocido y lo que más recomiendo del maestro Cortázar! Y quién no se ha tirado ansioso a leer 'Cuentos de cronopios...'? Todos los fuegos es un clásico del secundario, como Rayuela. Sin embargo creo que en la educación no se le da el valor que tiene. GRACIAS JULIO por incentivar a la escritura a muchos desconocidos ... Ojalá pudiera tener toda tu obra! Y leerla entera!


13:36
El título dice "25 años sin Cortázar". En realidad yo debo decir toda una vida sin Cortázar, porque estuvo en el exilio y cuando pudo venir el recién electo presidente no lo quiso recibir para no quedar "pegado" a una izquierda en serio. Se fue como si volviera a otro exilio más profundo aún, y definitivo. Sin embargo, disculpó y deseo éxito a Alfonsín. Pero yo le perdí el respeto a éste último porque recién ahora me entero de este episodio nefasto. 17 años después pasó algo parecido con Favaloro. Somos "la sociedad de los poetas muertos", realmente. Ahora es fácil rendirle homenaje a Cortázar...ya no es peligroso.

viernes, 13 de febrero de 2009

LA IDEOLOGÍA DEL RESENTIDO.

Natacha Guerra // La ideología del resentido


Desde que el fenómeno del chavismo invadió Venezuela, he tratado de analizar el porqué de la tan violenta y disgregante ideología social. Como estrategia central el Sr. Presidente apela al abandono del marginado, haciéndole sentir valorado y en gran medida alimentando su odio hacia los más favorecidos. Frases como "40 años de corrupción y desigualdad" signaron nuestro fin y el comienzo de una rebelión popular -jamás revolución- donde los menos privilegiados sintieron, por primera vez, que serían escuchados.

Toda una historia cautivante si estuviésemos hablando de un personaje con el nivel de conciencia espiritual como el de la Madre Teresa Calcuta, quien realmente se despojó de posesiones materiales para ofrendarlas a los pobres; sin contar las horas incansables que dedicó en su vida para atender a enfermos agonizantes, leprosos y moribundos. Es un sacrilegio, siquiera establecer comparación alguna pero se deben hacer esta clase de ejemplos abominables y extremos para separar lo que todo raciocinio conoce como "bien y mal".

La primera estocada fatal del inquilino de Miraflores, fue la de aupar el ya existente resentimiento social del venezolano común, en base a los abismales estragos de, sí, una mala administración de las riquezas pero no necesariamente producida en su totalidad por los gobernantes de turno. Fue doloroso ver como dentro de las mismas familias comenzaron discusiones políticas interminables y hasta contundentemente divisorias; dejó de existir el respeto hacia otras creencias y Venezuela se convirtió en un país intolerante y violento.

La figura más preponderante e influyente de un país, es un presidente, por tanto su proceder no sólo afecta su vida y la de sus allegados sino la una nación entera; ¿qué pasaría dentro de una familia donde la cabeza de la misma -supongamos el padre- constantemente pronuncie palabras ofensivas, maltrate a su esposa y agreda física o verbalmente a los miembros de ese hogar?, la respuesta es simple, los hijos de ese matrimonio van a entender que la violencia es una forma natural de amor y es, por ende, una condición natural entre las relaciones humanas; sin enumerar la cantidad de traumas y tristezas que han de instalarse. Estos niños crecerán en función de la ira que han implantado en sus corazones. Volviendo al tema central y habiendo establecido la semejanza, así como crecerían esos infantes, así creció otro país que desconozco y que ahora llaman "República Bolivariana de Venezuela".

Antes, cuando la palabra chavista era evocada por mis pensamientos, la primera imagen tosca y burda que venía a mi mente eran la de los mal llamados "círculos bolivarianos", individuos sin prestancia alguna, por supuesto, carentes de instrucción aparente y de aspecto amenazante y harapiento. En sus consignas, emulan improperios contra sus oponentes, defendiendo una revolución que desconocen, con el odio como bandera, la venganza como motor y como principios o valores, la divisa venezolana con la que son persuadidos. Empuñan armas de todo tipo contra cualquier marcha o convocatoria "oligarca" existente y a su paso la destrucción como estela, sin remordimiento alguno ni básicamente ninguna creencia.

Pasado el tiempo, ha bajado lo visceral de mis estereotipos y he conocido chavistas diferentes, con carreras universitarias, se podrían decir "inteligentes" pero ignorantes en el tema de "inteligencia emocional"; en su haber, diversos "conocimientos" pero ese concepto -para mí-, abarca mucho más que el cúmulo de libros que pueda comerse un ratón de biblioteca; en fin, todo es relativo y nada absoluto.

Personas inteligentes, económicamente pudientes, educadas e instruidas pueden ser chavistas, porque el chavismo no es un nivel social, ni una competencia de conocimiento, ni de elegancia, ni de perseverancia, ni muchos otros valores que han sido siempre atribuidos a los "escuálidos"; el chavismo, el chavismo de corazón, de convicción -no de conveniencia ni de bolsillo- nace de un alma sufrida, resentida de un sistema, con unos padres inexistentes, quizás, con un pasado lleno de carencias económicas, con un sentimiento de marginado muy profundamente internalizado que pide a gritos resarcirse con el mundo, cobrar las deudas, devolverle a los escasos, quitarle a los corruptos petulantes que en una ambición desmedida, acumulan riquezas, por el simple gozo de tener...

Es perfectamente comprensible que por los amplios márgenes de diferencias sociales y extremas que hay en Venezuela, se respire aire de injusticia e impotencia; es cierto, hubo corrupción desmedida, hubo tragedia, malversación, abuso de poder e indolencia en una supervivencia del más "vivo" pero no del más inteligente; sin embargo, porque nada en esta vida es absoluto, podríamos atribuir todas estas atrocidades a la política, ni tampoco pensar que en una sola persona yace la esperanza de los desfavorecidos y, mucho menos aún, cuando su lema es "patria, socialismo o muerte". >¿Es que es preferible morir antes que buscar una salida? ¿Estamos rodeados de fatalistas victimizados por condiciones previas? O es que claro, ¿ya la vida vale tan poco que es una opción viable?

He escuchado historias de chavistas que predican a su ídolo como "el protector" de los débiles y entre líneas sueltan frases propias -no adoctrinadas- de experiencias personales que no pretenden revelar, pero escapan en su dolor y, agregan "cuando yo estaba pequeño, viví situaciones muy difíciles (... )" y mi mente se aclara y veo el porque de su afán, veo sus sufrimientos reflejados en una esperanza tristemente oscura y de bandera roja, y al mismo tiempo que respeto su posición, sus vivencias, comprendo cómo los sentimientos nublan la razón y entorpecen, no sólo la lógica, sino la misma vida, la evolución espiritual de un correcta conducta, pues en el fanatismo de creer que ése es el camino correcto olvidan los dejos de violencia en los interminables discursos, el uso de los cuerpos de seguridad para amedrentar la libertad de expresión, la ilimitada impunidad reinante y la desbordante intolerancia, a su vez, generadora de dos bandos intensamente confrontados donde prolifera el rencor entre hermanos.

Durante una reciente conversación en una cena casual, surgió el tema del chavismo y los integrantes del debate coincidieron es que sus bases se arraigaron en la necesidad de muchas personas que jamás palparon los beneficios de un país petrolero (¡que ironía de país!). En esa mesa, rodaron cuentos cargados de desigualdad y miseria; uno de ellos confesó haber sido huérfano y que aun sin contar con la figura de padres, que lo ayudaran a desarrollarse, crecer, formarse o inclusive a sustentarse, el buscó la forma de apartar sus circunstancias y convertirse en el ser que hoy celebra. Agregando comento: "¿y quién no ha pasado trabajo? ¿Es que Chávez piensa que él fue el único que sufrió necesidad?
Al menos él tuvo un padre que lo involucró en la milicia". Ese comentario taladró mi cerebro y lejos de sentir lástima, sentí admiración, porque es totalmente cierto, ¿quién hizo de él un mártir y entonces cuántos mártires deambulan por Venezuela?

Abundan las historias personales de venezolanos que sin tener nada, hoy han logrado salir adelante; no culparon al gobierno, ni a sus padres, ni a sus hermanos, ni al sistema, ni a los millonarios, ni nadie porque simplemente, no son acomplejados, sus fracasos y sus logros son sólo suyos y nadie los ha manipulado. En los rincones de nuestro país, pululan los pasados llenos de miseria, de soledad, de escasez, de tristeza, de traumas, de enfermedad, de hambruna, de todo lo infrahumano... pero hay dos caras en esa moneda; el que decide tomar las riendas de su vida, cambia su realidad y se supera a sí mismo, superando a su vez ese dolor que les sirvió de motivación; Y también está el que decide autocompadecerse y alimentar su corazón de odio y aunque surja -económicamente- su pobre espíritu vaga en los recuerdos de un pasado sacrificado que nunca logró olvidar, arrastrando el resentimiento a los que sí fueron beneficiados, o caminando con la convicción de poder cambiar el destino de aquellos que no se creen capaces de poder hacerlo.
Duélale a quien le duela, el chavismo es la idiosincrasia del resentido que por infortunios pasados, sintió los latigazos de una sociedad caótica que los colmó de indiferencia; pero un país próspero es formado por gente luchadora, optimista, de discurso positivo y unificador, de planes certeros y metas sociales comunes con líderes visionarios y productivos, capaces de materializar sus sueños sin culpar a nadie por sus propios desaciertos. Dejemos el pasado atrás y construyamos un presente.¡NO ES NO!

nguerra@cvnetwork.tv

FIDEL CASTRO Y SUS CÓMPLICES // CON INCREÍBLE PHOTOSHOP POST MORTEM VESTIDO DE ADIDAS.










ANÁLISIS EN LA FOTO CON CRISTINA.
















:35 AM Santiago.- El gobierno chileno publicó el viernes dos fotografías del encuentro que sostuvieron el jueves la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, y el líder cubano Fidel Castro, en el segundo día de la visita oficial de la mandataria a Cuba.

Las imágenes muestran a Fidel de pie y con vestimenta deportiva de colores blanco y gris.

Tras la cita con el líder cubano -que no aparece en público desde que enfermó en julio de 2006- Bachelet afirmó que Fidel, de 82 años, está "en muy buenas condiciones" y "activo", según un comunicado de la presidencia.

"Está en muy buenas condiciones, siempre preguntando detalles, queriendo saberlo todo", comentó a la prensa Bachelet.

"Ha sido una reunión muy grata, muy importante que hemos tenido", declaró Bachelet citada en el mismo comunicad, publicó AFP.

"Hemos sostenido un diálogo bastante importante sobre los desafíos de la región y, por cierto, los desafíos que estamos viviendo los países de América Latina en el contexto de la crisis internacional", añadió.

Bachelet cumple este viernes su tercer y último día de visita a Cuba, en el primer viaje de un presidente chileno a la isla desde 1972 cuando llegó allá el también socialista Salvador Allende.



PARECE QUE NOS CAMBIAMOS EL JOGGING ROJO, ¿VERDAD FIDELITO?

Comentarios de EL UNIVERSAL DE CARACAS.

He siempre considerado admirable la conducta de la Sra. Bachelet. Envidiable su visita a Europa en compañia de cientos de empresarios chilenos buscando inversiones extranjeras para su país. Algo demasiado complicado por muchos mandatarios suramericanos. Y su balanceada y equilibrada actividad diplomatica es digna de respeto. No se lo que pasó en su país, con bastante huelgas y disturbios pero no parecen en peligro libertad y democracia como en otro paises de la región. De toda manera, y con debido respeto, quiero manifestar mi profunda decepción y tristeza por los ultimos eventos. Abrazo a Raul, visita a Cuba, no a un encuentro con la disidencia: NO VIVIO, ESA SRA., LA DICTADURA EN SU PROPIA PIEL? De repente los Castro ya no son asesinos y tiranos, sino ayudantes de Madre Teresa? Aunque mi modesta opinion tenga poco valor, quiero decirLe, Sra. Bachelet, que su imagen se fue debajo de mis talones. Borró admiración, estima y apreciación de manera ruda. ¡Muy dificil de creer!

Por diego sisto trevisan
13.02.2009
12:18 PM


Por Carlos Castillo
13.02.2009
12:58 PM
Amigos, es que así es, el comu...
Amigos, es que así es, el comunismo no es más que una quimera, una utopía, un espejismo. Por eso cayó en casi todo el mundo, porque en los pocos que aún sobrevive (menos Cuba), entendieron que vivimos en un mundo globalizado, plural, que quiere avanzar, no reintentar el pasado con nuevos nombres. En Vietnam hicieron un Miss Universo y en China fabrican Nike y muñequitos Disney, porque las "repúblicas bananeras" ya no tienen sentido. Porque el ser humano goza de raciocinio y libre albedrío, siempre tiene metas nuevas que quiere alcanzar, siempre quiere estar orgulloso de sus logros (no de lo le de el Estado) porque es sabroso comerse una arepa, pero también una pizza y una hamburguesa. Porque las canciones de Silvio Rodríguez son hermosas pero las de Alejandro Sanz también. Porque los sin dientes son venezolanos, pero los catires ojos azules también


Por ivan agelvis
13.02.2009
2:35 PM
Jajajajajaja como se les ve el...
Jajajajajaja como se les ve el odio que les sale por los poros a todos estos cachorritos cuando ven al comandante Fidel en buen estado de salud, y se preguntaran que como el imperio a cada rato inventa falsedades diciendo que castro esta muerto y cada vez que llega una visita oficial ala isla aparece el personaje de visita junto con el comandante, sigan creyendo en el imperio mitómano viva Fidel, y aunque muriera el seguirá vivo en la historia, y ustedes revolcándose en el (...) de odio
PM
Por supuesto que es un doble, ...
Por supuesto que es un doble, hablamos de fotos con Mujeres supuestamente Socialistas que no conocieron el verdadero Fidel y que vienen a Jurar que el que aparece en la foto es Fidel y nunca conoci Bush y llega un tipo identico me tomo una foto y digo que conoci a Bush, Walt Disney se quedo (...), yo se de buenas fuentes (internacionales) que visitan Cuba regularmente que Fidel esta muerto, claro solo fisicamente, segun los revolucionarios Fidel y la revolucion no moriran nunca.



¿ESTOS VENEZOLANOS NO CONOCEN LA TECNOLOGÍA DEL PHOTOSHOP Y LA DIGITALIZACIÓN DE LAS IMÁGENES?




ENCUENTRO CRISTINA-FIDEL ¿UN GRAN INVENTO OFICIAL?
por M.L. matanzas el Lun Ene 26, 2009 2:10 pm

El hecho de que Cristina Fernández de Kirchner estuvo en Cuba en los últimos días, no es motivo de discusión alguna. Las fotos de su viaje y el protocolo de lo realizado en la isla, dan fe de lo sucedido. Sin embargo, hay una cuestión que genera grandes dudas y tiene que ver con la visita personal de la primera mandataria a Fidel Castro.
Hace ya dos meses que el ex presidente de Cuba no recibe a nadie y existen especulaciones respecto a la posibilidad de que no esté vivo ya. Entonces, si no suele recibir a nadie, ¿por qué Fidel recibiría a Cristina?
Cabe preguntarse: ¿se ha organizado todo para generar una operación que lleve a Castro nuevamente a las primeras planas, al tiempo que devuelve algo de crédito perdido a Cristina Kirchner?
Independientemente de ello, otros interrogantes también deben ser respondidos:

-Si como dice Cristina, Fidel está en tan buenas condiciones, ¿por qué no hubo fotografía del encuentro?

-Si, por el contrario, hubo una foto —como aseguraron fuentes que acompañaron la comitiva oficial—, ¿por qué aún no se ha difundido?

-¿Por qué Cristina dijo primero que lo vio de uniforme y luego se corrigió y habló de que vestía jogging?

-¿Por qué en el diario cubano Granma se asegura que la charla duró 40 minutos y Cristina habló de 30?

-¿Cómo se entiende que Cristina asegurara que Fidel cree "sinceramente" en Barack Obama, mientras que este último habría escrito que tiene muchos interrogantes sobre su persona?

-Siendo Cristina una persona que suele dar detalles puntuales —incluso irrelevantes— en sus disertaciones, ¿por qué no puntualizó sobre un encuentro que posee un enorme interés público a nivel internacional?

-¿Por qué no quiso explicar cómo se gestó el encuentro?

-¿Por qué Castro, otro gran detallista de lo irrelevante, no dijo más que vaguedades y dedicó casi la mitad de su supuesta misiva a hablar de la charla de Cristina en la Universidad de La Habana?

-¿No es raro que Fidel escriba esta oración respecto a Cristina: "es capaz de proteger sus derechos cuando viaja a otro país, imponer un número de horas para hacer ejercicios y adaptarse, lo cual todos respetan"? ¿Cuándo en alguna de sus anteriores misivas escribió algo semejante?

-Finalmente, este periódico intentó hablar con fuentes de Cancillería y sólo hubo hermetismo como respuesta. ¿Por qué tanta reserva ante un encuentro tan importante?

Se esperan comentarios oficiales. Dirigirse a Tribuna de periodistas.
Christian Sanz




Publicado el 22 de Enero.....

http://www.periodicotribuna.com.ar/Articulo.asp?Articulo=4831
Libertad para todos los Presos Politicos, Elecciones Libres y Democraticas pero Supervisadas, Multipartidismo, Respeto a los Derechos Humanos
SALUDOS PARA TODOS LOS BUENOS CUBANOS...!
M.L. MATANZAS
M.L. matanzas
VIP











Re: ENCUENTRO CRISTINA-FIDEL ¿UN GRAN INVENTO OFICIAL?
por M.L. matanzas el Lun Ene 26, 2009 2:11 pm

DISCULPAS A NUESTROS LECTORES
RECTIFICACIÓN ARTÍCULO DE TRIBUNA



(Esta aclaración ha quedado sin efecto, luego de demostrarse la falsedad de la foto de Cristina y Fidel, pero se mantiene en línea para conocimiento de los lectores).
En el día de ayer, este periódico puso en duda que la presidente, Cristina Fernández de Kirchner, se hubiera encontrado con el ex mandatario de Cuba, Fidel Castro en su paso por la isla. Alimentaron las especulaciones la falta de fotografía del encuentro y las incongruencias entre el discurso de Cristina y Fidel.
Sin embargo, en el día de la fecha se ha dado a conocer una fotografía en la que puede verse a ambos, por lo cual este periódico rectifica lo publicado ayer y pide disculpas a sus lectores por lo asegurado, aún cuando se trató de información que fue planteada bajo signos de interrogación. Tribuna de periodistas es un medio independiente que intenta dar excelencia a la información que brinda y, de acuerdo a su manual de Estilo, está obligado a rectificar lo que se demuestre falso.
De más está mencionar que no ha habido mala fe por parte de este medio.


Christian Sanz
Director Ejecutivo
Periódico Tribuna de periodistas





EN EL FORO
"SECRETOS DE CUBA".



Un análisis fotogramétrico básico de la imagen, muestra claramente que la sombra no se corresponde con la silueta que Castro debía proyectar en la pared, de acuerdo a la posición en el espacio foco de luz.

Las lineas amarillas son rayos de luz y salen del contorno de la sombra hacia el punto que le corresponde en la silueta de Castro y Cristina, eso permite visualizar la ubicación del foco de luz.

Esas lineas amarillas inclinadas convergen hacia un mismo punto que es el FOCO DE LUZ, es decir el bombillo que los ilumina para la foto.
Se aprecia entonces que ese Foco de Luz está a la izquierda más o menos a una altura de 1,70 mtrs considerando que Castro mide 1,90 aprox., es decir, que se encuentra aproximadamente levemente debajo de la barba.

TOME EN CUENTA QUE ESAS LINEAS AMARILLAS SE ENCUENTRAN EN EL ESPACIO, NO EN UN PLANO, de manera que el foco donde ellas convergen debe estar quizás a 2 metros o 1,5 mtrs delante de Castro y a la izquierda.


ZONA 1: Se puede ver que en la Zona 1 la silueta de la sombra no se corresponde con la silueta de la zona sombreada en la cara de Castro, dibuje sobre la cara una linea a mano de lo que debería ser el inicio de la sombra en la cara de Castro y por tanto esa linea debería verse en la pared.
Pero extrañamente la sombra en la zona 1 es demasido suave sin relieves, aún cuando la barba y la oreja deberían mostrar una sombra muy irregular CONSIDERANDO LA UBICACION DEL FOCO DE LUZ.


ZONA2: ABSURDO. Considerando la ubicación del foco de luz, la barba debería dar sombra y no se debería ver la sombra del área de color rojo que tiene Castro en el cuello. No tiene por que verse esa linea de sombra bien definida del cuello rojo mientras que la barba parece no dar sombra a pesar de que el foco de luz está a la izquierda.


LOS OJOS DE CASTRO: Una Zoom en las pupilas de Castro muestra que el foco de luz no está a la izquierda sino directamete frente a él, y eso contradice la evidencia incontestable de la ubicación de ese foco en la izquierda. Parece que la iluminación en sus pupilas no se corresponde con el foo de luz.


ZONA TRES: Otra muestra de la ubicación dl foco de luz, se ve claramente el reflejo intenso de la luz proveniente directamente del foco en esa zona, SE NOTA QUE EN EL RESQUICIO DE LA PUERTA EN ESA ZONA SE HACE UNA SOMBRA JUSTO AL LADO DE LA ZONA INTENSA DE LUZ, LO CUAL DEMUESTRA QUE EL FOCO ESTÁ EFECTIVAMENTE A LA IZQUIERDA DE CASTRO.


LA NARIZ DE CASTRO: ESTANDO COMO SE HA DEMOSTRADO EL FOCO DE LUZ A LA IZQUIERDA DE CASTRO, ENTONCES SU NARIZ QUE ES BASTANTE PRONUNCIADA DEBÍA HABER PROYECTADO UNA SOMBRA SOBRE SU PROPIO ROSTRO HACIA LA DRECHA DE LA NARIZ.
INSÓLITO, LA NARIZ NO HACE SOMBRA SOBRE EL ROSTRO A PESAR DE LA UBICACIÓN DEL FOCO DE LUZ A LA IZQUIERDA DE CASTRO.


LA LINEA VERTICAL AMARILLA QUE SE DIBUJÓ ESTÁ UBICADA MEDIANTE PROMEDIO EN LA ZONA DONDE EMPIEZA LA SOMBRA EN EL ROTRO DE FIDELDEBIDO A LA UBICACION DEL FOCO DE LUZ. A PARTIR DE ESA ZONA SE PUEDE NOTAR COMO SE DISTRIBUYEN IRREGULARMENTE ESA SOMBRA SOBRE SU CARA (SOBRE EL LADO DERECHO) Y ESAS IRREGULARIDADES DEBERÍAN MANIFESTARSE EN LA SOMBRA DE LA PARED (es decir, barba irregular, orejas, etc.)

EVIDENTEMENTE LA ZONA DE LA CARA DE CASTRO E UN MONTAJE Y LA SOMBRA EN LA PARED NO SE CORRESPONDE CON LA POLIGONAL DE SOMBRA REAL QUE PROYECTARÍA EL ROSTRO DE FIDEL..

http://www.noticierodigital.com/forum/viewtopic.php?t=479760
Cazatirano
Miembro Distinguido


EL ÚLTIMO ENGAÑO DEL KIRCHNERISMO
TODOS LOS DETALLES DE LA FOTO TRUCADA DE CRISTINA Y FIDEL



El día 22 de enero próximo pasado, este periódico publicó un artículo que ponía en duda el encuentro entre Fidel Castro y Cristina Fernández de Kirchner en Cuba, en el marco del viaje de la mandataria a la isla (1). Entre otras cosas, se cuestionó el hecho de que no hubiera habido fotografías del encuentro. "Si como dice Cristina, Fidel está en buenas condiciones, ¿por qué no hubo fotografía del encuentro?", cuestionó Tribuna de periodistas, junto a otros interrogantes.
Posteriormente, cuando se difundió la imagen de Cristina con Fidel, este medio pidió las disculpas del caso por haber puesto en duda el encuentro (2), cumpliendo con lo normado por el manual de Estilo y Ética (3) que regula el trabajo de sus periodistas.
A las pocas horas, este cronista —junto al colega Fernando Paolella— se encontró con un importante funcionario de la Cancillería argentina, apellidado igual a un conocido abogado mediático. Se trataba de la misma persona que este periódico había consultado no bien se rumoreó sobre el encuentro entre Cristina y Fidel y que no había querido hacer declaraciones al respecto.
"Confieso que me siento indignado por la operación que han llevado a cabo. Una cosa es inventar un encuentro entre mandatarios, pero otra diferente es falsificar una fotografía, como lo han hecho. Eso no lo tolero", confesó el empleado público. "Es todo muy claro, por algo la imagen no fue publicada en ningún diario cubano", agregó, al tiempo que invitó a quien escribe estas líneas a analizar detalladamente la toma: "mirá con atención y compará con otras fotos de Fidel", finalizó el funcionario.
Y así se hizo: con una enorme ampliación de la foto, se consultó a un especialista en edición de imágenes y se observaron docenas de fotografías de Fidel Castro de los últimos meses a efectos de comparar los detalles de las diversas tomas.
Lo que se mostrará a continuación es el resultado de ese infatigable trabajo.


No retocarás

La aparición de la fotografía que muestra a Cristina Kirchner junto a Fidel Castro tuvo idas, venidas y desmentidas, mucho más que las acostumbradas. Ese es todo un dato en sí mismo y genera el primer interrogante: es que, según hizo trascender el propio gobierno, "el vicecanciller cubano Alejandro González Galeano, le entregó a la Presidenta el material fotográfico del encuentro que la jefa de Estado mantuvo con Fidel Castro el miércoles en La Habana. El diplomático le dio a la mandataria esas fotos durante la cena ofrecida anoche por Chávez".
Por si no quedara clara la idea, puntualiza el comunicado que el vicecanciller González Galeano viajó especialmente a Caracas con el fin de entregar las fotos del encuentro. Esto abre dos interrogantes: por un lado, se habla de "fotos", en plural ¿Dónde están las demás imágenes? En el sitio oficial de Presidencia de la Nación, lugar donde deberían por lógica aparecer las tomas, sólo está la que trascendió en los medios en las últimas horas. Por otro lado, en plena era digital, ¿cómo es que la foto no se entregó a Cristina en el preciso momento de tomarla? Alimenta las sospechas el hecho de que el fotógrafo de la delegación argentina no pudiera ingresar al supuesto encuentro, y mucho menos hacer el retrato pertinente.
Estas dudas pueden parecer algo menor pero, si se las suma a las sospechas que genera la propia foto oficial, la cuestión oscurece en lugar de aclararse. Se ruega al lector prestar total atención a los siguientes detalles.
Lo primero que puede observarse acercando la imagen de Cristina y Fidel es la diferencia de pixelado entre la cara de uno y otro. Véase a continuación que la calidad del rostro de la mandataria argentina es técnicamente diferente que la de Fidel.




Cualquiera puede hacer lo mismo:

Aldo Rosado y Cristina.

LA INTIMIDAD DE ROLAND BARTHES.

Roland Barthes, íntimo y doliente
Controversia editorial en Francia tras la publicación de los diarios del intelectual sobre su madre
ANTONIO JIMÉNEZ BARCA - París - 13/02/2009


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Roland Barthes (Cherburgo, 1915- París, 1980) solía coger un folio normal y partirlo en cuatro. Siempre había en su mesa de trabajo fichas de ese tamaño. Era ahí, en esas hojas cortadas por él, donde, con pluma o lápiz, tomaba notas o se escribía a sí mismo. Escribió cerca de 13.000. Durante casi dos años, desde octubre de 1977 a septiembre de 1979, el semiólogo francés que revolucionó la forma de acercarse a la literatura, rellenó algunas de esas hojitas con apuntes íntimos sobre su madre, con la que convivió siempre y que murió el 26 de octubre de 1977. La primera frase es la siguiente: "Primera noche de bodas. Pero ¿primera noche de luto?". Ahora, la editorial Seuil publica estas notas inéditas en forma de libro, no sin polémica, con el título de Journal de Deuil (Diario de duelo). No es el único texto inédito de Barthes que estos días ve la luz. La editorial Christian Bourgois ha publicado, por su parte, las notas que el filósofo francés tomó en un viaje a la China maoísta en 1974, titulado Carnets du voyage en Chine (Diarios del viaje a China).

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Henriette Binger nació en 1893. Se casó con Louis Barthes a los 20 años. Cuando tenía 22 nació Roland. Un año después se quedó viuda cuando su marido murió en un combate naval en la I Guerra Mundial. Se volvió a casar, tuvo otro hijo, Michel Salzedo. Pero siempre, hasta los 84 años, vivió con su hijo mayor, aquejado desde crío de tuberculosis. Y Roland, durante los seis últimos meses de la vida de Henriette, cuando ya era un intelectual reverenciado, se dedicó casi exclusivamente a cuidarla: "Desde que la cuidaba, no existía más que ella. Ella era todo para mí y me olvidé de escribir. Antes, ella se hacía transparente para que yo pudiera hacerlo".

El ensayista francés, autor de una de las más originales formas de entender la crítica literaria (o la simple lectura), proclive a analizar las obras sin tener en cuenta la personalidad del autor e incluso sus intenciones, se vuelca en estas notas breves de frases concisas sobre su lado más cotidiano, más personal y, también, más desolador:

"4 de noviembre: esta noche, por primera vez, he soñado con ella. Estaba tumbada, pero no enferma, con el camisón rosa que compró en el supermercado".

"5 de noviembre. Una tarde triste. (...) Compro un pastel. La camarera, al servir a un cliente, dice 'voilà'. Ésa era la palabra que yo decía cuando le traía algo a mi madre mientras la cuidaba. Una noche, casi inconsciente, repitió como un eco: 'Voilà' . Es algo que nos hemos dicho ella y yo durante toda la vida. El episodio de la camarera me ha hecho saltar las lágrimas. De vuelta al apartamento en silencio lloro durante mucho tiempo".

François Whal, editor de Seuil en los años noventa y amigo de Barthes, considera que el texto no debería haber salido así. Whal ha explicado a la prensa francesa que Barthes le dejó a cargo de todo lo que se publicara después de su muerte. "Así evitaría meteduras de pata. Eso sí, me advirtió que no me lo podía dejar por escrito porque su hermano Michel se enfadaría. (...) Ahora me encuentro con esto, que viola su intimidad", añadió Whal.

Éric Marty, que ha supervisado la publicación de las obras completas de Barthes, considera por su parte que los textos no son un simple desahogo, que contienen un verdadero proyecto de escritura, con un título consciente que les diferencian de los otros escritos.

Su hermanastro Michel Salzedo, último responsable de los textos inéditos de Barthes, ha llegado a manifestar, a requerimiento de Éric Marty, que "después de 30 años nadie puede erigirse en dueño de la obra de un autor".

Según Whal, Barthes jamás pensó en publicar notas como éstas:

"18 de mayo: un cóctel. Sensación triste y deprimente de estereotipo social. Angustia. Pienso: mamá ya no está aquí y la vida estúpida continúa".

Pero también revelan algunos apuntes sobre literatura de una persona que consagró su vida al estudio de los textos y que enfangado en el dolor por la muerte de su madre resume el hecho literario en lo siguiente: "1 de agosto: la literatura es eso: no poder leer sin dolor, sin ahogarme de verdad, lo que Proust escribió en sus cartas sobre la enfermedad, el coraje, la muerte de su madre, su pena".

Porque más allá de la polémica, de la personalidad y la trayectoria del autor, el libro consiste en el autorretrato de un hombre enfrentado a su propio abatimiento.

El diario termina así:

"15 de septiembre: algunas mañanas son tan tristes...".

jueves, 12 de febrero de 2009

JUAN CRUZ. SOBRE RAYUELA en la conmemoración del 25 aniversario de muerte de Julio Cortázar

TRIBUNA: JUAN CRUZ
La plenitud intermitente de 'Rayuela'


La novela que marcó a varias generaciones de lectores sigue viva 25 años después de la muerte de su autor, Julio Cortázar, y más de 40 después de haber sacudido la literatura escrita en castellano
JUAN CRUZ 12/02/2009



Poco antes de morir, y murió tal día como hoy hace 25 años, en París, Julio Cortázar hizo un viaje por España, poseído por la melancolía desconsolada producida por la muerte de su última mujer, Carol Dunlop; estuvo con amigos suyos (Mario Muchnick, entre otros) en Segovia, fue abordado por guardias civiles que querían su autógrafo, y pasó por Madrid y Barcelona. En Barcelona tuvo un encuentro que él contó luego en una de las últimas entrevistas que dio, a The Paris Review. En esa anécdota cabemos todos los que leímos Rayuela.

Julio Cortázar

A FONDO
Nacimiento: 26-08-1914 Lugar: (Bruselas)




Era una novela de amor, de aventuras, un caleidoscopio feliz y un puñetazo en el hígado

"Pobre Oliveira, che. Qué lástima me dio encontrármelo de nuevo y qué tipo formidable es"
Contaba en esa entrevista Cortázar que en el barrio gótico de la Ciudad Condal se había detenido a escuchar un concierto de una joven que cantaba como Joan Baez.

Escondido en la oscuridad de la calle, harto de que le abordaran para tener su autógrafo, este hombre de casi dos metros se vio asaltado por un joven que le ofreció una torta.

-Julio, toma un pedazo, le dijo el chico.

Cortázar se hizo a un lado; era, desde que fue un chiquillo, un hombre tímido; no le gustaban las fiestas ni los saraos literarios; por no estar en ningún sitio fijo fue capaz (con Aurora Bernárdez, su primera mujer, su viuda) de renunciar incluso a los empleos fijos. Así que allí estaba, en Barcelona, tímido siempre, y enfermo, escuchando a una chica que cantaba como Joan Baez, y deseando desaparecer del camino del joven que le ofrecía el pastel. Hasta que se convenció de que debía tomarlo. Y le dijo al chico:

-Muchas gracias por acercarte y convidarme.

Fue entonces cuando el joven le dijo a Julio Cortázar lo que muchos de los que leímos Rayuela (y los cuentos, y los cronopios, y Los premios, y 62 Modelo para armar) le hubiéramos dicho en ese sitio o en el limbo si existiera y fuera el sitio donde ahora estuviera mirando:

-Pero, escucha, te di muy poco comparado con lo que tú me diste a mí.

Julio le dijo: "No digas eso, no digas eso", y le comentó después a quien le hizo esta entrevista (Jason Weis), quizá la penúltima: "Y nos abrazamos y él se alejó. Bien, cosas como éstas son las mejores recompensas de mi trabajo como escritor. Que un muchacho o una chica se acerquen a hablarme y a ofrecerme un pedazo de torta, es maravilloso. Así vale la pena el trabajo de escribir".


Y el trabajo de leer
. En ese párrafo, que ahora parece póstumo, está la validez de Rayuela, todavía y hasta cuándo. Se hizo tópico decir, hace años, y aún ahora, que Rayuela era la novela de aquel momento; la clave de Rayuela es que no es de ningún momento; es universal, pero latinoamericana, y no tiene tiempo, es de cualquier tiempo; como dice Luis Harss (el autor de Los nuestros, un libro de finales de los años 60 donde está todo el boom que habría de venir), Rayuela es una novela "donde el tiempo se despliega como un biombo".

En ese libro se despliega Oliveira como si fuera Cortázar, pero Cortázar es también Rocamadour, y Morelli, e incluso la Maga puede ser Cortázar. De pronto aquel tipo que vivía "hacia adentro" descubre París, lo recorre como si fuera el continente de un sueño, y se pone a escribir para romper en mil pedazos la literatura, para hacerla de nuevo. Y después vuelve a Buenos Aires, a hacer de la pesadilla y del sueño que constituyen Rayuela una marca en el agua de la literatura latinoamericana y española tal como la conocemos ahora.

¿Se puede concebir la literatura de nuestra lengua sin Rayuela? No, fue una explosión. Harss dice en ese libro que la novela provocó un huracán. Pero en todo caso un huracán consistente, cuyo rumor sigue hasta hoy, con una vitalidad que quizá se contradice con la melancolía con la que se conducen los personajes y el autor mismo.


¿Qué nos dio? Lo que nos da.
Se puso de moda algunos años después de su muerte, quizá una década, dar por saldadas las cuentas con Julio Cortázar. Su lenguaje se puso en el diván de los estudiosos, y se pensó que ya los jóvenes no iban a regresar a Cortázar porque su universo se había encerrado en sus juguetes de nostalgia. Tremendo error. Aquel joven que le ofrecía un pastel de gratitud en Barcelona era un elemento más de lo que sucedería luego, cuando Cortázar abandonó el purgatorio en el que lo recluían (en España) los que eran capaces de decir que a Cortázar había que traducirlo para divulgarlo otra vez.


El asunto es que esa novela, Rayuela, que es su monumento principal, provenía de una tradición rota, la tradición latinoamericana, se encontraba con los fantasmas literarios (Lautreamont, Jarry, Poe) que habitaban ya en la mente juvenil de Cortázar, y a su vez entroncaba con Borges, con Paz, con Lezama, con Onetti, que eran sus cuates más viejos y que están rondando en ese libro, o para ser tachados o para ser queridos.

Rayuela era un manifiesto extraño. En medio de la literatura que se abría paso (Fuentes, Vargas Llosa, García Márquez), al lado del realismo mágico y de la melancólica fiereza de Onetti
, o la ensoñación nórdica de Juan Rulfo, Rayuela se proponía como el motor humorístico de unas vidas que parecían no tener ni fin ni sueño. Nessun dorma: es la novela del nessu dorma.

Cortázar, además, le dio una estructura que la convertía también en un juguete. La propuesta era rara pero también generosa: había que seguir un laberinto (como en Borges) para leerla, pero podías leerla como te diera la gana.


Y así, entre juegos, noches, música y melancolías, se hizo la lectura de Rayuela.

Muchos de nosotros estuvimos tan subyugados por su atmósfera que deseábamos que no acabara nunca el día para que su atmósfera no se evaporara al cerrar el libro; era una novela de amor, de aventuras, un caleidoscopio feliz y también un puñetazo en el hígado. En ese libro que no me cansaré de recomendar (Los nuestros, me parece que ahora inencontrable), Luis Harss dice, cuando una afirmación así todavía era un riesgo: "[Julio Cortázar] es tal vez el primer latinoamericano que ha creado una completa metafísica moderna". Y añadía Harss, como si él mismo fuera Cortázar, "un astrólogo que dibuja caracteres":

"Si por el momento, como todos los originales, parece estar un poco fuera de la corriente principal de nuestra literatura, podría muy bien anunciar el porvenir".

Su pasión por Rayuela, la de Cortázar, se encontró pronto con la pasión de los lectores, y del editor. Él le escribió a su editor, Paco Porrúa, de Sudamericana, después de corregir las galeradas, las palabras que mejor reflejan qué le pasó mientras escribía: estaba leyendo. Le dijo a Porrúa, por ejemplo: "Yo mismo estoy abrumado por la ambición del libro, y por lo que en algunos momentos llega a conseguir. Es realmente uno de esos despelotes que solamente de tiempo en tiempo, no te parece".

Era un despelote en el que muchos vieron autobiografía; él dijo que no, siempre; y aunque hay rasgos (e incluso identidades) que se han ido constituyendo como oliveiras o magas probables, e incluso morellis, lo cierto es que habría que hacerle caso a Cortázar y comprender con él que esta es una novela total, hecha por un tipo que se quería encontrar con otra vida en otras vidas. Así reacciona cuando se lee otra vez en Oliveira: "Pobre Oliveira, che", le escribe a Porrúa.

"Qué lástima me dio encontrármelo de nuevo y qué tipo formidable es. A él le tocó (sin que yo me diera cuenta hasta el final) llevar hasta sus consecuencias últimas la tentativa de Johnny Carter. Estos días ando muy habitado por Oliveira y le tengo envidia. Yo, con mi casita y mi pasar...".

No está hecha Rayuela tan solo para ser escrita; está hecha, como otros libros grandes, para ser bailada, cantada, hasta besada, y el capítulo del beso (el famoso capítulo 7) es capital en el recuerdo adolescente de este libro hecho para volver a él por cualquiera de los caminos de sus laberintos. Veintiséis años después de aquel brindis de su joven lector en Barcelona no se me ocurre mejor homenaje de gratitud a lo que nos dejó Cortázar que volver a sumergirnos, como dice Harss, "en la plenitud intermitente de Rayuela".

sábado, 7 de febrero de 2009

CHARLES AZNAVOUR

'Chanson' de la calle
ROCÍO GARCÍA 07/02/2009




Charles Aznavour es un artista inagotable. A sus 84 años, el símbolo de la canción francesa publica Dúos, un nuevo disco en el que canta junto a Piaf, Sting, Sinatra, Pausini..., 17 artistas de diferentes estilos y edades. Sin embargo, asegura: "Si volviera a nacer, no sería cantante"

La oficina que Charles Aznavour tiene en la Rue Ampere, en el centro de París, es austera y está plagada de recuerdos y de fotos. Bajo un gran retrato de Edith Piaf, el símbolo de la canción francesa, el incombustible artista se apoya en un piano mientras le pide a la maquilladora que trate de "rellenar" en lo posible las arrugas. Es el día elegido por Aznavour para la promoción europea de su nuevo disco, Dúos, en el que canta con 17 artistas internacionales, y que en España estará en la calle el próximo día 17. Dúos es un doble CD, uno con canciones interpretadas en inglés y otro en francés, en el que Aznavour ofrece 26 nuevos duetos nunca editados hasta ahora. Artistas muy diferentes en edad y estilos, como Céline Dion, Julio Iglesias, Plácido Domingo, Laura Pausini, Elton John, Johnny Hallyday o Sting, comparten con este monstruo de la canción francesa, ejemplo de longevidad y energía artística, su música.

En el disco hay tres dúos virtuales, los que realiza con Dean Martin, Frank Sinatra y su gran amiga Edith Piaf.

Fotógrafos, cámaras y periodistas europeos se van sumando para el encuentro con el cantante, quien, a pesar del follón que ha venido a romper la calma en esta tranquila oficina, contagia placer y encanto. Ha dejado por unas horas el sur de Francia donde vive con su mujer para atender a la prensa. A sus 84 años, Aznavour, nacido en París de padres armenios, siempre prendida en la solapa de su impecable americana azul marino la Legión de Honor francesa, está algo sordo. "Me tienen que hablar alto", advierte con antelación para alabar casi inmediatamente los zapatos italianos que lleva el responsable de la discográfica EMI, que acompaña a los periodistas españoles al encuentro en París.


"El éxito es convencer a la mayor parte de la gente. Yo no me siento más cercano del intelectual que del imbécil, me gusta la franja intermedia"


"Edith Piaf y yo cantamos cientos de veces juntos, pero era una época en la que no se podía grabar y por eso no tengo nada grabado con ella"

"No tengo una relación sentimental con Armenia, mi relación es de simple constructor, ejecutor. Como armenio no pido nada imposible"


PREGUNTA. La salida de este disco vuelve a sorprender. Es usted un artista inagotable. ¿De dónde saca la energía?

RESPUESTA. Sobre todo del placer de cantar, del placer de hacer siempre cosas algo diferentes. Mi padre decía que el agua estancada termina por oler. Mi padre cantaba y yo desde muy joven comprendí que hay que estar siempre en movimiento porque si no uno se siente viejo. Lo peor de todo es convertirse en un viejo cantante, reconozco que soy un cantante de edad, pero lo que no quiero es ser un viejo cantante.

P. Todo el mundo coincide en que es usted un caso único. ¿Se ve a sí mismo así?

R. Sí, es verdad, soy un caso único. Soy quizás un caso único por una razón, no miro nunca atrás, siempre dirijo mi mirada hacia delante. Salvo en la escritura, en la que el pasado es un formidable depósito, en un oficio como el mío o como el de actor el pasado es malo, lo importante es el futuro.

P. ¿Cómo ha sido la elección de sus compañeros de trabajo?

R. Lo importante a la hora de elaborar un disco como éste es conocerse y tener claro que las ideas van por el mismo camino. Hay gente con muchísimo talento con los que yo nunca podría realizar un dúo tan fácilmente como he hecho con estos colegas. Por ejemplo, con Elton [John] lo grabamos por separado, pero ha sido fácil; con Sting también ha sido fácil, pero lo hicimos juntos en su casa. Con Paul Anka hemos cantado juntos y luego él compuso la orquestación en su estudio, pero yo ya sabía de antemano lo que habíamos hecho. Cada caso ha sido diferente.

P. Entonces, además del talento, parece que usted necesita algo más.

R. Para mí, la canción es mi vida, no hay nada igual. Yo no estoy para nada cansado de mi trabajo. Todavía no he llegado a la cima en la que he querido estar. Hay cosas que me gustaría realizar y que todavía no lo he conseguido.

P. Son artistas muy diferentes y con edades también distintas. ¿Qué buscaba en cada uno de ellos?

R. Nada. Buscaba gente de talento. Sobre todo lo importante es que cantantes de estilos tan diferentes encuentren un camino común. Johnny Hallyday y yo estamos en el extremo opuesto uno del otro, igual que con Plácido [Domingo], pero no ha habido problemas. Hemos demostrado que podemos perfectamente cantar juntos.

P. El disco sale en inglés y en francés. ¿En qué lengua se encuentra más a gusto cantando?

R. La idea de hacer dos discos en dos idiomas fue mía. Lo divertido es que la mayoría de mis colegas han preferido cantar en francés, incluso Elton prefería cantar en francés y hemos tenido que convencerle para que interprete en inglés. Esa gente ama la canción francesa y ama cantar en francés.

P. ¿Cómo han sido los encuentros virtuales, con Dean Martin o Edith Piaf?

R. El encuentro con Dean Martin ha sido realmente virtual porque no le conocí. Tenía muchas ganas de cantar con él. El de Edith Piaf ha sido un caso particular. Piaf y yo cantamos cientos de veces juntos en la radio, en la televisión, pero era una época en la que no se podía grabar y por eso no tengo nada grabado con ella de aquella época. Yo he cantado con ella de todo en los viajes que compartimos, canciones españolas, rusas, italianas y por eso no ha sido nada difícil.

P. Muchos hablan de usted como la memoria romántica del siglo XX, el representante de la canción francesa. ¿Se reconoce en ello?

R. No, ese calificativo es un gran error. No soy un cantante romántico, tampoco un artista del amor. Julio Iglesias sí que es un cantante del encanto y del amor, pero yo soy un autor de la verdad.

He escrito cosas horribles, antes nunca nadie había hablado de la próstata en una canción y yo lo hice. También fui el primero que se atrevió a hablar en una canción sobre la homosexualidad. Como escribo bien, y no tengo vergüenza de decirlo, eso me ha permitido ir muy lejos en la canción. Todo de lo que empecé a hablar se ha convertido con el tiempo en algo natural. He hablado de la homosexualidad, de mi muerte. En esto no he sido el único, Brassens ya habló de su muerte.

P. La canción francesa es algo más que música. Leo Ferré comentó que la gente casi no lee poesía y que es la música la que ayuda a la poesía a hacer su camino.

R. Habla usted muy rápido y muy bajo.

P. Perdón. Le decía que qué baza ha jugado la poesía en su música.


<strong>R. Siempre es importante que exista una base de poesía. Incluso las canciones comerciales hay que envolverlas en papel de seda.
Yo no escribo de política pero si escribiese de política sería virulento. Si uno quiere que una idea pase hace falta que sea agresiva, pero al mismo tiempo es necesario que esa agresividad agreda quizás un poco el espíritu pero nunca a la persona que tenemos enfrente, porque no todo el mundo puede amar lo que uno hace. La verdad para la longevidad de un artista es la de acabar siendo amado por todos, es difícil pero hay que tender a ello.

P. Ha vendido usted millones de discos en todo el mundo. ¿Cómo vive un artista como usted el éxito?

R. No afecta para nada. Yo continúo haciendo discos sabiendo que la vida del disco ha terminado. El éxito no es el dinero que uno puede ganar o haber ganado a lo largo de la vida, es el público. El éxito es convencer a la mayor parte de la gente, tanto al intelectual como al más imbécil. Yo no me siento más cercano del intelectual que del imbécil, me gusta la franja intermedia.

P. Ha participado usted en muchas películas, ha trabajado como actor. ¿Qué ha supuesto el cine en su carrera?

R. No ha sido nada importante el cine en mi vida. Me gusta, pero yo he interpretado los papeles que me han propuesto, en cambio, he cantado lo que de verdad he querido cantar. No es para nada lo mismo. Para asegurarme que cantaba lo que realmente quería, he escrito mis propias canciones, pero no he escrito mis papeles, nunca he podido hacerlo.

P. Se ha decidido hace poco a escribir ensayos, novelas. También hace años escribió su autobiografía. ¿Qué le ha llevado a la literatura?

R. Simplemente, estaba encerrado en una manera de escribir que era la del verso. Estaba convencido de que no era capaz de escribir en prosa. Aun reconociendo que no sabía escribir en prosa, me he esforzado en hacer algo que no tenía costumbre y que incluso la gente no creía que pudiera lograrlo. Todos los grandes libros de autobiografía, excepto el de madame Signoret hace más de 40 años, han sido escritos por otros. Yo redacté mi propia autobiografía y, posteriormente, la leí varias veces y eso que no me gusta releer los libros. Tuve que buscar un estilo propio de escritura y finalmente terminé por ganar un premio y se convirtió en un best seller.

P. Antes ha dicho que es usted un cantante de la verdad, que ha sido el primero en tratar temas como la homosexualidad. ¿Cuál es su inspiración? ¿Dónde la encuentra?

R. Lo que me inspira es la calle. La verdad está por todas partes, en la calle. Lo primero que hay que saber hacer es observar a la gente. La verdad está en los medios de comunicación, todos los días uno puede leer periódicos, ver la televisión, escuchar la radio. Los temas están ahí, hay algunos que se nos escapan y otros que no. Desde que yo escribí la primera canción sobre la homosexualidad, pasaron 30 años hasta que se hizo la siguiente. Fue inmediatamente aceptado por el público francés, alemán, belga, italiano. En España no sé, quizás porque es un país muy católico, aunque también Italia lo es. En Estados Unidos la canté una sola vez en un programa de televisión en horario de máxima audiencia, pero al día siguiente ya estaba en la calle y en los cabarés.

P. ¿Cómo ve el futuro de la música, de los discos, con la piratería e Internet?

R. El disco se ha terminado. Habrá que encontrar algo diferente.
Seguramente los especialistas en tecnología encontrarán otra cosa, pero por el momento el disco se ha acabado. Como dice mi mujer, he vivido los mejores años de la música. El disco será reemplazado por el espectáculo.

P. ¿Por el directo?

R. La gente vendrá a oír a sus músicos a los escenarios porque la necesidad de la canción se hará sentir.

P. Siempre ha tenido muy presente al pueblo armenio. ¿Qué relación sigue teniendo con Armenia, aparte de la sentimental?

R. Yo no tengo una relación sentimental con Armenia, mi relación es de simple constructor, ejecutor. He ayudado y pagado instalaciones eléctricas que se habían venido abajo en distintos lugares. He estado siempre cerca de los presidentes de Armenia, pidiéndoles ayuda para los campesinos, para que les provean de útiles y de máquinas. Como armenio no pido nada imposible, exijo cosas difíciles pero para nada imposibles. No me ocupo de la política, yo soy un hombre libre y digo lo que quiero.

P. ¿Siempre dice y hace lo que quiere?

R. Soy un hombre libre. Una vez me propusieron ser embajador en Ginebra, me lo propuso el presidente de Armenia y me sentí absolutamente halagado. Ese día me acosté feliz, pero cuando me desperté me di cuenta de que si aceptaba iba a perder mi libertad. Si alguna decisión no me gustaba del Gobierno armenio me iba a sentir mal. Yo no puedo perder mi libertad por un puesto honorífico.

P. Volviendo a la canción, ¿qué recomendaciones haría a los jóvenes que empiezan?

R. Que si se pueden dedicar a otra cosa...

P. No me lo creo.

R. Es un oficio durísimo. Los inicios son terribles. Tienen ustedes en España Operación Triunfo, ¿no? ¿Dónde están los que han ganado Operación Triunfo? ¿Qué ha sido de ellos? Sólo uno de doce o quince de los que empiezan logra hacerse un hueco. Hay otras cosas que hacer en la Tierra. Si yo volviera a nacer hoy, no sería cantante.

P. ¿No?

R. No. Hay cosas maravillosas que hacer. La investigación, Médicos Sin Fronteras. Mi hijo, que es investigador, tiene serios problemas para encontrar trabajo. Los gobiernos no dan suficiente dinero para la investigación, que es lo más importante. Mientras se dedican grandes presupuestos para la investigación de dentífricos o perfumes, la investigación seria se abandona. El hijo de mi socio, que también es investigador, abandonó la carrera y mi hijo la abandonará algún día. Eso me produce una cólera terrible. Todo esto es mucho más importante que la canción.

P. Usted que conoció tan bien a Piaf, ¿qué le pareció el filme La vida en rosa?

R. No la he visto y no la veré, por una simple razón. El filme ha sido únicamente realizado desde un punto de vista dramático. Nunca hay una sonrisa. Sé que está muy bien interpretado porque mi mujer me lo ha dicho, que la actriz es formidable, el resto de actores también. Yo viví ocho años en casa de Edith y jamás vi una jeringuilla. Ella era divertida y en el filme jamás se ríe. Retratan a una Edith Piaf que yo no conozco.

P. ¿Qué le parece que una colega cantante como Carla Bruni esté en El Elíseo?

R. Muy bien. Conozco a su familia y es excelente. Ella ha compuesto canciones muy buenas, tiene mucho talento. Está muy bien tener a alguien como ella de primera dama porque usted sabe bien que reemplazar a la anterior primera dama no es nada fácil. Madame Chirac fue una gran primera dama y no era nada fácil reemplazarla. Carla tiene encanto, es inteligente y tiene talento, que es lo que más importante. -
Edith Piaf, Frank Sinatra, Dean Martin. Doble CD con 26 temas. EMI. Se publica el próximo día 17.


Dúos. Charles Aznavour con Céline Dion, Julio Iglesias, Plácido Domingo, Laura Pausini, Elton John, Johnny Hallyday, Nana Mouskouri, Sting, Josh Groban, Carole King, Paul Anka, Herbert Groenemeyer, Liza Minnelli, Bryan Ferry

domingo, 1 de febrero de 2009

ALMA GUILLERMOPRIETO

ENTREVISTA: MAESTROS DEL PERIODISMO Alma Guillermoprieto Reportera
"Siento que el oficio se está acabando"
JUAN CRUZ 01/02/2009



Lo que hace a un buen reportero, decía Ben Bradlee, es la energía. Alma Guillermoprieto (reportera, mexicana, de 59 años) trabajó con él, y responde de las cabezas a los pies a esa exigencia. Enérgica y latinoamericana. Escribe para The New Yorker, para National Geographic, para The New York Review of Books, estuvo en la plantilla del Washington Post, y es una reportera que ahora forma parte de la Fundación Nuevo Periodismo que fundó Gabriel García Márquez. El libro Al pie de un volcán te escribo (Plaza y Janés, ahora casi inencontrable) es una suma de algunos de sus mejores reportajes, y es una joya en cuyo caleidoscopio se ve al milímetro el drama de América Latina, su país. Cuando la vimos, en Guadalajara, México, estaba sentada con unos alumnos de periodismo a los que les contaba su experiencia, en la cátedra Julio Cortázar que presiden Gabriel García Márquez y Carlos Fuentes. Y luego estuvo con Gabo platicando sobre periodismo y hablando de este oficio ante un grupo amplísimo de personas que la escucharon contar, precisamente, la raíz de su pasión por el periodismo y por América. Ese libro (y otros, Los años en que no fuimos felices, Samba) recoge no sólo su pasión, sino su forma de convertir en metáfora el dolor que ha visto; ahora ha publicado, también, Las guerras en Colombia, y de esa experiencia, que ella siempre vive en primera persona, nació una frase que es como el emblema de su manera de aparecer ante la realidad: "Hoy hace guerrilla, mañana tempestad". Ha dicho que ese reporterismo suyo, en concreto el de las guerras, le ha permitido acercarse a "La muerte como forma de vida", un asunto que la tuvo metida hasta el cuello en un drama que también era "una vida dichosa atravesada de ráfagas de sufrimiento y de rabia". Una periodista. A los chicos que le escuchaban en la cátedra Cortázar les pidió lo mismo que a los que la escucharon de noche: curiosidad, no quedarse con la primera impresión. Nosotros hablamos con esta mujer pausada y fibrosa después de la clase con los que quisieran imitarla.

México
A FONDO
Capital: Ciudad de México. Gobierno: República Federal. Población: 109,955,400 (est. 2008)
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"Los que ejercimos este oficio vivimos muy felices, fuimos como Marco Polo, descubridores de nuevos mundos"

"¿Qué tendríamos que hacer los periodistas que no hacemos? Reportear. En América Latina hay el gran tema del narcotráfico"
Pregunta. ¿Qué les ha enseñado a los chicos?

Respuesta. Nada. Les puse a leer sus propios textos, y a criticarse. Como para dejarles con la idea de que el periodismo en comunidad con los lectores, pero también entre ellos mismos. No hay nada más sabroso que juntarse en una cantina un jueves por la tarde una vez al mes a comentar todos los textos de la semana. Eso es un taller. Un taller mío, por lo menos.

P. ¿Qué tendríamos que hacer los periodistas que no estuviéramos haciendo?

R. Reportear. Y en América Latina y en Estados Unidos tenemos el lavado del narcotráfico como gran tema pendiente. He estado viendo The Wire, esta fantástica serie de televisión, y ahí se dice: "Cuando tú, como policías, sigues el hilo de la droga, encuentras droga. Pero cuando investigas sobre el lavado de dinero no sabes a quién vas a descubrir. Y por eso ese trabajo no se hace". Porque a lo mejor das con un secretario de Estado, con el jefe de la basura municipal. Así que en esta guerra absurda contra las drogas no se hace el trabajo más difícil y necesario...

P. ¿Por qué?

R. Porque hay demasiados intereses involucrados. El narcotráfico es un gran negocio para mucha gente: para quien cultivas las drogas, para quien reparte las drogas, para quien reparte las drogas, para quien persigue las drogas... Es un enorme negocio. Reciben enormes presupuestos del Estado cada año los policías, la policía investigativa, los jefes de seguridad... A ninguno de los participantes les interesa mucho que acabe el narcotráfico.

P. Pero, un oficio que fue capaz de acabar con el presidente de Estados Unidos, ¿cómo se para ante eso?

R. El presidente era uno solo, y era muy poco popular.

P. Y no tenía dinero.

R. Y no tenía dinero. El narcotráfico es una red que ya abarca toda Europa, todo Estados Unidos, toda América Latina, una buena parte del sureste asiático, y ahora también incluye ciertos países de África... Hay una imagen que se utiliza mucho para demostrar la inutilidad de la guerra contra las drogas. La usan, por ejemplo, los agentes de la DEA [el departamento anti estupefacientes de Estados Unidos] que después de veinte años en la lucha acaban decepcionados y dicen que combatir el narcotráfico es como pellizcar un globo de helio por un lado. En seguida acaba el chipote por otro: acabas con el narcotráfico en Bolivia y aparece en Perú. Lo persigues en Perú y aparece en Colombia, y así sucesivamente. Pero la imagen del globo es casi criminalmente incorrecta: la guerra contra las drogas, que es consecuencia de una política de criminalización de la producción y el consumo de narcóticos, produce una especie de sida. Es contagiosa, pasa de un órgano vital a otro, de un cuerpo o país al otro, deja devastación y muerte por donde pasa, y el virus del HIV no se elimina nunca del torrente sanguíneo. Una vez que un país aprende a traficar drogas, quedarán siempre en estado de latencia las redes para traficar armas, mujeres, lo que sea...

P. Una red gigantesca...

R. Y no es fácil investigarla. Pero aparte de que no es fácil, si te vas por ahí persiguiendo hilitos como hicieron Bob Woodward y Carl Bernstein... Persiguiendo un solo hilito fueron a dar con una persona, Nixon... Imagínate cuánta gente tendría que investigar cuántos hilitos para llegar a desenmarañar toda una red mundial...

P. ¿Se atrevería usted?

R. Yo sí me atrevería, pero ese trabajo se hace en equipo, a largo plazo, y con el respaldo absoluto de un medio. Pero, además, no cualquiera puede ser reportera investigativa. Los reporteros investigativos tienen cerebros muy raros.

P. ¿Cómo es ese cerebro?

R. No piensan como lo hacemos los demás. Hay una curva: mientras mejor es un reportero como investigador, peor escribe. Eso es un problema, siempre tienes que poner en el equipo a un reportero investigativo con uno que sepa escribir... Pero son pocos los que tienen esa mente capaz de juntar pedacito con pedacito y no pensar en otras cosas... Como son escasos...

P. Ben Bradlee decía que un reportero necesita energía, "la historia le lleva y es parte de su alma; mientras no la termina no ha acabado". Y Woodward dice que los buenos reporteros no dejan que la velocidad o la impaciencia les rompa una historia.

R. Eso es universalmente válido... Ahora estábamos hablando el taller de la necesidad de ser persistentes a pesar de tener encima la hora de entrega... Aunque yo tengo el lujo de no tener que preocuparme de una hora de entrega todos los días. Siempre hay que perseguir la historia hasta el final de su ciclo, no hasta el final de la historia, puesto que las historias nunca terminan, pero hasta el final de ese ciclo de reportería. Por otro lado, a los que tenemos nuestra edad ya nos resulta difícil mantener esa energía, ese amor absoluto por el oficio.

P. ¿No tiene usted esa energía?

R. Me cuesta más trabajo cada vez renovarla. Pero no porque me haya cansado del oficio sino porque siento que el oficio se está acabando.

P. ¿Tan gravemente?

R. Sí, yo creo que tan gravemente. Creo que realmente ahora somos un poquito dinosaurios.

P. ¿¡Qué me dice!?

R. Yo cada vez tengo menos tiempo para leer. Y además cada día me fascina más la nueva tecnología. Me paso horas en Internet ¡porque es fascinante!

P. ¿Y eso nos convierte en dinosaurios?

R. Nos convierte en dinosaurios porque yo por lo menos escribo para la gente a la que le gusta leer. Nunca le he tomado el tiempo, pero me imagino que para leer un artículo mío una persona le tiene que dedicar una hora seguidita. ¿Quién hoy en día le dedica una hora seguida a un pinche artículo sobre América Latina que no le va a ser para nada?

P. Dice usted que el gran asunto es el narcotráfico. Pero los periodistas no lo pueden hacer. ¿Qué pasa?

R. Es fácil en cualquier guerra encontrar periodistas jóvenes y valientes, hombres y mujeres, que se lanzan a la primera trinchera del frente. "¡Yo voy, yo voy!" Se lanzan porque son jóvenes, porque están convencidos de que no les va a pasar nada, porque confían en tener la maña suficiente como para que no les pase nada, y porque saben por donde vienen las balas... En el narcotráfico tú te metes en un túnel negro y no sabes de dónde te van a disparar. Eso no es lo mismo. Encontrar al reportero valiente, o a la reportera valiente, para eso es muy complicado. Y no es justo que un editor lo exija. Esa es una parte del problema.

P. ¿Y la otra?

R. La otra parte del problema es que en América Latina, desgraciadamente, hay una larga tradición de corrupción. En México y en otros países se tiene que luchar contra el chayote famoso, el dinero que se le reparte cada mes al reportero de la fuente. Y si el narcotráfico es capaz de corromper a la INTERPOL en México, ¿cómo no va a corromper a un pobre periodista que gana ocho mil pesos al mes? ¿Cómo sobreviven los periodistas en el oficio? Esa es la pregunta realmente preocupante en América Latina. Una vez que tú puedes garantizarle la supervivencia económica a una periodista, puedes empezar a pedirle que arriesgue su supervivencia física.

P. O sea que también es una cuestión empresarial.

R. Es completamente empresarial. Además, si tú estás reporteando y tienes la más leve sospecha de que el jefe de sección de política no es que necesariamente simpatice con el narcotráfico, pero que va a tapar la nota para que no meterse en problemas, ¿para qué te arriesgas? Son muchos los niveles que impiden estructuralmente que el narcotráfico se reportee como es debido. Y, sin embargo, se hace bastante; algo sabemos de lo que quieren esconder.

P. ¿Qué ha tenido que pasar para que una gran periodista latinoamericana, quizá la más importante del mundo de habla española, diga que somos unos dinosaurios?

R. Lo que siempre pasa para que entre en extinción un oficio: una nueva tecnología que lo supera.

P. ¿Lo supera tanto como para dejarnos obsoletos?

R. Sí. En cuanto no haya una reacción fundamental en contra de todo lo sea Internet, sí, sí la va a superar. Mira: yo me subo todos los días al sitio de The New York Times en Internet ¡y es una maravilla! ¿Qué soy yo? Soy una cronista que se ocupa de juntar palabras de manera que mis lectores tengan la sensación de haber estado en un lugar, de haber entendido algo importante y se hayan emocionado. Más o menos esa es mi ambición. Bueno, pues en una página del sitio del New York Times tienes la nota, tienes los links, y no necesariamente habrás pasado por un momento trascendental, pero en la misma hora o cuarenta minutos que le dedicas a un texto mío podrás haber elegido entre un menú multimedia muy seductor, muy inmediato, muy informativo, y a veces también muy conmovedor.

P. Pero leer produce una sensación mayor de información, de discernimiento. Discutes con el texto. Lo otro te convierte en un ser pasivo, ¿no?

R. No, no creo que Internet te convierta en un ser pasivo. Creo que viendo la televisión te conviertes en un ser totalmente pasivo. ¿Qué creo? Creo que la acción espiritual de leer, leer comprometidamente como leemos los de nuestra generación todavía y los muchachos a los que doy clase en la Universidad, es un acto espiritual, un acto de profunda comunicación a niveles que no son tangibles ni físicos entre la autora y el lector. Tú terminas un libro o un artículo en el cual te has metido profundamente y has creado otro mundo. Esa experiencia de lectura profunda no se reemplaza con nada. Quizá la gente se dé cuenta de eso en algún momento y redescubra la lectura.

P. O sea que por fin optimista.

R. No: anhelante.

P. Pero usted es de una raza periodística que ha vivido de la verificación, mientras que en Internet hay luces y sombras...

R. Absolutamente, nosotros hemos vivido armando mundos coherentes... Los muchachos tienen esas ganas de navegar (y navegar es la palabra exacta) por la red, navegar infinitamente. Un texto es una escultura, una vasija de barro, una cosa completa y encerrada en sí misma. Y eso seduce todavía a los muchachos en las clases que estoy dictando en la Universidad de Chicago. Y estos chicos a los que he enseñado hoy en el taller me han nombrado un montón de libros que yo no he leído y que ellos han leído con pasión. Visto eso a lo mejor sí estoy siendo demasiado pesimista... Pero, bueno, estamos en medio de esta crisis económica mundial, y esa crisis refuerza la de los medios y yo la resiento, la resiento porque estoy nadando en medio de ella.

P. ¿Cómo hemos llegado a esta crisis?

R. Sin saberlo, sin darnos cuenta, un día aporendimos a usar una computadora... Me acuerdo que escribí mi primer libro en una computadora con letras verdaes, iba clac, clac, clac..., iban apareciendo unas letritas verdes en una pantalla negra... Ninguno de nosotros fue capaz de imaginar lo que iba a pasar entonces. Creo que los medios se montaron muy tarde en el cambio, y eso fue lo que hizo que llegáramos a esta situación. Y otra cosa ha sido que, hasta donde yo entiendo, y no entiendo nada de plata, ningún medio ha sido capaz de aprender a vender en la red algo que los usuarios quieran comprar sin saltarse los anuncios... El día que se descubra eso los medios van a ser hipermillonarios y van a poder tener una cantidad de reporteros repartidos por el mundo, otra vez haciendo cobertura internacional.

P. La red ofrece un instrumento para navegar, pero no es el barco.

R. Cada día es más el barco, y yo no tengo la menor duda de que los periodistas jóvenes van a armar ese barco, le van a poner el velamen, le van a poner el figurón de proa, le van a poner los remos, le van a poner las velas y lo van a llevar adonde sea. No tengo la menor duda de eso.

P. O sea que su generación, que es también la de este periodista que le pregunta, va a tener que decir de veras adiós a Gutenberg del todo...

R. Es que es raro un novelista que produzca una gran obra después de haber cumplido los 60 años. Escasea. ¿Por qué no ha de suceder lo mismo con nosotros, los periodistas?

P. ¿Cómo se hizo usted periodista?

R. Por accidente, en 1978. Mi madre tenía un amigo que era periodista, editor de Latinamerican Newsletters. John Rettie. Necesitaba una persona que le enviara material, y me quiso convencer... Acabé diciéndole que sí. Y le enviaba un resumen de lo que leía en los periódicos... Seis meses más tarde vi en la televisión a un conjunto de gente dichosa en un lugar llamado Managua, acompañando a unos muchos guerrilleros... Acababan de canjear a sus presos encarcelados por la centena de reos que se habían tomado en el edificio del Congreso del dictador Anastasio Somoza. Me dije: "¡Quiero estar ahí mañana!" Pedí dinero prestado para el pasaje. ¡Queria estar ahí! El golpe de Estado de Pinochet en Chile me había deshecho el corazón, y cuando cinco años más tarde se produce esta cosa maravillosa yo me quiero subir al avión y verlo. Llamé a John para decirle que me iba a ausentar, y me preguntó por qué. Para que no se enojara le dije que porque unos periódicos y revistas muy importantes de México me lo habían pedido.

P. Era mentira.

R. Por supuesto. Y él se ofreció a pagar los gastos... Mis maestros fueron mis colegas, que se divirtieron mucho que no era ni siquiera novata sino una loca que había llegado ahí a querer aprender periodismo, o más bien cómo era eso de vivir una revolución haciendo periodismo. Todos los periodistas estaban en el único hotel moderno de Managua, el Intercontinental. Ahí estaba el corresponsal del New York Times de entonces en México, Alan Riding, a quien habían conocido por medio de John Rettie. Le dije: "Ayúdame porque no tengo la menor idea de lo que estoy haciendo aquí". Alan me ayudó, me ayudaron los demás, me fui con la bola, tuve la suerte de llegar a un lugar donde había una bola de periodistas, y le hice la primera entrevista a Sergio Ramírez.

P. Ahí empezó todo.

R. Ahí empezó todo.

P. Y la historia de su trabajo parece una respuesta a Rettie: ha contado América Latina. ¿Qué hace el periodismo por contar que aquí además de problemas hay energía?

R. Una de las cosas que se han de hacer es empezar a vivirnos como latinoamericanos... Tenemos una lengua, una religión, grandes aspectos culturales en común, y hasta hace quince años yo diría que hemos vivido en perfecto aislamiento los unos de los otros, sin instituciones latinoamericanas. Entonces, ¿qué reivindico del Che a estas alturas? Que fue el primer latinoamericano, que se vivió a sí mismo como latinoamericano. ¿Cuántas instituciones latinoamericanas hay? Muy pocas. Creo que la Fundación de Nuevo Periodismo, de la que me enorgullece formar parte, es una de las primeras y de las más importantes instituciones latinoamericanas, porque tenemos talleres a los que acuden periodistas jóvenes de todos los países de América Latina, y conviven y se descubren a sí mismos como latinoamericanos. Eso a mi me parece maravilloso. Crear un periodismo latinoamericano empieza por ahí, por ser conscientes de que existimos como tal. De repente surgen medios latinoamericanos como El Gatopardo, que ha sido muy importante en ese sentido. EL PAÍS ya se puede leer en toda América Latina, porque es un medio iberoamericano... España va descubriendo América Latina como una zona con la que se puede dialogar y como una zona de renovación vital, me atrevo a decir, para una España que lleva demasiados años existiendo en la rutina.

P. Le decía a los estudiantes los errores que cometemos los periodistas. ¿Cuáles son los más graves?

R. El sentimentalismo, la condescendencia, la pobretería. Vamos a reportear siempre a los pobres porque ellos no tienen abogados, no nos van a montar una demanda por lo que digamos de ellos. Insisto en que deberíamos reportear a los ricos con la misma obstinación, pero no lo hacemos porque los ricos tienen poder. Otro error: confundir la denuncia con ser contestatario.

P. ¿Qué aprendió de este oficio, Alma?

R. Del oficio, no sé. Te cuento lo que he aprendido reporteando en este mundo en el que vivo. En América Latina la inmensa mayoría de la población es pobre, y yo por una simple cuestión de representatividad democrática le he dedicado treinta años a escribir sobre esa mayoría. La gente a la que yo he reporteado ha resultado siempre más mañosa, más capaz de sobrevivir, más llena de humor, más irreverente y más sagaz de lo que nosotros pensamos. No viven en la autocompasión, de manera que he intentado no escribir nunca buscando que mis lectores digan: "¡Ay, pobrecitos de los pobres!" Es una región muy vital, llena de gente absolutamente decidida a salir adelante.

P. Dentro de poco, 60 años. ¿Reportera para siempre?

R. De momento, jardinera para siempre. Yo ahorita tengo ganas de regresar a mi jardín... ¿Te acuerdas de ese momento final de Candide, de Voltaire? Candide se encuentra con su viejo amigo el doctor Pangloss y con su amada; después de haber pasado por todas las guerras, desastre, plagas y torturas, Voltaire hace decir a su personaje, Candide: "Y ahora, mis amigos, hay que ir a trabajar al jardín"...

P. ¿Y hemos sido felices en este oficio?

R. Insisto en que este oficio está muriendo porque no le veo alternativa, pero con eso no quiero decir nada patético... Cuando a mi me hagan la entrevista de los últimos de la especie quiero que quede claro que los que ejercimos este oficio vivimos muy felices, muy sabrosamente, que fuimos como Marco Polo, descubridores de nuevos mundos, y que el escribir, el reportear, el viajar, el comer tortas ahogadas en Jalisco y ostras y champán en París, caminar por paisajes que embelesan y conversar con la gente que más ha sufrido o que más alegría ha dado o que más nos ha inspirado a todos, presenciar los hechos que han conmovido al mundo y vivir, como los gatos, siete vidas en una sola..., todo eso ha sido un privilegio y una maravilla.