martes, 30 de diciembre de 2008

EULALIO FERRER

ENTREVISTA: DESAYUNO CON... EULALIO FERRER


"No es posible vivir con rencor en el corazón"
JUAN G. BEDOYA 30/12/2008



Cuesta imaginar a este hombre de 88 años, que rezuma sabiduría, libros y condecoraciones, cuesta verlo como el capitán más joven en la Guerra Civil, con apenas 19 años, y escapar al exilio con lo puesto, su paso por los campos de concentración, y una vida de rico empresario y escritor de éxito en México, hasta llegar a la Academia Mexicana de la Lengua.

Vuelve un par de veces al año a Santander, su ciudad natal, porque preside el Premio Menéndez Pelayo, del que es mecenas; acude al Instituto Cervantes, del que es patrón, y acaba de publicar la novela Háblame en español.






El empresario y mecenas afincado en México publica una novela a los 88 años
Como una travesura. Así cuenta Eulalio Ferrer la decisión de publicar esta su primera novela a los 88 años, después de 40 libros serios, como De la lucha de clases a la lucha de frases. El desayuno se prolonga dos horas, en un coqueto comedor, ante la mirada condescendiente de una camarera atenta a la conversación a cambio de no dar prisa. Ferrer perdió hace un año a su esposa, Rafaela Bohórquez, también exiliada. Fue un mazazo para su mala salud de hierro, poco a poco recuperada. Aún se le resiste el apetito.

Cuando Ferrer volvió a Santander desde el exilio, vivo todavía Franco, acudió de mañana al cementerio local para desparramar claveles en la campa donde los asesinos de la posguerra enterraban a sus víctimas como a animales, por miles. "¿Qué hace usted?", le increpó el vigilante. "Echo claveles sobre mi tumba". "¡Pero usted está vivo!". "Sí. Pero si no llego a irme, estaría enterrado aquí".


Le pido que rememore sus 16 años, como secretario de Propaganda de las Juventudes Socialistas
. Por aquello le vigilaba la policía 35 años después. Pero los secretas iban a quedarse pasmados. Por la tarde, Ferrer fue llamado al Gobierno Civil, no para ser torturado, sino para dar conversación al gobernador, informado de la biografía del visitante, y para recibir invitaciones al mejor palco del Festival Internacional de Santander.

A Eulalio Ferrer la vida le ha dado muchas satisfacciones. No pocas las atribuye a haber perdido una guerra. México, a sus 19 años, fue una liberación para él. El primer amor con sexo; la primera empresa -una revista que hacía de cabo a rabo: textos, publicidad, reparto, cobro-; el primer automóvil, que le costó el carné del PSOE -su padre le dijo: "Tú eres un burgués. No se te ocurra volver por el partido"-; y el orgullo de sus amigos, cuando ya era patrón de grandes empresas de comunicación y podía dedicarse a mecenas, "por el placer de compartir". "

A veces me preguntan cuánto he gastado en el Museo Iconográfico del Quijote, o en patrocinar premios, por ejemplo. Les digo: una casa en Nueva York, otra en París, otra en Madrid, y un yate en el puerto de Santander. No tengo eso, pero me siento bien pagado".


Pese a todo, Eulalio Ferrer es un superviviente. "El sobrevivir es el milagro de mi vida", dice. No hemos podido espantar de la mesa la tristeza. Le pesan los recuerdos: la huida con su familia hasta arribar a México, el terrible campo de Argelès-sur-Mer, y a Antonio Machado tiritando de frío junto a su madre, acurrucada sobre él. Sentados en un banco de la plaza de Banyuls, esperan a Pepe, el hermano del poeta, que les llevará al hotelito de Colliure donde morirán poco después. "Don Antonio iba sin abrigo y coloqué sobre sus hombros el mío, pese a necesitarlo tanto. Fue muy triste... Pero sé que no se puede vivir con rencor en el corazón", dice en voz baja.

viernes, 26 de diciembre de 2008

HAROLD PINTER

Muere la conciencia del teatro británico
Adiós a la mirada de un rebelde
El dramaturgo Harold Pinter, premio Nobel de Literatura 2005, fallece a los 78 años
MARCOS ORDÓÑEZ 26/12/2008




Después de Beckett, su maestro, Harold Pinter -fallecido el día de Nochebuena- ha sido el gran patrón de la dramaturgia contemporánea. Fue el padre espiritual de Mamet, de LaBute, de toda la generación de los In-Yer-Face, los nuevos airados británicos, desde Martin McDonagh hasta Conor McPherson (Escondidos en Brujas, la película sorpresa del verano, era pinteriana hasta la médula) pasando por la suicida Sarah Kane, a quien defendió cuando todo el mundo se rasgaba las vestiduras por Blasted, y su influencia es indiscutible en algunos de nuestros mejores autores, con Benet i Jornet y Llüisa Cunillé a la cabeza.

Pinter era un duro, un duro de Hackney.


Sobrevivió a los ataques de las bandas antijudías de su barrio de infancia, y al tribunal militar que le condenó por objetor en los durísimos años cincuenta, y a las modas, y a las etiquetas, y a los fascistas que, cada año y, sobre todo, a partir de su comprometidísimo discurso de aceptación del Nobel, en 2005 le acusaron de "izquierdista trasnochado".


Mutis por el fondo izquierda
Despedida a un amigo
Harold Pinter

A FONDO
Nacimiento: 10-10-1930 Lugar: (Londres)



Reino Unido
A FONDO
Capital: Londres. Gobierno: Monarquía Constitucional. Población: 60.943.912 (est. 2008)



Sobrevivió a quienes le acusaron de "izquierdista trasnochado"
El pasado 8 de mayo, con motivo de la reposición de The birthday party, su primera obra, en el Lyric Hammersmith de Londres (el mismo teatro y la misma fecha donde se estrenó 50 años antes), Pinter comentaba, sardónico, que todos los críticos de entonces, a excepción de Harold Hobson, "escribieron que aquel debut sería mi despedida". También erraron los médicos en 2001, al diagnosticarle un cáncer de esófago en fase terminal. Desde entonces hasta su muerte desarrolló una actividad sobrehumana, como escritor, director de escena, guionista (la adaptación de La huella, de Anthony Shaffer, para la secuela dirigida por Kenneth Branagh), activista político (empeñado en lograr la condena de Tony Blair como criminal de guerra) y también actor: protagonizó Apart from that, en BBC / TV, en 2005, y en octubre de 2006 volvió a subir a un escenario para interpretar, en el Royal Court, Krapp's last tape, el monólogo de Beckett, durante nueve funciones a teatro desbordado.

A diferencia de sus compañeros de generación, Pinter no ha dejado de estar presente, año tras año, en la cartelera anglosajona. En la última década he visto en Londres una o dos piezas suyas por temporada, estrenos y reposiciones, algunas dirigidas y protagonizadas por él (doble gozada) y siempre con gran éxito, desmintiendo el estúpido cliché de "autor minoritario" o "difícil".

Pocas veces he escuchado tantas carcajadas (y tantos silencios cargados de amenaza) como en No man's land (de nuevo, por cierto, éxito de la temporada en el Duke of York's del West End, con el inmenso Michael Gambon), ni he visto tantas lágrimas como en el despertar de Penelope Wilton en A kind of Alaska. Cuando le dieron el Nobel escribí en estas páginas: "Pinter no es simbólico. Ni absurdo. No necesita dramaturgias ni escenografías que expliquen el concepto. No es realista ni surrealista sino superrealista: su teatro es un concentrado extremo de realidad. Que incluye, naturalmente, los sueños y los deseos secretos y las realidades paralelas, y todo lo que no se dice, y lo que se dice para no decir lo que quiere decirse. Y el dolor, y el humor, un humor que suele ser lírico y feroz al mismo tiempo: el deadpan de los cómicos ingleses, que dejan caer sus frases como gotas de té en mitad de un incendio".

Como Bergman, igualmente acusado de difícil y plomizo, Pinter fue un vitalista radical que siempre se lio a puñetazos con la sombra para arrancarle todos sus velos, para hacer trizas todas sus máscaras. También llovieron sobre él los calificativos de amargo, frío o distante. Le recuerdo en la sala Beckett de Barcelona, en 1998, cuando Sanchis Sinisterra le dedicó un memorable Otoño Pinter. Vino también para apoyar el estreno en España de Ashes to ashes, con Stephen Rea y Lindsay Duncan, en el Mercat de les Flors, y la noche siguiente cayó por el local de Gràcia ("¡Pinter está aquí!") y subió al escenario, entusiasmado, para aplaudir a los intérpretes de Un ligero malestar. Y bebió durante la cena como un cosaco, y cantó blues con su vozarrón de barítono, y le tiró los tejos a Lina Lambert, la protagonista.

Muchos de los asistentes a aquellas funciones, y a los apasionados coloquios que siguieron, descubrirían, pues, a un Pinter cálido, próximo y riente. Lástima que no pudiera organizarse entonces un homenaje paralelo a su trayectoria cinematográfica ("He escrito 29 obras de teatro, pero también 24 guiones", decía, orgulloso) como el que en junio de 2006 le dedicó la BAFTA con una selección de sus mejores trabajos a cargo de su colega David Hare. Para algunos, Pinter era más conocido como el responsable del mejor cine de Losey (con Accidente, de 1966, y El mensajero, 1969, a la cabeza), y, sobre todo, el artífice de la espléndida adaptación de La mujer del teniente francés, la novela de John Fowles que Karel Reisz llevó a la pantalla en 1980 y que le valió una candidatura para los premios Oscar. De esos 24 guiones destacaría otras dos soberbias adaptaciones: The last tycoon, la novela póstuma de Scott Fitzgerald, que se convirtió (El último magnate) en el canto del ci(s)ne de Elia Kazan, y su personalísima versión de la Recherche de Proust, que no llegó a filmarse pero sí se puso en escena en el National de Londres, durante la temporada 2000-2001.

viernes, 12 de diciembre de 2008

ENCIERREN A LA BESTIA ( Y BAJEN DE LA CABEZA DE PORTAL AL MONO Y A LA GORILA LUCY.

PORTAL, UN GROTESCO DE ENEMIGO





Raúl Portal tiene cientos de presentaciones. Desde todas las ocurrencias de sus trabajos que demuestran imaginación y transgresión, hasta sus tarjetas personales donde se ríe de sus grotescos, miserias y hasta defectos. Hoy quisimos que pasara por esta ventana de internet para que nos dejara un pedacito del otro costado, del lado menos notorio, del que la gente quizás disfrute más, conociéndole el perfil que no trasciende.

-¿Sos o te hacés?

-Soy, por supuesto, yo no me hago. Fingir me cuesta bastante. Siempre fui, soy y seré, asumiendo y poniendo la cara y el pecho a las responsabilidades o a los riesgos.

-¿A la hora de elegir a tus rivales no te dio miedo enfrentar a muchos de los que otros ni se animan?

-Si estoy convencido de lo que pienso, hago y digo, no. Hay adversarios a los que puedo disfrutar, a otros los respeto y a otros no les doy treguas.

-¿Cómo elaborás esas clasificaciones de adversarios?

-A los que estafan a la gente en su necesidad o en su desesperación no les tengo piedad y los combato sin cuartel. Cuando lideraba la Fundación Machista Argentina, por ejemplo, disfrutaba enormemente que feministas y algunas mujeres salieran a confrontar conmigo porque después de todo los hombres necesitamos a las mujeres para que laven los platos, nos recuerden que somos seres superiores y que sin nosotros no pueden vivir...

-¿Qué tenés contra los agoreros, los manosantas y mentalistas?

-Los "curranderos" y los "manochantas" le sacan el dinero a los desesperados. Ellos no reparan el daño irreversible que pueden causarle a enfermos, desocupados y desencantados amorosos prometiéndole lo que ellos saben no pueden asegurar, y lo que es peor vendiéndoles historias que solo pueden hacer realidad la propia gente desde su fe, sin necesitar de nadie.

-¿Nunca tuviste miedo de las maldiciones y las macumbas que te pudieran destinar?


-Yo soy la mejor prueba viviente de que los embrujos, maldiciones y trabajos malignos no existen, porque después de todos los enemigos que coseché en estos rubros ya tendría que estar en el infierno hace mucho tiempo. Aquí me tenés, más sano que nunca, sin saber qué hacer con el éxito, asumiendo mi condición de "sex-simbol" irresistible y sin imaginar dónde meter la felicidad que me llega a cada instante.

-¿Tu amor por los animales es de siempre?

-No, debo reconocer que desaproveché 50 años de mi vida sin ellos. Desde los 5 años hasta los 55, no disfruté de la sabiduría, la ternura y el amor de los animales. Me arrepiento, de haber estado tanto tiempo afuera del mundo animal.

-¿Qué reflexión te merece el bulldog, que es la cara de nuestro rincón cibernético?

-El bulldog es un ser que logra amalgamar la fuerza, la potencia y la bravura con la ternura, la nobleza y la seguridad. La figura del bulldog reivindica a aquellos que están más allá de lo gordo, que no se acomplejan por sus arrugas, ni los asusta la condición de chuecos o retacones... Hubo un tiempo en que se le hizo mala fama, pero el bulldog devuelve con creces lo que recibe. Si le das amor te devuelve el doble de ese amor, si le entregás maltrato, resentimiento y rencor, también te devuelve el doble.



-¿Te acordás de tu primer libro?

-Sí, lo leí a los 4 años. Como buen descediente de franceses fue "El principito" y el segundo libro, "Tarzán de los monos", quizás de ahí me surgió a través de los años mi devoción por ese ancestro del ser humano.
-Si querés tanto a los monos, ¿por qué no te mostraste más con Darwin, el mono que popularizaste en "Notidormi"?

-Justamente porque Darwin en televisión fue un error mío que tiempo después evalué la consecuencia de la aberración ecológica que estaba cometiendo. Yo me paseé 2 años por todos los medios con un mono subido a la cabeza, y sin darme cuenta fomenté un mercado de caza de monos, que llegó a desequilibrar la supervivencia de estas especies en algunas regiones de nuestro país o territorios vecinos.

-¿Te lo hicieron ver o llegaste a esa conclusión sólo?

-Un poco de cada cosa. Los monos no son animales domésticos. Por cada mono que se vende, hay 20 que mueren por distintos motivos. Puede ser por desintegrar una familia, porque mueren de tristeza ante la pérdida de la libertad, por malos tratos o porque directamente no aceptan que los capturen y luchan hasta morir.

-¿Antes de los medios de comunicación que hiciste?

-De todo. Estudié ingeniería y no me salió. Me di el gusto de tocar el bongó con mi grupo de música, atendí boliches, puse un café concert, me jugué con una sala de teatro, fui empleado público, me recibí de bachiller... Tantas cosas.

-¿Cómo te metiste en los medios?

-Fue en el 68, en la Casa Rosada.
La sala de prensa era el lugar ideal para alguien que no tenía mucha experiencia como yo. Ahí aprendí y luego pasé al Ministerio del Interior... En el 70 empecé a colaborar en Radio Mitre, hice varios intentos en la televisión, hasta que en el 82 acertamos con "Semanario Insólito", un pionero de este periodismo con humor que vemos hoy en pantalla.

-¿No te trajo problemas con los gobiernos militares de la época?

-Ese periodismo con humor, o humor periodístico me significaron 30 sumarios y 72 descargos ante las autoridades de turno... Armaba cada batifondos, pero el tratamiento de los temas a través del absurdo fue mi mejor defensa.

-Si tenés que elegir, ¿con cúal de tus personajes te quedás?

-Con el Payaso Campanita y el Caco.


-¿Por qué?

-Porque Campanita desde la ternura reivindicó la validez del chiste tonto, la zoncera y la ingenuidad, muy bien asistido por su perro retonto Tristonio.
En cambio el Caco fue el creador del periodismo dramatizado, reproduciendo los episodios de violencia y aparecía rompiendo todo... Este personaje me significó estar amenazado por la guerrilla, que veía en el Caco a un represor, mientras por otro lado, un coronel interventor de ATC creía que el Caco era un subersivo... Jamás olvidaré aquel titular del diario La Nación que decía: "Encierren a la bestia", que era yo.

Sus tarjetas de presentación dicen, entre otras cosas: "Boludo profesional", "Ese pobre tipo", "Cualquier cosa veme"... en definitiva, Raúl Portal.

Luis Ventura

sábado, 6 de diciembre de 2008

grupo cero >(Poesía y Psicoanálisis)

1974- BUENOS AIRES


EDITORIAL REVISTA «GRUPO CERO» N.º 0

1. ¿El psicoanálisis tarde o temprano recurre a la poesía?
Para la poesía no fue necesario.

2. ¿El psicoanálisis en su práctica supone un contrato con la cultura?
La poesía siempre es un acto contracultural, se acerca a la naturaleza, tiene que ver con el hombre.

3. ¿Al psicoanalista se le exige dedicación?
Al poeta se le exige dedicación y talento.

4. ¿Palabras que tarde o temprano reconstruirán una imagen primitiva?
Palabras que tarde o temprano construirán una nueva imagen.

5. ¿Experiencia en donde a nadie se le rompe definitivamente el corazón?
Si todo está destruido cuando se comienza, no caben dudas, la posibilidad es poética.

6. ¿Entre la psicosis y la poesía existe un abismo?
Para la poesía el mito es su entretenimiento y no su destino.

7. ¿El psicoanálisis permite optar?
La poesía no da alternativas.

8. ¿Un buen psicoanalista tarde o temprano gana el dinero suficiente como para pervertir su bondad?
Los buenos poetas no existen; la condición esencial para el ejercicio poético es la crueldad.

9. ¿Al psicoanalista se le pide siempre lo mismo, represión?
Cuando la poesía estalla en mí, lo reconozco, soy un placer infinito.

10. ¿El psicoanalista tiene salvación?
La poesía sabe de su esclavitud. La salvación no tiene sentido.

EL CLUB DUMAS.

ENTREVISTA: LIBROS - Entrevista Arturo Pérez-Reverte
"El libro que no te lleva a otro es estéril, fallido"



GUILLERMO ALTARES 06/12/2008


Cuando se publicó El club Dumas hace 15 años, la crítica local lo ignoró, pero miles de lectores se sintieron atrapados y se contagiaron unos a otros. Ahora, esta novela, con la que Pérez-Reverte abrió un nuevo camino en la literatura española, se reedita en un volumen especial. "Escribo porque me divierte: si fuese infeliz escribiendo, no lo haría", afirma el autor

Mi imaginación enfrentada a la realidad se parece a un hombre que, visitando las ruinas de un monumento destruido, tiene que pasar por los escombros, seguir los pasadizos, agacharse en las poternas, para reconstruir más o menos el aspecto original del edificio en la época que estaba lleno de vida, cuando la alegría lo llenaba de cantos y risas o cuando el dolor era un eco para los sollozos".

Esta cita de Alejandro Dumas puede servir para resumir la voluntad creadora de Arturo Pérez-Reverte (Cartagena, 1951) y no es una casualidad que aparezca en su novela más significativa, El club Dumas, publicada hace 15 años y de la que Alfaguara acaba de sacar una nueva edición. Es tal vez el libro más emblemático de Pérez-Reverte, académico de la Lengua y uno de los autores españoles más leídos en todo el mundo, porque le convirtió en un escritor profesional y cimentó su ambición literaria, porque encontró a millones de lectores (y no sólo en España, sino también en Francia, Reino Unido, Italia o EE UU). Pero, también, porque abrió un nuevo camino en la literatura española. Visto tres lustros después, es imposible concebir el cambio de registro de muchos narradores en España sin tener El club Dumas en el horizonte.


Arturo Pérez-reverte

A FONDO
Nacimiento: 24-11-1951 Lugar: (Cartagena)






"Una modernidad huérfana de la gran literatura está condenada. Hay que mantener el vínculo que une a esos autores con el lector del siglo XXI"


PREGUNTA. ¿Cree que, en gran medida, El club Dumas supuso una revolución en la novela española porque en ese momento nadie trabajaba este género?

RESPUESTA. Yo escribo este libro cuando este tipo de literatura, la novela cultural europea, no estaba todavía en el mercado, sólo existía El nombre de la rosa. Cuando escribo La tabla de Flandes, después de El húsar y El maestro de esgrima, me enfrento a mi primera novela con ambición de escritor, lo otro habían sido divertimentos. Es ignorada por la crítica del momento, pero fuera, en el extranjero, funcionó muy bien, y descubro que lo que gusta es eso. Y en la primera guerra del Golfo leo El nombre de la rosa, de Umberto Eco, y me doy cuenta de que si un ensayista como él va por ahí es que no puedo estar tan desencaminado, que este tipo de literatura es tan válida como cualquier otra. Eco me reconforta. La vieja Europa tiene un caudal cultural, el libro, la biblioteca, que es un material estupendo para trabajar con él. Se puede hacer un libro que alcance un éxito de ventas sin tener que imitar a los americanos de entonces, a Ken Follett o a Irving Wallace.

Europa tiene su propio caudal y me propongo hacer una novela que tenga que ver con la vieja Europa, con los libros, con nosotros, una novela con vocación de lectores, de best seller en el sentido noble del término, pero que al mismo tiempo maneje los ingredientes del mundo que me gusta y en el que estoy a gusto. No tengo que irme a Nueva York para hacer una novela que se lea: quería escribirla aquí. Pero no se hacía, no existía ese tipo de literatura. La respuesta es extraordinaria y la crítica estadounidense sí me adopta. El club Dumas es la novela que me hace cruzar la barrera de las grandes ventas y que me sitúa como novelista internacional.

Eso abre una puerta a un montón de cosas que antes no se hacían. Tengo la satisfacción de haber tenido razón en un momento en el que toda la crítica te decía que tenías que escribir lo contrario, novela intimista, sin acción, sin personajes, novela del yo... Cuando miras las revistas de la época, te das cuenta de que las novelas recomendadas por la crítica son pasajeras, planas y han muerto con el tiempo. Los lectores, que estaban huérfanos porque querían historias pero no las tenían, de pronto encuentran un tipo de novela que encaja.

P. ¿De dónde vienen los prejuicios hacia la literatura llamada popular cuando sin la novela popular del siglo XIX no se puede entender la literatura contemporánea?

R. A la gente que tiene en esos momentos el control académico de la literatura no le importa la literatura clásica, no la ha leído. Los nombres son Cortázar, Faulkner, Benet, Ferlosio... Me encuentro con enormes lagunas. Estamos hablando de finales de los setenta y ochenta... Es una crítica que desprecia la gran novela con la que se hace la novela, la del XIX. Fomentan la consolidación de unos novelistas que no necesitan leer a Balzac, a Tolstói, para escribir. Respaldan a una generación de narradores a los que les falta un elemento esencial de la novela. Cualquier novelista occidental necesita clásicos griegos y latinos, si es español, el Siglo de Oro, como herramienta y, en cuanto a visión del mundo, la gran novela del XIX y principios del siglo XX. Sin eso no se puede ser novelista. Y la literatura española acaba en una especie de callejón estrecho, aburrido, del que el lector deserta. Cuando los lectores encuentran a un novelista que está contando las historias de siempre pero adaptadas a un mundo actual, se vuelcan.

P. ¿Qué es un best seller?

R. John Le Carré es un best seller y alguien se atreve a decir que El honorable colegial o El topo son novelas de entretenimiento. Por eso es una palabra tan peligrosa. Pero se ha convertido en una etiqueta peyorativa. A mí nunca me molestó que me digan best seller, pero si me dicen: usted es un best seller como Follett, entonces sí me cabreo.

P. Pero el primero de sus libros que comienza a venderse mucho no es El club Dumas sino La tabla de Flandes. ¿Es cierto que estaba usted en la guerra del Golfo y le llamó su editora desde Madrid para decirle que se había convertido en un éxito?

R. Eso tuvo gracia. En aquella época vivía en una especie de esquizofrenia, aunque tuvo una ventaja: yo tenía mi vida profesional hecha, era un reportero, mis ambiciones de popularidad estaban cubiertas.

Yo no voy a la literatura para hacerme un nombre, ni para ganar dinero, hago la literatura que me apetece, la que hace sentirme bien, la que, entre viaje y viaje, me hace oxigenarme, leer, pensar en otras cosas.

Siempre he estado fuera del núcleo del mundo literario, pero eso me perjudica porque, para los que en ese momento viven en ese mundo, soy un intruso. La parte positiva es que al no estar contaminado, al no depender de los suplementos literarios, al tener lectores pese a las críticas negativas o inexistentes, comprendo que puedo ser un novelista profesional al margen del mundo literario.

P. Pese a que tenía un medio de vida ajeno a los libros cuando comenzó a escribir, sus obras están marcadas por esa literatura mercenaria del XIX

...

R. Eso es útil, es digno y es divertido. Si yo a quien admiro es a los grandes novelistas del XIX, a esos galeotes del tintero y de la pluma, desde Dumas hasta Dostoievski, y esos autores tenían un modo de vida honorable, con un punto mercenario, pero he conocido a muchos mercenarios honorables a lo largo de mi vida, también mi literatura es un homenaje a esos libros y mis novelas están llenas de referencias a ese tipo de novelistas que me han hecho inmensamente feliz y me lo siguen haciendo. Yo también hago bandera pública de ese concepto de la literatura profesional, práctica, de lectores, de crear mundos y ponerlos en circulación, y cuanta más gente participe de ellos, mejor, esa literatura sin complejos, hecha para lectores. Y me funciona. Para mi sorpresa, esta novela sale después de La tabla de Flandes y me doy cuenta de que funciona, y la compran en todo el mundo.

P. ¿Cree usted que esta novela abrió la puerta al tipo de novela española que en los últimos años ha alcanzado un gran éxito?

R. Tampoco podemos olvidar que en esa época hay novelistas que no han tragado con el concepto que imperaba entre la crítica. No soy un pionero, me limito a seguir la huella, abriéndole a lo mejor puertas laterales, de gente como Mendoza, como Marsé, como Vázquez Montalbán, que no han renegado en absoluto de ese tipo de literatura. Sigo a mis mayores y procuro ensanchar ese territorio, que es lo que tiene que tratar de hacer cualquier escritor.

P. ¿Podemos decir que es también su primera gran novela de investigación?

R. No, es la primera vez que hago una investigación extraordinariamente compleja, pero cuando escribo El húsar investigo todo lo que son tácticas de caballería, uniformes; cuando escribo El maestro de esgrima me empollo el Madrid galdosiano, y cuando escribo La tabla de Flandes me meto en el arte flamenco.

Lo que sí es cierto es que este libro es mi primera novela ambiciosa, compleja, con voces narrativas que van cambiando, llena de trampas, de trucos, en esta novela decido meter todo cuanto sé, todo cuanto he aprendido de trucos nobles del oficio, desde Dumas hasta Eco. En ese sentido sí es ambiciosa. Para escribirla, hablé con restauradores, con falsificadores, con bibliófilos, como hago todavía ahora. Una novela es un trabajo muy duro, que se prolonga durante años. Y ese trabajo debe ser divertido, porque si no es una agonía. Yo escribo porque me divierte: si fuese infeliz escribiendo, no lo haría. El club Dumas es una fuente de diversión: estuve dos años feliz, entre bibliófilos y libros antiguos, viajando a París, a Florencia, a Roma, hablando con los expertos, aprendiendo cosas que no sabía, dándole vueltas a cosas que ya sabía. La palabra diversión es fundamental.

Hubo un momento en que se decía que la literatura que divierte no es literatura, que un libro ameno no puede ser bueno; yo creo que un libro puede ser complejo, culto, con personajes densos y al mismo tiempo muy divertido.

P. ¿Éste es el libro que le convierte en un escritor profesional, no de cara al público, sino de cara a sí mismo?

R. Es la primera vez que me siento escritor profesional. Hasta entonces era un reportero, un periodista, que en mis ratos libres escribía. Y me iba bien. Yo no pensaba terminar como novelista, pero ésta es la primera vez que me di cuenta de que la literatura puede ser una alternativa digna, seria, honorable y económicamente rentable a una vida dura, azarosa y de incierta jubilación.

P. ¿Al igual que la gran novela del XIX no puede entenderse sin la revolución industrial, cree que los cambios tecnológicos que estamos viviendo tendrán su repercusión en la literatura?


R. Todo puede ser interesante, siempre y cuando no sea huérfano. Lo malo es la orfandad, no la modernidad. Tú no puedes contarle historias como Henry James a un lector de ahora, pero tampoco puedes renegar de James, Dickens, Balzac o Cervantes, ni de Homero. Lo que hay que hacer es mantener el vínculo que une a esos autores con el lector del siglo XXI, ahí está el talento narrativo de cada cual. Una modernidad huérfana, sin vínculo con la gran literatura, está condenada a extinguirse. El talento de los escritores del futuro será ser capaces de traerles a Eurípides, a Dante, a Stendhal, a Dickens, a Agatha Christie y que funcionen para el lector moderno, eso es la gran literatura y es lo que he tratado de hacer para mi generación. Un día me quedaré atrás: nadie evoluciona permanentemente. Y no pasa nada: yo habré hecho mi modesta parte del camino.

P. Usted dijo en una lejana entrevista: "Mi punto de referencia, mi patria, lo que me recuerda a la infancia, es, sin lugar a dudas, Los tres mosqueteros". ¿Sigue siendo su libro?

>R. Sin duda. Para mí, el libro que me hace es Los tres mosqueteros. Azares de familia: en mi casa era un libro que por tradición se leía, teníamos una especie de trivial: ¿cómo se llamaba el espadachín que pelea con Athos detrás de las Carmelitas? ¿Cómo se llamaba el hijo de Milady?
Es el libro que más veces he leído. Después leo otros, pero el territorio que esa novela me allana es muy amplio, muy generoso: Los tres mosqueteros me lleva a El Conde de Montecristo, que me lleva a la venganza, la cárcel, la prisión, que me lleva a Fabricio del Dongo en La Cartuja de Parma, que me lleva a Rojo y negro y luego a Madame Bovary. El libro que no te lleva a otro libro es un libro estéril, fallido para el lector. La influencia de Dumas es que es un libro de libros, una llave de puertas. Todavía hoy estoy viviendo de las rentas lectoras de los libros a los que he llegado.
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El club Dumas. Arturo Pérez-Reverte. Alfaguara. Madrid, 2008. 528 páginas. 22 euros.

lunes, 1 de diciembre de 2008

JUAN RULFO

Datos: Juan Rulfo decía que...

Que la mejor literatura de América latina se estaba escribiendo en el Río de la Plata.

Que casi no leía poesía. Narrativa sí, pero nada le producía tanto placer como los viejos libros de los cronistas de Indias y los viajeros.

Que su trabajo en el Instituto Nacional Indigenista de México le devoraba todo su tiempo.


Que quemó una novela que había escrito. La Cordillera, porque después de terminada ya no le gustaba más.


Que tenía un libro de cuentos terminado, "pero para publicarlo necesito revisarlo y para revisarlo necesito tiempo".

Que para tener tiempo necesitaba una licencia, y la licencia tendría que pedírsela a unos médicos. "Pero yo no puedo ir a ver a los médicos y decirles; `estoy cansado`, y: "Me siento muy triste´, porque por esas cosas no dan licencia los médicos".

Que no, que los médicos no conocen su obra, porque son muy ignorantes: "Sólo saben de lo suyo y no leen nada. Este es mi problema ahora. Que mi mejor amigo es un urólogo. Y yo no sufro de los riñones. Yo sufro del páncreas. Además, la urología no me interesa nada. Entonces, ¿de qué puedo yo conversar con mi mejor amigo?".

Que sus libros, Pedro Páramo y El Llano en llamas, se había traducido a todos los idiomas menos al chino.

Que en la edición española de "Planeta", le habían cambiado sin autorización trecientas palabras. Algunas por malas palabras, otras porque en España no se entendían.

DEL BLOG DE NOTICIAS GRAN CANARIA -

Heliodoro Rodriguez, cantautor


Entrevista a Helio Rodríguez, cantautor
Por José Luis Sandoval


De Heliodoro Rodriguez solamente he escuchado un trabajo discográfico ("Más solo que la una") que me regaló un amigo en común y, sinceramente, mi sorpresa fue bastante grata por la diversidad musical que en él se puede encontrar. Descubrí una perfecta simbiosis de varios estilos musicales: jazz, un algo de tropicalismo, un guiño a la musica de su tierra canaria... ¿Tienes algún CD más en el mercado? ¿Una primicia de un nuevo proyecto?


En relación al disco, Jose Luís, es un trabajo en el que plasmé influencias de varios estilos que hasta ese momento había buscado, la fusión con la bossa, el son, el jazz... están presente en todos mi trabajos, aún así, soy honesto, no me quedé nada satisfecho con ese disco. Pasé una época muy dura en ese momento y se refleja en el brillo y proyección de la voz, además, el trabajo de mezclas y sonido tampoco me gustó.
Es una experiencia buena para aprender para otras ocasiones, hoy día, las pocas copias que me quedan las regalo.
Actualmente estoy haciendo grabaciones de conciertos y quedándome con nuevas copias. Tengo en mente hacer una grabación -maqueta- con 5 o 6 canciones para venderlas en los conciertos ya que me la están pidiendo mucho.

He leído por ahí que te influyó tanto Silvio Rodríguez en tus prístinos comienzos que te llegó a "enfermar" de saturación, ¿en la actualidad te imbuye algún género de música o estás en el equilibrio idóneo?

Sí, Silvio me saturó muchísimo. Es y ha sido un maestro. A todos los cantautores La Nueva Trova Cubana con Silvio y Pablo a la cabeza, han sido determinantes, pero tuve que dejarlo de escuchar ya que mis canciones eran demasiado "Asilviadas". Luego tuve otra influencia muy fuerte en mi vida, Caetano Veloso, lo admiro. He seguido adelante con más grandes músicos brasileños como Jobim, Lenine, el gran Joao Bosco, Gilberto Gil... infinidad.

Si llego a tener el equilibrio perfecto en la música, creo que ese día deja de latir mi corazón y dejo de componer, el equilibrio en la música es difícil de encontrar, necesitamos emociones, sentirnos vivos, tener crisis, para poder componer. El equilibrio es el desequilibrio y el equilibrio. Cómo se vacía y se llena el vaso, las presas, los barrancos. La crisis y la catarsis. El equilibrio perfecto es la alternancia con el caos. El cosmos y el caos, es lo que ayuda a un músico a vivir, el que no lo sienta así, hará canciones como trabajos de textos de libros.

¿Qué definición sería la correcta: cantautor o música de autor?

Las dos definiciones entiendo que son correctas, el cantautor es un tipo o tipa que canta sus propias canciones, la música de autor, sería, quizás, el resultado, las canciones, pero en fin, son la misma cosa.

Has ofrecido muchos conciertos en Gran Canaria y en la isla hermana de Tenerife; pero, ¿has pensado alguna vez "cruzar el charco" ?

Sí, claro, pero si me pagan el pasaje y el caché, aún mejor. Tocar en Madrid es difícil según los locales, he visto a algunos amigos allá con buena acogida. Yo creo que mi propuesta musical podría calar bien aunque el canario muchas veces va con el complejo de "toqué en Madrid", "Toqué en Libertad 8", cuando uno de Madrid podria decir: "Toqué en Cuasquías", "Toqué en el Ars Vivendi" "Toqué en el Esdrújulo" al venir para acá. Muchos artistas latinos han tenido claro que la puerta para llegar a Madrid es Canarias, aquí tenemos la dificultad de que para llegar a Canarias, hace falta Madrid. Es una realidad que pasa al no recibir el suficiente apoyo de las instituciones que importan mucha música de afuera, de las radio fórmulas, todo esto hace que el trabajo de la música de autor tenga mayores dificultades para trabajar. En definitiva, el cantautor no puede vivir de la música aquí en Canarias. Salvo excepciones, es lo que está pasando. Nos vemos buscándonos la vida para hacer grabaciones financiándolas nosotros desde el Colectivo de Cantautores: www.cantautorescanarios.com con el resultado de dos discos, en este momento el segundo de ellos financiado con nuestros bolsillos.

¿Te molestaría que descargaran tu música de archivos p2p, el Emule, por ejemplo?

En este momento colgué dos canciones mías en el Emule, cualquiera se las puede descargar. ¿Molestarme? No. La industria de la música se está reinventando, comprar discos se está quedando desfasado. Mira, sólo "físicamente" en un cd que compras en formato de audio en el que vienen las canciones, sólo caben como 14 o 16 pero en formato Mp3, caben cientos de canciones. Pagamos una barbaridad por un soporte físco, el cd, en relación a la capacidad de almacenar, aún más por el indignante cannon en un trabajo discográfico y ese dinero se lo llevan los intermediarios, o buena parte de él.

¿Cuál es la alternativa "por suerte"? Que cada vez hay más directos y los discos sí se venden después de un concierto y de un buen trabajo debido a que la gente quiere tener en su casa lo que ha disfrutado en un directo y casi como agradecimiento, en correspondencia a cómo disfrutaron, compran un trabajo que no tiene porqué estar a 18 euros.

El emule puede promocionar artistas, más que hacer que se vendan menos discos. Repito, la industria de la música, como tal, está perdida, ya no pueden hacer nada ante el sistema de compartir archivos. Yo te presto mi cd a ti, tú a otro, o a 100 personas más. De siempre se ha hecho, ahora, se hace más y más rápido.

Espero que las canciones que colgué en el Emule sirvan para que cada vez más personas vean mi trabajo y que al final, redunde en que yo acceda a vivir de esto.
Fíjate, las personas que se descarguen mis canciones desde el Emule tienen que pagar un cannon por algo que yo doy gratis. Se presupone el delito y nos hacen pagar por ello. Es como pagar la multa por conducir mal un coche sin que nunca hubieses producido infracción alguna, sólo porque como conduces, podrías tenerla.O pagar un cannon por folios en blanco porque puedas imprimir libros. Es indignante.

¿Los políticos creen más en la basura que en la cultura?

La clase política tiene un defecto en sí misma, son una "clase" que está alejada de la "clase" social "normal". Es más difícil que un político tenga empatía real con los problemas reales de la sociedad cuando su estatus económico está muy por encima.

La clase política tiene mayor acceso a la cultura debido a que, simplemente, ganan mucho dinero. Uno tiene que rogar para ganar 500 euros por un concierto de una hora en una institución como Ayuntamientos o Cabildos, fíjate que en un concierto de cantautor trabajan cantidad de personas: El técnico de sonido, el de luces, el que coloca las sillas, el concejal que trabaja para organizarlo todo... Mira la cantidad de trabajo que se fomenta con sólo un acto de calidad. Si se acostumbra la gente a la música de las radio fórmulas (Con todos mis respetos para los que les guste o trabajen de ello) el resto de propuestas musicales tienen mayores dificultades para hacerse un hueco.

Los políticos quizás se dedican más a defenderse y atacar que a sacar las necesidades de la población adelante. No todos los políticos son iguales y los hay muy buenos en todos los partidos.

¿Cómo era el paisaje de la infancia de Heliodoro?

Fue maravillosa, entre Las Palmas y Agaete, en Las Palmas, la Avenida Marítima y el maravilloso olor a mar y aceite de barco. En Agaete, el barranco, la playa, las montañas... el Bar Medina de mi abuelo, mis extrañas soledades, mis más extrañas compañías, el cine los sábados por la noche con los amigos, la plaza, la iglesia, las reprimendas de mis padres. Fue una infancia bastante curiosa, bastante de ella la cuento en las historias que defino como "meta realidad" en mi blog: www.heliodoro.wordpress.com.

¿Te sientes candidato para participar en una edición del WOMAD Las Palmas?

Si te soy sincero esa es mi ilusión oculta pero aún no estoy preparado aunque en dos años, sí. Arropado con una buena banda de músicos y con unos temas en los que actualmente estoy trabajando, donde fusiono muy mucho todos mis conocimientos musicales y ahondando en una nueva forma de entender la música y tocar la guitarra. Un libro que me ha influenciado mucho es: "El Tao Del Jeet Kune Do" de Bruce Lee, lo cual es más extenso de explicar. Actualmente, además, estoy trabajando en una nueva forma de tocar la guitarra, muy rítmica, una sonoridad diferente. La guitarra, mi forma de componer, de tocar, es también una forma de encontrarme conmigo mismo. Casi un autismo provocado por la secuencia de acordes.
Una vez tenga completo este trayecto musical, y lo estoy alcanzando, me vería capacitado para tocar WOMAD Canarias.

Según Analytics Google este blog es bastante leído en toda hispanoamérica, con una media de 5.500 visitas diarias de paises de habla hispana, ¿cómo les definirias tú la música que haces?

Como un atrevimiento, una fusión un entendimiento diferente de la vida. No es metafísica ni es espiritualidad, es trabajar la técnica y olvidar la técnica. Cantar y tocar desde un punto de vista muy personal. Se puede definir, sin duda, como fusión de culturas. Lo cual es el futuro de la sociedad actual. La fusión de las culturas, razas y entendimientos.

¿Y cómo definirías a Helio Rodríguez como persona?

Es difícil, aunque me gusta verme como un hombre que siempre va hacia adelante, luchando por estar cada vez mejor, por hacer lo que quiere.... Sí que es difícil definirme... Mi novia dice que soy un "lindo" quizás con esa definición me quedo.

Muchas Gracias, Helio, por compartir un ratito de tu tiempo con nosotros y dejarnos conocer un poquito más de tu trabajo musical y a ti como ser humano.

Te agradezco mucho Jose Luis por tener un huequito en tu blog y entrevistarme.
También invito a quien te lea a que visite mi blog: www.heliodoro.worpdress.com donde hago narrativa y poesía.
Un fuerte abrazo a ti y tus lectores: Helio Rodríguez

domingo, 23 de noviembre de 2008

DR RAY GUDE MERTIN


OBITUARIO
Profesora Ray-Güde Mertin
LUIS SEPÚLVEDA/











LLAMÉ a la puerta de Ray-Güde Mertin una luminosa mañana de primavera de 1990, cuando todo era verde en Bad Homburg, una ciudad balneario cercana a Frankfurt en la que el tiempo parecía haberse detenido en épocas tan felices como pretéritas y anteriores a todas las guerras. Su casa y estudio estaba medio oculta entre la vegetación y la plaquita de acrílico con la alemanísima inscripción 'Prf.Dr. Ray-Güde Mertin' inhibía un poco a la hora de llamar al timbre.

A la puerta de casa se asomó una mujer muy guapa, rubia, de intensos y expresivos ojos azules, y en un español de marcado acento brasileño dijo simplemente «pasa». No lo hice, permanecí clavado frente a la reja que separaba la casa del antejardín y desde ahí consulté: ¿Frau Profesor Doktor Mertin? Entonces la bella mujer se sacudió las manos, recién advertí que estaba mondando una manzana, rió, y exclamó que los chilenos éramos famosos por nuestra formalidad enfermante.

Entré, me invitó a pasar a la cocina, un lugar luminoso que invitaba a sentarse, sirvió dos copas de estupendo vino blanco, y ahí, entre frutas, verduras, tiernos aromas de especies transatlánticas y su buen humor contagioso, nació una hermosa amistad con la que fue mi querida amiga y agente literaria.

Profesora de Literatura Latinoamericana en la Universidad de Frankfurt, traductora de literatura portuguesa, brasileña, afro-lusitana y española de las dos orillas, Ray-Güde Mertin, esa muchacha del norte de Alemania que amaba los paisajes llanos de la costa Frisia con la misma pasión con que amaba Brasil, fue mucho más que una agente literaria, pues era una lectora voraz, tiernamente crítica, y solamente representó a los escritores y escritoras con que tenía una afinidad ética y estética, profundamente literaria.

La Feria Internacional del Libro de Frankfurt, la mítica 'Buchmesse' empezaba siempre un día antes de la inauguración oficial y en su casa. Ahí, esparcidos por los salones, cocina y jardín, disfrutando de la incomparable cordialidad de Dietz, su esposo, editores y escritores se miraban, hablaban, se tocaban, y compartían sueños y proyectos. Ahí nacían libros. Esa fiesta fue siempre lo mejor de la 'Buchmesse'.

Un maestro como José Saramago departía con una escritora que recién había publicado su primera obra. Una editora de la talla de Beatriz de Moura tomaba nota de las palabras entusiastas de un escritor primorosamente nuevo. En esa fiesta se manifestaba la presencia cada vez mayor de la literatura latinoamericana en el mundo editorial europeo, y en el centro de todo estaba siempre Ray-Güde, nuestra amiga, agente y cómplice en cientos de aventuras.

Juntos celebramos el primer premio Nobel de Literatura otorgado a unos de sus escritores representados, Saramago, y juntos estuvimos en los estrenos de novelas mías llevadas al cine o en distinciones académicas en las que siempre agradecí sus ojos azules protectores. Muchas veces, en los jardines de su casa de Bad Homburg o paseando por la playa de San Lorenzo, en Gijón, hablamos de su tenaz lucha contra el cáncer y su amor por la vida contagiaba.

Fue un pilar fundamental del Salón del Libro Iberoamericano de Gijón. Con su generosidad de siempre colaboró en la programación y su participación en muchas mesas redondas dejó el recuerdo de una apasionada lectora, de una sabia de las letras contemporáneas. Y fue también nuestra mejor embajadora, pues en la Feria de Frankfurt, en las de Guadalajara, Sao Paulo, Buenos Aires o Bogotá, nunca dejó de contar entusiasmada lo que hacíamos desde Asturias, desde Gijón por difundir ese objeto maravilloso llamado libro.

Hoy nos falta, nos faltará siempre, y la ausencia de Ray-Güde Mertin nos deja además de tristes, muy pobres.






OBITUARIO
Ray Güde-Mertin, agente literaria y traductora
Representó a escritores en lengua portuguesa; entre otros, a José Saramago
JUAN CRUZ 17/01/2007




Una agente literaria es alguien que no sólo negocia los derechos de autor de sus representados, sino que los hace conocer sobre todo cuando nadie sabe de ellos, en la época en que aún hay que presentarlos, en medio de la indiferencia y a veces del descuido. Eso hacía, combatir el desconocimiento, impulsar a los autores en los que creía, con una pasión en la que no hubo desmayo, Ray Güde-Mertin, que acaba de morir en su país, Alemania, a los 63 años.


Era la representante de José Saramago, el premio Nobel, desde hace más de veinte años, cuando el autor de Ensayo sobre la ceguera se abría todavía paso en el conocimiento universal. Cuando ya Saramago era un autor conocido, leído y premiado en todo el mundo, siguió siendo su amiga, y siguió divulgando, con el mismo entusiasmo y con el mismo conocimiento literario, a numerosos autores que le confiaron sus derechos.

Era profesora, traductora, agente. Nació en Alemania, estudió el Bachillerato en Barcelona, se especializó en Filología Románica y Filología Germánica en la Universidad de Berlín, y a partir de 1982 renunció a una carrera universitaria a tiempo completo para dedicarse a la traducción y a la agencia literaria.

Casada con un empresario alemán que trabó relaciones con Brasil, aprendió y perfeccionó la lengua portuguesa, tradujo a Clarece Lipsector, a João Ubaldo Ribeyro y al propio Saramago, e integró a éste entre sus representados.

Su mundo era sobre todo el de la lengua portuguesa; ha representado también a Germano Almeida, de Cabo Verde; Pepe Tela y Mia Couto, de Mozambique; Sophia de Mello, de Portugal; a Xavier Velasco, de México; a José Manuel Fajardo, de España; a Luis Sepúlveda, de Chile... Los que trabajaron con ella en el mundo editorial pueden testimoniar hasta qué punto su dedicación y su pasión se guiaban por el gusto literario, por el afán de dar a conocer aquellas obras y aquellos escritores que antes que nada habían satisfecho su pasión de lectora.

Su empeño iberoamericano constituyó una verdadera vocación; no sólo aglutinó a autores de ese ámbito, sino que impulsó la presencia de esas literaturas en las principales ferias del mundo, singularmente las de Francfort y Guadalajara; una de las últimas actividades de Ray Güde-Mertin fue precisamente en el certamen mexicano, que ella contribuyó a consolidar y convertir en la que hoy es sin duda la más importante atracción editorial de las lenguas ibéricas. Saramago decía ayer: "Era una gran amiga. Tenía una enorme pasión por su trabajo, al que se entregó con la energía de una generosidad que no tenía límites, ni en el trabajo ni en la amistad con sus autores".



MarE. Cruz -- Críticas, 1/15/2007
Literary agent Ray-Güde Mertin, Ph.D., head of the renowned German literary agency that carries her name, died last Saturday in Frankfurt. Mertin played an important role in the promotion of Latin American, Spanish, and Portuguese literature worldwide and in Germany. Dr. Ray-Güde Mertin Literary Agency currently represents authors such as Nobel laureate José Saramago, Luis Sepúlveda, Xavier Velasco, Gonzalo Celorio, and Claudia Piñeiro, among many others. Mertin died after a long struggle with cancer.

Born in 1943 in Marburg, Germany, Mertin realized she wanted to specialize in Brazilian Literature while teaching German Literature at Brazilian universities. She worked as an independent translator for German agencies in New York in 1977 and the next year she concluded her doctorate degree with a dissertation on Brazilian playwrite and poet Joaõ Guimarães Rosa. She returned to Germany in 1982 and founded her literary agency. Mertin regularly attended book fairs around the globe, including Frankfurt, London, Buenos Aires, Guadalajara, and Rio de Janeiro. In 2000, the Brazilian government awarded her with the Ordem de Mérito Cultural (Order of Cultural Merit) for her promotion of Brazilian literature abroad. In 2005, the Women in Publishing Network, of which she co-founded the Frankfurt chapter, named her Woman in Publishing of the Year.

In an obituary published this week in the Spanish newspaper El Comercio, Chilean writer Luis Sepúlveda said of his literary agent and close friend, “ [Mertin] was more than a literary agent, she was a voracious reader, tenderly critical, and only represented those writer with whom she shared an ethical and esthetical affinity, deeply literary....She is gone now, she will be gone always, and Ray-Güde Mertin’s absence leaves us—aside from sad—at a loss.”






Address: Friedrichstrasse 1
Bad Homburg
Country: Germany
Postcode: D-61348
Tel: 0049 617229842
Fax: 0049 617229771
Email: info@mertin-litag.de
Web: www.mertin-litag.de



The Literary Agency Dr. Ray-Güde Mertin has been promoting literature in Portuguese and Spanish worldwide since 1982, with an emphasis on fiction.
The award of the Nobel Prize for Literature to José Saramago in 1998 strengthened our determination to specialise in the literatures from these countries.

ENTREVISTA A JOSÉ SARAMAGO POR MANUEL RIVAS.

ENTREVISTA: ENTREVISTA - JOSÉ SARAMAGO
"No me hablen de la muerte porque ya la conozco"
MANUEL RIVAS 23/11/2008



Acaba de cumplir 86 años. El lenguaje le ha salvado. Escribió su última novela nada más sentir la cercanía de la muerte. Sigue siendo un escéptico, pero se encuentra pleno de serenidad.

José Saramago siempre fue algo más que un escritor. "Un aprendiz", sería su respuesta. Así se presentó ante la Academia Sueca cuando recogió el Premio Nobel de Literatura, el primero concedido a un autor portugués, hace ahora 10 años. "Un maestro, el maestro", puntualizaría el crítico más exigente del universo, Harold Bloom. Para el autor de El canon occidental, Saramago, que este noviembre ha cumplido 86 años, es "el novelista vivo más talentoso del mundo" y "uno de los últimos titanes". Como un titán ha escrito su último libro, El viaje del elefante (Alfaguara). Un triunfo del lenguaje, la imaginación y el humor, arrancado literalmente a la muerte.


José Saramago

A FONDO
Nacimiento: 1922 Lugar: (Azinhaga)



Capítulo I

Observaré lo que sucedió con el silencio con que las raíces de las plantas agujerean la tierra

(Mongane Wally Serote)


Un día de las navidades de 2007, José Saramago se fijó en sus ojos. Eran enormes. Se habían expandido como círculos concéntricos en su rostro. Y los ojos lo miraban a él. Con extrañeza. Con curiosidad. Con asombro. Parecían decirle: "Así que sigues por aquí, todavía aquí".

No es un episodio de El hombre duplicado (2002), una de sus novelas. Pero durante un tiempo sí que había un doble, otro Saramago, testigo de su lucha por salir con vida. El doble era un tipo sereno. Le corrigió. No, no han sido los ojos los que han crecido. Es la carne, la musculatura que ha desaparecido. Por eso con tu piel ocurre lo que con las momias, que se ha replegado y se ciñe a los huesos. Es eso lo que agranda los ojos. Siguen siendo lo que eran, pero el entorno ha cambiado. El doble lo conocía bien. Iba a añadir: son como astros resplandecientes en la ruina. Pero se atuvo al estilo más conciso, poético, sí, pero menos barroco del Saramago que volvió a abanear la narrativa contemporánea, no sólo la portuguesa, cuando publicó Ensayo sobre la ceguera (1995).
La primera revolución en la forma de narrar había sido en 1980 con Levantado do chão (Levantado del suelo).

-Has perdido 20 kilos, Zé. Siempre has sido delgado, enjuto. Como el abuelo Jerónimo. Pero 20 kilos son muchos kilos. Mides 1,80. Tenías 71 kilos y ahora tienes 51. Piensa en las manzanas asadas. Y en lo que dijo Josefa.

El doble lo sabía todo. Sabía que el abuelo Jerónimo Merlinho, el de la aldea natal de Azinhaga, el marido de Josefa Caixinha, se había despedido de la vida abrazando cada uno de los árboles de la huerta. Jerónimo, el que enseñó al nieto a contar historias durmiendo en el verano bajo la higuera, será recordado como un clásico en toda la historia de los discursos de entrega de los Nobel. Así comenzó la intervención de Saramago: "El hombre más sabio que conocí en toda mi vida no sabía leer ni escribir". Sí, el doble lo conocía bien. ¿Qué había dicho Josefa? "El mundo es tan bonito y yo tengo tanta pena de morir".

José llevaba tiempo, unos años ya, con malestar físico. Un hipo interminable lo había debilitado. Pero lo ayudaban mucho las manzanas asadas. No había dejado de escribir como un titán. Ni de moverse por el mundo denunciando la globalización como "un nuevo totalitarismo" o con su cita preferida, la de La sagrada familia (la de Karl Marx): "Si el hombre es formado por las circunstancias, entonces es necesario formar las circunstancias humanamente".

Las cosas de Saramago, decían los cínicos. En 2005 había escrito Las intermitencias de la muerte. No era tampoco una abstracción. La muerte era una presencia física, tangible. "Uno es creador de sus personajes", había escrito, "y al mismo tiempo, criatura de ellos". El personaje de la muerte pasó de lo invisible a lo visible. No era un juego. Venía para llevárselo. José Saramago lo recuerda bien. Pero él no estaba conforme. Una parte de su cuerpo sí parecía resignada. Aceptaba la crisis. Llegó a pararse de tal forma, que casi era imperceptible eso que llaman el hilo de la vida. Al principio, en la clínica de Lanzarote, llegaron a dudar de la conveniencia del ingreso.

-Supongo que no querían que aquél fuese el lugar del fin de Saramago. Les estoy muy agradecido. La muerte no me ha llevado. Era consciente, sabía, veía, sentía, que estaba al borde de pasar al otro lado. Más tarde decía: 'No me hablen de la muerte porque ya la conozco. De alguna forma ya la conozco'.

Había otras partes de su cuerpo que no estaban conformes. Ni el corazón, ni la cabeza. El corazón siguió latiendo con fuerza. La mente, durante un tiempo, dos días después de salir de la UCI, estableció unas coordenadas que ahora Saramago recuerda como un entrañable autorretrato vanguardista. "En aquel momento, que fue de los peores, se plantaba en mi cabeza algo que era un fondo negro con cuatro puntos luminosos que formaban un cuadrilátero irregular. Y yo tenía muy claro que ese cuadrilátero era yo".

Uno tiene una memoria corporal. ¿Qué relación ha tenido con su cuerpo José Saramago? Yo he aceptado mi cuerpo. No ha sido nunca el cuerpo de un Adonis. He tenido con la edad un cierto declive. No he sido nunca un hombre de músculos. Tengo un esqueleto estrecho. Lo acepté. Con una cierta vanidad, quizás sí, quizás no, me gusta que después de los cambios, y en este caso último la enfermedad, mi cuerpo siga presentando una cierta...armonía. Una buena apariencia física. En el fondo no estoy descontento. Pero pasar de ahí a una especie de adoración de mi propio cuerpo, cuidándolo mucho, nunca he caído en esa tentación. Ni siquiera puedo utilizar la palabra tentación porque nunca la he tenido.

Los ojos de Saramago, definitivamente, y al margen de la encarnadura de la cara, son enormes. Ojos que contienen ojos. Sus pausas al hablar no parecen destinadas al descanso, sino que ceden el lugar a la mirada como una avanzadilla del lenguaje. Esa clase de silencio con que las raíces avanzan en la tierra.

Capítulo II

Mi propia voz me animaba

(William Wordsworth)

Un día, a comienzos de 2008, José Saramago oyó de la boca de un médico la palabra "milagro". No suena mal en boca de la ciencia, pero él nunca se conforma con lo inexplicable. Él identificó el milagro con la profesionalidad del cuerpo médico, con los cuidados de su mujer, Pilar del Río ("Ganaremos la primavera"), con la lealtad del corazón ("un corazón estupendo") y con la emersión de una energía en principio extraña a su carácter. El humor. Un humor expansivo, impelente, incesante. Un humor que impresionó al doble, a aquel otro Saramago que permanecía sereno, algo perplejo, sí, observándolo todo. Nunca se había visto a sí mismo contando chistes.

-Me gustaría que hubieras estado en el hospital durante la visita de los médicos y que escucharas los diálogos. Yo, que estaba en una situación de riesgo, mal, muy mal, pero me sentía con una libertad de expresión exultante. El humor con el que yo me comunicaba en el diálogo con ellos me sorprendía, me emocionaba. Oía a ese que hablaba, el enfermo que yo era, y pensaba como un ser redoblado: ¿Cómo es que estoy hablando así con esta gente? No soy capaz de reproducir ningún diálogo. Era el tono. Mi tono era ése. Ellos se miraban.
Sonreían. Yo seguía... No era algo premeditado. Yo no pensaba: tengo que demostrar a esta gente que estoy bien. Era todo lo contrario de lo que se pudiera esperar de una persona en mi estado.


Saramago, el hombre silencioso, el hombre serio, al que algún cáustico atribuyó una "gravedad 'cachimbal". [Sonríe] ¡Eso era cuando fumaba en pipa! Es verdad. Yo he sido, desde muy niño, callado, reservado, melancólico. Nunca he tenido la risa fácil. Incluso la sonrisa, para mí es algo que me cuesta trabajo. Y las alegrías o las tristezas en mí son interiores, no las manifiesto. Ya de niño era así.

Sin embargo, si hay una constante en su obra es la ironía, un tipo de humor muy profundo. El humor llega más tarde. En lo que escribía a los 23 años no había humor ninguno. El conocimiento propio, el conocimiento de los demás, ésa es la base del humor. El humor es una creación muy laboriosa.

Después de publicar 'Levantado del suelo', dijo: "No escribo para satisfacer dictámenes. Escribo un poco como quien respira, como quien habla".
Tal vez el lenguaje acudió ahora en ayuda del cuerpo. Sin duda. Era como si me transportara, como si me apoyase en el lenguaje. Yo mal podía moverme en la cama, pero me sentía llevado por el lenguaje. Una mente que era consciente de la realidad de mi estado, de la situación límite, que a la vez era capaz de desdoblarse y funcionar como si no pasara nada, como si la libertad de la mente, del argumento irónico, no estuviera bajo la presencia constante de la enfermedad, eso ha contribuido muchísimo para salvarme. El humor, una capacidad de animación oral extraordinaria, ese funcionamiento de la mente. Y curiosamente, de todo esto yo he salido con un espíritu totalmente sereno, de una serenidad impresionante.

No es como si no hubiese pasado nada, porque creo que esa sensación de serenidad total es también una consecuencia de la enfermedad. No porque yo hubiera aprovechado para hacer un examen de conciencia. Yo no he hecho ningún examen de conciencia. Quizá por la proximidad, por una proximidad casi tangible de la muerte, he salido con una serenidad que se mantiene hoy. Comparada con el centro del huracán, donde no pasa nada, donde el aire no sopla.

-Lo convencional es pensar que uno, en esas circunstancias, hace balance de la vida. De lo bueno y de lo malo. Calcular el peso del alma. Es cuando pronuncia una de esas grandes frases, como el Borges que decía: "He cometido el más grande pecado que un hombre puede cometer...No he sido feliz".

-Eso es una operación mental, que fabricas luego. Conmigo no ha ocurrido eso. Yo he regresado a la vida. He regresado con naturalidad y con esa serenidad total de la que hablaba. No podía moverme y no me movía. Quizá llegase el día... Y llegó. Un médico me ha dicho: usted necesita por lo menos un año para recuperar algo que se parezca a la normalidad. Bueno, ha sido todo más rápido, sorprendentemente rápido, pero, al mismo tiempo, duro. Ya que hablamos de humor, tal vez la frase apropiada para el momento sea una expresión francesa: Reculer por mieux sauter (Esperar el mejor momento).

En 'El viaje del elefante', el humor es gozoso. De la estirpe de Cervantes y Fellini. Después de la enfermedad, ¿podríamos hablar de un tercer Saramago, de una especie de catarsis? Quizá se pueda decir eso. Salí del hospital y me senté a trabajar. No podía con mi alma. Y los dos primeros días después de salir me dediqué a la corrección de lo que había escrito antes, unas cuarenta páginas. Y al tercer día ya estaba avanzando en El viaje del elefante. Ésa es una situación en la que tiene cierta lógica que uno se pregunte: ¿quién está haciendo esto por mí? Porque en principio no podrías. ¿Cómo vas a poder escribir en esas condiciones? Lo hacemos, pero nos parece tan sorprendente que hayamos podido hacerlo. Mi relación con este libro es ésta: ¿cómo es posible que lo haya podido hacer?

Samuel Beckett hablaba de una "extraña obligación" en ese seguir adelante...
Yo había escrito 40 páginas de El viaje del elefante en 2007. La pauta ya estaba marcada. Tenía un punto de partida, unos datos históricos mínimos. El empeño del rey portugués João III de regalar a su primo el archiduque de Austria un elefante hindú que llevaba dos años en Lisboa, y la aventura que supone trasladar en comitiva ese animal hasta Viena. Hay una frase en el pórtico de la novela que pertenece al Libro de los itinerarios: "Siempre llegamos al sitio donde nos esperan". Tal vez ése es el secreto. Para mí escribir es también una función vital.
También para mí es un viaje. Bueno, el caso es que sale algo que es, pero podría no ser. La composición de este libro es extraña. En el fondo yo no sé nada de este libro.

Si lo dijese otro autor me parecería una 'boutade'. A usted le creo. ¿Quién, en realidad, está narrando? No tengo ninguna respuesta. La asociación de ideas tiene para mi trabajo una importancia que no he podido calibrar. Me fío mucho de la asociación de ideas. Yo siempre he negado la existencia del narrador. Los estudiosos me decían: "¡Usted está equivocado!". Y yo les ponía un ejemplo: ¿dónde está el narrador en una obra de teatro? Cuando me puse a escribir esta historia, me dije: ¿queréis un narrador?, ¡pues aquí estoy! Así que estoy contando la historia como quien está sentado en la cocina de mi pueblo contando una historia. Y aquí podríamos decir el refrán: "A quien cuenta un cuento siempre le crece el cuento". Por lo demás, el libro es un homenaje a la lengua portuguesa.

Capítulo III

"Siempre he intentado vivir en una

torre de marfil, pero una marea

de mierda no deja de golpear sus

muros y amenaza con tirarla abajo"

(Gustavo Flaubert)



García Márquez decía recientemente que "sufría como un perro" cuando leía la prensa. ¿Usted también está enojado con el periodismo de hoy? Creo que Gabo dramatiza y yo ya no dramatizo nada. Tal vez es verdad que hay una cierta rebaja en la calidad de los escritos. Pero depende. ¿Cómo podemos decir que el periodismo de ahora es peor que el de antes? Pienso en Portugal, en España, con las dictaduras, cuando la información era intoxicación, y entonces, ya no sufro. Ni como un perro ni como nada.

No hace periodismo de redacción, pero vuelve a estar en primera línea. Un premio Nobel, un autor célebre, va y abre un sencillo 'blog' en la Red, 'Cuaderno de Saramago' (en portugués y castellano), como un aprendiz.

Sus libros obtienen las mejores críticas en los principales medios de Estados Unidos, como 'The Washington Post' o 'New Yorker', sin importarles su posición política. Están en las librerías de todos los continentes. Podría publicar en los grandes medios de opinión. ¿Por qué ese 'blog'? ¿Por disidencia?

Quizás es esa novedad de volver a empezar. Escribir sin ningún condicionamiento. Los medios te pagarían, claro está. Pero mira, ha ganado Obama, me felicito, y a continuación escribo un artículo en el que pido sin medias tintas el cierre de Guantánamo y el cese del bloqueo económico a Cuba. Y así, sobre lo que se me ocurre. En realidad, el sistema acaba por integrarte. En el fondo no eres más que una guinda en el pastel. Te toleran. Se ríen de ti. ¡Cosas de Saramago!

Lo que usted llama guindas pueden ser espacios de resistencia. Por lo que parece, el ridículo lo está haciendo el sistema. En un texto sobre Marcos Ana (en prisión franquista desde 1939 a 1961) usted hablaba de derrotar el cinismo, la indiferencia y la cobardía. Por supuesto. Para nada soy cínico. Lo que digo es que soy por definición muy escéptico. No es bueno, ya lo sé. Me gustaría entusiasmarme, pero no lo consigo. Hay una grave crisis, pero los ciudadanos no tenemos mecanismos para influir. Pero, por lo menos, deberían decir la verdad. Fíjese usted, António Guterres, cuando era primer ministro, declaró en una entrevista: "La política es el arte de no decir la verdad". ¡Y nadie se levantó para protestar! Aunque no queramos, a los ciudadanos nos arrastra la corriente. O la estampida. Ahora bien, hay que decir: no estoy de acuerdo. El escepticismo no es resignación. Yo nunca me resignaré. Cada vez me siento más como un comunista libertario. Hay tres preguntas que no podemos dejar de hacernos en la vida: ¿por qué?, ¿para qué?, ¿para quién?

¿Usted nunca se vendió? Quiero decir, ¿no tiene la sensación de haberse vendido nunca, por ejemplo, para un premio? No. Nunca me he vendido. No me he vendido. Ni material, ni simbólicamente. El Premio Nobel consagra algo que ya estaba ahí. En la, digamos, clase literaria hay una serie de gente que no me soporta.

¿Por qué existen estos odios entre escritores, a veces más intensos cuanto más vecinos? Eso que decía Jean Chapelain: "El escritor no lee a sus colegas, los vigila". Para mí resultan inexplicables. No sé. No creo que se trate de la persona, no creo haber dado motivos. Tal vez no se soporta eso que llaman el éxito, o la fama, el Nobel... Cuando yo aparecí en los años ochenta, el panorama literario estaba organizado, completo, cada uno en su lugar. Y si había envidias, pues también estaban en su lugar. Yo no estaba previsto.

Manuel Vicent dice que en la cultura habita lo mejor y lo peor de la humanidad. En mi caso, creo que algunos simplemente se sintieron amenazados en su lugar. Pero lo que nadie puede decir es que haya escrito un libro malo.

Con odios o sin odios, no creo que tenga que preocuparse ya por los duelos en los salones literarios. Cuando me dieron la noticia del Premio Nobel estaba en la feria de Francfort. Di una rueda de prensa y dije: "Yo no he nacido para esto, pero esto me fue dado". Es verdad. No he nacido para esto. No nací para esto ni para aquello. Nadie puede decir que nadie nació para esto. [Al fin, sonríe] Tampoco Obama nació para ser presidente.

En sus obras hay personajes inolvidables, fascinantes, que pertenecen a la realidad inteligente. ¿No me diga que no se enamoró de Blimunda, la de 'Memorial del convento'? Blimunda... ¡Sería mucha mujer para mí! Aunque es sencilla. Tal vez la mujer del médico de Ensayo sobre la ceguera... Sí, tal vez ella.

Da la impresión de que, en la realidad, ha sido más amigo de las mujeres que de los hombres. Sí. Eso es verdad.

Hubo un tiempo en que se propagó que había elegido el exilio. Un exilio español. Y es verdad que tiene un hogar en la isla, en Lanzarote. Pero no parece usted un autoexiliado. Cuando estoy allá, también estoy aquí. Nunca me he ido. Expresé mi protesta a un Gobierno conservador por la actitud censora que tuvo con El Evangelio según Jesucristo. Y he criticado otras cosas de Portugal. Y de España también. Y de este mundo, que para tantos tiene la forma del infierno. Pero, ¿qué sería de un escritor sin la libertad de palabra?

Da la impresión de que su imagen en Portugal ha cambiado mucho en los últimos tiempos, de que es más querido, menos polémico, incluso para aquellos que mantienen opiniones políticas contrapuestas. Ya sé que no le gustan las grandilocuencias, pero digamos que es respetado por todos como un héroe portugués. Es verdad. Noto menos rechazo. Y un proceso de reencuentro, después de malentendidos. En fin. También hay gente que antes decía: "Es bueno, pero es comunista". Y ahora dice: "Es comunista, pero es bueno".

Pronto habrá una gran sede de la Fundación Saramago. Y en un lugar muy especial de Lisboa. La Casa dos Bicos, al pie de la Alfama. Eso sí que es un reencuentro. Sí. Es un edificio que cede la cámara municipal por 10 años. Constituye un gran reto. Tiene que ser una factoría creativa. La Casa dos Bicos fue construida en el siglo XVI, inspirada en el italiano Palacio de los Diamantes. En el siglo XX fue almacén de bacalao. La zona, en la Ribeira Velha, es muy popular. Una maravilla. Te voy a decir algo muy importante para mí. Llega un momento en que te crees que tal vez no es una utopía que te den el Nobel.

Tu nombre empieza a ser barajado, junto a otros. Van pasando los años. El nombre se repite. Y piensas: bueno, pues, ¿por qué no? Tal vez me den el Nobel. Pero nunca, nunca, jamás soñé que la Casa dos Bicos pudiese ser sede de una fundación llamada José Saramago. ¡Las veces que pasé por delante desde niño! Soy poco expresivo, pero, a veces, sólo con pensarlo tiemblo de emoción con todo el cuerpo, de arriba abajo.

Capítulo IV

"El instante en que ya no sea

más que un escritor habré

dejado de ser un escritor"

(Albert Camus)



Eduardo Lorenço habla de Saramago como "la mano izquierda de Dios". Es ateo, pero crece empapado de cultura cristiana. ¿Para el erotismo, para el amor, ha tenido que luchar mucho contra el pecado? No. Cuando escribí El Evangelio según Jesucristo, que tuvo las consecuencias que sabemos, en el discurso de agradecimiento al jurado le puse un título que era El derecho al pecado.

Uno de los grandes inventos de la Iglesia católica ha sido inventar el pecado, y después de inventar el pecado, inventar un instrumento de control de la gente.

¿Quién ha decidido lo que es pecado y lo que no lo es? Gran parte de la historia es un absurdo. Y la historia oficial, en la que la Iglesia ha tenido tanto que ver, es una sucesión de disparates. Pensemos en los muertos por la Inquisición. Incluso, en un grado menor, lo que ocurrió con el gran Camões. Tuvo que defender cada uno de sus versos para obtener el plácet del Santo Oficio. Escribí una obra de teatro sobre ese caso, Que farei com este livro?, que refleja el estado de permanente vigilia, peligro y prohibición en que ha vivido la literatura en nuestros países.

¿Qué ha significado para José Saramago su compromiso como comunista? Actualmente no tengo otra militancia que no sea la militancia indirecta de lo que escribo. Pero la participación política me ha dado algo muy importante. Un sentimiento solidario muy fuerte, la conciencia de tomar parte en una lucha por la humanidad, con todas las sombras históricas que esa lucha ha tenido. En estos asuntos es muy importante la memoria colectiva, pero también la personal. Recuerdo siempre a un camarada con el que yo trabajaba y que fue preso por la policía política. Lo sometieron a la tortura del sueño, la privación del sueño, durante dos semanas. En ese estado no me denunció, no habló, no dijo de mí ni una palabra. Asoció eso a la integridad humana.

Ha habido mucha gente así sin esperar nada a cambio. No puedo imaginarme fuera del partido. Hace unos años, después de la revolución, Álvaro Cunhal (líder comunista portugués) tuvo que someterse a una grave operación y antes escribió unas cuantas cartas dirigidas a militantes del partido, cartas que podían ser entregadas a los destinatarios en el caso de que muriesen. No se murió entonces, las cartas han sido destruidas, pero yo sé que en la carta que me estaba destinada, Cunhal decía que estaba seguro de que yo no abandonaría el partido. Y tenía razón. Y la va a tener mientras yo viva.

Pero los partidos comunistas en Europa son una especie en extinción... En Portugal creo que no existe ese riesgo que menciona. El PCP tiene una base real. Todos lo demás han pasado por operaciones de cosmética, de nombre, de siglas. Y lo peor para ellos es que no están mejor por eso, por haber tratado de hacer ese transformismo.

Ha habido gente que le ha descalificado por esa fidelidad, interpretándolo como un rasgo estalinista. ¿Quién sería Saramago en la Rusia estalinista? Un hombre que tendría todos los problemas. Un régimen que había hecho de la subordinación del ciudadano un principio, pues estaba condenado a lo que ocurrió. La decadencia en todos los aspectos de la Unión Soviética fue debida a la separación entre el partido y el pueblo.

¿Por qué cree que es tan criticado, tanto en España como en Portugal, cuando habla de iberismo? Es delicado tocar ese asunto porque nos lleva al campo de los instintos, de las pasiones, y ahí no nos ponemos de acuerdo. Hay patriotas que no pueden ni oír la palabra España, porque tienen esa idea, esa experiencia histórica, de que de España siempre va a venir algo malo. Portugal está ahogado. Y España también, enredada en su propia noria, con asuntos que parecen eternizarse y que no se resuelven. Pero España tiene ya una experiencia de diversidad, con las autonomías, que puede servir para llegar con serenidad a fórmulas unitarias entre los dos Estados. España y Portugal necesitan ambas una convulsión positiva. Sé que esta opinión levanta ampollas, pero lo planteo con honestidad intelectual. Contribuiría a un multilateralismo ibérico. Por supuesto, respetando las culturas y las lenguas. Se enriquecería la situación de Iberia. Y también tendría un efecto positivo en Europa.

¿Significa algo que España y Portugal tengan un Gobierno de izquierda? No nos engañemos. Es cierto que tenemos en un lado y otro Gobiernos de izquierda, pero de una izquierda que no se nota mucho. A lo mejor no pueden hacer otra cosa. ¿Qué pasaría en Europa si se decantaran más hacia la izquierda? Hombre, no tenemos un Arias Navarro para decir: ¡Vamos a invadir Portugal! Hay que arrumbar de una vez esa idea, que tuvo justificación con Franco, una dictadura mucho más cruel que la nuestra, que hasta le hizo decir a los integristas portugueses: "Espanha, terra perigosa". El problema es que las izquierdas en Europa están casi desaparecidas. Por ejemplo, ¿qué hay en España con referencias intelectuales? Medianías. Están dejando solo al juez Garzón. Yo lo que veo son medianías.

sábado, 22 de noviembre de 2008

EDUARDO MEDINA MORA - Procuradir general de México.

ENTREVISTA: EDUARDO MEDINA MORA Procurador general de la República
"El crimen organizado estaba tocando a las puertas del Estado"
PABLO ORDAZ - México - 23/11/2008




No hace mucho, en un periódico mexicano apareció una viñeta en la que se veía al diablo muy preocupado, charlando con un colega sobre la situación de violencia que sufre el país.
"Durante décadas", venía a decir, "temimos que se colombianizara México, ahora lo que nos da miedo es que se mexicanice el infierno...". Así que la primera pregunta, la que aquí se hace hasta el demonio, es obvia.


Un cruzado contra el 'narco' en México
México
A FONDO
Capital: Ciudad de México. Gobierno: República Federal. Población: 109,955,400 (est. 2008)



"Hay policías en la frontera norte que fueron privatizados por el narcotráfico"

"Las organizaciones criminales disputan al Estado el derecho a usar la fuerza"

"Las investigaciones han llevado a mandos de la fiscalía y de la policía a la cárcel"

"En EE UU los narcotraficantes pueden comprar sus armas preferidas"
Pregunta. ¿Qué está pasando en México?

Respuesta. La situación actual responde a una evolución de dos fenómenos que, si bien no surgieron juntos, sí conviven de una manera un tanto perversa.
De una parte, este país nunca se planteó con suficiente seriedad la construcción de instituciones policiales y de procuración de justicia realmente transparentes. En el pasado tuvimos circunstancias de seguridad pública que se percibían mejores, pero eso no necesariamente respondía a una estructuración institucional pertinente. El modelo funcionaba para algunos ciudadanos, pero era un modelo de delincuencia administrada. El crimen organizado desde el poder. Y ese modelo fue liquidado en los ochenta, pero no se sustituyó por unas instituciones sólidas. No las tenemos. La principal característica del problema de seguridad es su debilidad institucional. Otro factor que ha contribuido es resultado del proceso de evolución política, de la desconcentración del poder. El Ejecutivo anterior era muy fuerte, basado en las atribuciones que la Constitución le da al presidente pero también en poderes metaconstitucionales. Y cuando el país entró en una circunstancia democrática más clara, muchos de esas reglas dejaron de funcionar. El poder se descentralizó. No siempre en un sentido virtuoso. Por ejemplo, México tiene una enorme fragmentación policial. Este Estado es federal, y cada ayuntamiento, cada municipio tiene la potestad constitucional de construir su fuerza pública. Hay más de 1.640 corporaciones policiales en el país.

P. Muchas de ellas infiltradas por el narcotráfico...

R. Hay policías en algunas zonas de la frontera norte que directamente fueron privatizadas por el narcotráfico
. El presidente Felipe Calderón ha dicho que las organizaciones criminales en algunas de esas zonas han disputado al Estado sus potestades básicas. El derecho exclusivo al uso legítimo de la fuerza. El derecho exclusivo de cobrar impuestos -básicamente con el fenómeno de extorsión- y en alguna ocasión el derecho exclusivo de dictar normas de carácter general. Esto se produjo porque, de forma paralela al debilitamiento del Estado, los cárteles mexicanos -que tradicionalmente tenían un papel de prestación de servicio a los colombianos, de porteadores de la droga- fueron adquiriendo más poder. Se beneficiaron de dos circunstancias. Por un lado, Estados Unidos consiguió cerrar la ruta del Caribe. Por otro, Colombia logró fragmentar y reducir el poder de los cárteles tradicionales -Pablo Escobar, los Ochoa, los Rodríguez Orihuela quedaron atrás-. Todo aquello le dio un enorme poder económico al narcotráfico en México, y como consecuencia un enorme poder corruptor y un enorme poder de intimidación. Por su parte, el Estado nunca le prestó suficiente atención a esta penetración lenta, paulatina pero muy potente en el marco institucional. Nunca valoró la capacidad del crimen para destruir instituciones, sobre todo al nivel local. Y ante este panorama -con una creciente confrontación entre las organizaciones y una enorme violencia- no tuvimos ninguna alternativa más que la de combatir sin cuartel a estos grupos.

P. Usted habla de la debilidad institucional. ¿Por qué el Estado no esperó a tener las armas necesarias? ¿Por qué se lanzó a esa guerra sin cuartel provocando la explosión de la violencia? ¿Era una cuestión tan urgente?

R. Era una cuestión absolutamente inaplazable.

P. ¿Por qué?

R. En primer lugar, la violencia ya estaba ahí. La violencia no comenzó con la Administración del presidente Calderón. La disputa de los territorios fue provocada porque el consumo de droga cambió en Estados Unidos. La demanda de cocaína bajó y subió la de estimulantes [metanfetaminas]. Los cárteles mexicanos empezaron a perder ingresos. Empezaron a no tener el suficiente dinero para sostener toda la infraestructura criminal que habían construido en todos estos años. Al ser el pastel más pequeño, se generó la lucha inicial, que luego se hizo más cruenta por otras circunstancias: alianzas precarias que se rompen, agravios y traiciones entre los mismos grupos.... El planteamiento del Gobierno no es terminar con el narcotráfico en la medida en que somos conscientes de que siempre habrá una demanda de sustancias ilícitas, sino quitarle a estas organizaciones el enorme poder de intimidación, el enorme poder de fuego que acumularon a lo largo de todos estos años y por consecuencia su capacidad de destruir instituciones y de secuestrar la tranquilidad de los ciudadanos.

P. Pero la sensación es justamente la contraria. Lo dice todo el mundo en la calle. Nunca México estuvo tan mal.

R. La percepción pública de la violencia responde primero a la manera en que ésta se presenta. Asesinatos, armas de alto poder, decapitaciones que potencian la percepción del fenómeno. No estoy desestimando el tamaño del problema, que es muy grave y así lo asumimos, pero sí hay que considerar que los niveles de violencia en el país comparado con otros países no son tan desfavorables. Hemos tenido este año un incremento muy significativo de los homicidios dolosos atribuibles a la delincuencia organizada, y que se potencia por la cobertura que los medios hacen. Porque la manera en que las organizaciones ejecutan su violencia también tiene un propósito mediático, también tiene un propósito de intimidación de la sociedad que es recogido por los medios. No es tanto el número, sino el esquema deliberado en el cual se realizan precisamente para que, recogidos por los medios, se potencie su aspecto intimidatorio. No nos comparamos tan mal con otros países. México tendrá este año alrededor de 12 asesinatos por cada 100.000 habitantes, Colombia va a llegar a 33 o 34, Guatemala o El Salvador, cerca de 50. La curva de la violencia se va a comportar como una curva de campana, todavía no hemos llegado al pico de máximo de violencia, y en la trayectoria descendente encontraremos también picos de violencia. En un futuro no demasiado lejano la violencia decrecerá.

P. ¿Hasta dónde había llegado para hacer tan urgente la lucha?

R. Las organizaciones de delincuencia organizada estaban tocando la puerta de las más importantes instituciones del Estado. Por eso tenía que darse una respuesta tan contundente, tan determinada. El principal error que sucedió en Colombia y nos han compartido como experiencia para no repetir, fue subestimar el poder corruptor del narcotráfico. Ciertamente, el narcotráfico ha tenido capacidad de infiltrar instituciones de seguridad y de procuración de justicia. Estamos realizando una investigación muy profunda que ha llevado a mandos muy importantes de la fiscalía y también de la policía federal a la cárcel. Hemos visto la capacidad del narcotráfico para lograr información anticipada de operaciones que se iban a realizar. Esto es lo que hemos llamado Operación Limpieza, apegada totalmente a derecho, en la que hemos podido judicializar casos en contra de mandos importantes. Y sobre esta base también separar de funciones a un número muy considerable de fiscales y de elementos. Aún tenemos pendiente el blindaje institucional para que la información no pueda salir

P. ¿Cómo se va a hacer?

R. En detalles muy concretos. Los computadores no deben tener USB o grabadores de discos compactos. No puede haber impresoras en papel y además hay que establecer alarmas de tal suerte que esta información no se disemine con la facilidad que nos hemos dado cuenta ahora que se hacía. El compromiso de la depuración es absoluto, y eso nos va a hacer más efectivos. El número de personas detenidas, el volumen de droga... Tengo aquí unos datos que demuestran nuestra eficacia. Del 1 de diciembre de 2006 en que tomó posesión el presidente Calderón hasta ahora, hemos confiscado 69,7 toneladas de cocaína. 3.655 toneladas de marihuana, alrededor de 40 toneladas de precursores químicos de la metanfetamina, 12.550 coches, 209 barcos, 315 aviones. También le hemos atacado al poder de fuego... Más de 27.000 armas, de las que 15.000 eran largas. Casi 2.000 granadas. Tres millones de municiones. Más armamentos de lo que se necesita para equipar a un Ejército. Hemos detenido a 38.247 personas. Líderes emblemáticos, 5; operadores financieros, 28; lugartenientes, 14; sicarios, 807; funcionarios públicos, 69... Se ha golpeado a todas y cada una de las organizaciones, sin excepción...

P. Pues aún así hay un 40% de la población, según las encuestas, que cree que la guerra se está perdiendo...

R. Los ciudadanos viven la conversación social, y la conversación social se construye no sólo en la vivencia cotidiana de cada uno, sino también en la versión que los medios dan del problema.

P. Hay otro 40% que estaría dispuesto a pactar con tal de que bajara el nivel de violencia.

R. No hay espacio para eso, en primer lugar porque eso es contrario a la ética política, a los valores democráticos, a los valores de respeto a la ley y a la Constitución. Y además en la dinámica en la que se ha entrado en términos de descomposición de las organizaciones, aunque tuviéramos la tentación no habría manera de llevarla a la práctica porque el deterioro y la fragmentación de las organizaciones hace imposible esto.

P. Aunque no haya sido parte de la estrategia, está en su agenda detener a los capos...

R. Lo está...

P. La gente se pregunta dónde están los narcotraficantes más famosos, el Chapo Guzmán...

R. Hay algunas figuras emblemáticas que son objetivo prioritario, pero no único de esta lucha. En los últimos 100 días se ha capturado a líderes muy importantes. Se han ido logrando estas capturas de figuras emblemáticas, pero lo que hace que la lucha sea exitosa será reducir la capacidad de ingresos y de capacidad de fuego, por eso el componente de armas es fundamental.

P. ¿Y de qué forma el éxito de esta lucha depende de EE UU?

R. El narcotráfico es un fenómeno transnacional. El mercado más importante del mundo es Estados Unidos, y México tiene 3.000 kilómetros de vecindad. EE UU tiene una legislación muy permisiva en materia de armas. Sus ciudadanos pueden adquirir legalmente las armas que deseen hasta de calibre 50. Un rifle, el barret, de calibre 50, es uno de los preferidos de los narcotraficantes mexicanos. Esa arma, que puede adquirir cualquier ciudadano, penetra blindaje, penetra paredes, ha llegado a alcanzar un objetivo a 2.400 metros de distancia. Sin duda en las cifras que le he dado de incautación de armas el abastecedor fundamental es Estados Unidos. Allí tienen alrededor de 107.000 establecimientos de ventas de armas. Algo más de 12.000 están en la frontera con México. Y precisamente son estos, los de la frontera, los que tienen como promedio de ventas anual el doble que el resto del territorio. Esto no puede ser casual, no puede ser accidental. La Constitución estadounidense en su segunda enmienda garantiza este derecho, y aunque a nosotros nos puede parecer absurdo que un ciudadano pueda comprar un [rifle] AK-47, un AR-15, o un barret 50, esa es la ley de la tierra.
P. Otra de las cuestiones de debate en México es si la policía sigue siendo operativa a pesar de las infiltraciones.

R. Sin duda. El tamaño y la capacidad institucional no se destruyó. El hecho de poder eliminar a estas personas no destruye a la institución. Son infiltrados, pero no hay colapso institucional en absoluto. Son las propias instituciones las que están ejecutando esta limpieza.

P. Pero hay casos en que la infiltración llegó muy alto -el ex jefe de la Interpol, el ex zar antidrogas-. Eso provoca una desconfianza creciente.


R. Yo creo que el efecto es el contrario. Cuando los ciudadanos miran que se afronta el problema, lo aplauden. Lo más grave en términos de confianza sería la negación, ignorar el problema. Los ciudadanos, y así lo estamos midiendo en nuestras encuestas, saben que estas acciones -difíciles, dolorosas, porque en algún caso era gente muy cercana a nosotros- están hechas con rigor y su efecto es que las instituciones salgan reforzadas.

P. ¿Se siente concernido por la sospecha generalizada hacia la clase política y, en especial, hacia los que como usted están en primera línea contra el narcotráfico?

R. Yo personalmente no tengo ninguna preocupación, nunca se me ha hecho ninguna imputación directa, porque no hay base para hacerla. No se me puede vincular con nada relacionado al crimen organizado.

P. ¿Cuándo se comenzará a ver la luz?

R. Se empieza a ver ya. El narcotráfico está perdiendo fuerza. En su caída están teniendo y tendrán reacciones de violencia inusitada. La situación de normalidad empezará a verse no muy lejos en el tiempo, aunque la batalla completa para ganar esta guerra sin duda es de largo plazo, y así lo planteó el presidente desde el primer día. Será una guerra larga, costosa, difícil. Pero la derrota es impensable porque es imposible. México tiene capacidad para derrotar al narcotráfico. No hay espacio para la derrota.

MARIO VARGAS LLOSA

REPORTAJE: EL RINCÓN
La verdad de las mentiras
JUAN CRUZ 24/05/2008






Mario Vargas Llosa escribe todas sus obras en las bibliotecas, rodeado de libros y tomando notas a bolígrafo



Ahora escribe una novela sobre Roger Casement, el irlandés del siglo XIX que luchó contra el colonialismo en el Congo y en Perú; tiene la mesa llena de libros que luego serán deglutidos para convertirse en materia de ficción o de verdad, no se sabe, la novela será lo que él mismo llama la verdad de las mentiras. Esos libros que Mario Vargas Llosa apila en una mesa limpia, la mesa de una biblioteca pública, constituyen ya una bibliografía completa, pero serán luego una línea; los necesita devorar, siempre fue así, desde cadete, y ahora además que se ha cortado el pelo casi como para la mili, parece un cadete, y un opositor.




Mario Vargas Llosa sigue siendo un alumno que a sus 72 años (que cumplió el 28 de marzo) se prepara como si fuera a clase. Obsesivamente. Ha trabajado en bibliotecas de todas las ciudades donde ha vivido, desde Lima a Madrid, pasando por aquella de la que sido más asiduo, la del Museo Británico, en Londres. Ésta en la que su hija Morgana le ha cazado (y le ha cazado: ahí no se tolera mucho que se hagan fotos) es la New York Public Library, la biblioteca de Nueva York, a la que va todos los días, de lunes a viernes, de once a cinco de la tarde. Juan Carlos Onetti (sobre el que acaba de escribir un libro: de nuevo, en una biblioteca) le dijo un día: "Vos estás casado con la literatura, yo la tengo de amante". Y es así, él está casado con Patricia, pero además con la literatura, es su obligación obsesiva, y se la sigue tomando como cuando escribía en el Jute, el bar en el que hizo en Madrid parte de La ciudad y los perros, mientras estudiaba. Con libros, con cuadernos chiquitos y con su letra ascendente, y con su bolígrafo, que durante años siempre ha sido el mismo. Este que tiene en la mano se le extravió un día, a principios del año 2000; lo dejó en manos de un arquitecto tinerfeño, Carlos A. Schwartz, que le había dedicado un libro suyo de fotos sobre Santa Cruz junto a una escultura de Henry Moore. En el avión hacia París, Vargas Llosa se dispuso a tomar notas y advirtió que ese bolígrafo estaba extraviado. No paró hasta que deshizo el rastro y Schwartz le mandó, por courier, el bolígrafo con el que aparece aquí, con la camisa abierta, pelado casi como un recluta, con sus gafas cortadas, sentado de lado como si le fueran a llamar para tomarle la lección. La gente lo ve como si estuviera escribiendo la enésima novela, pero él la aborda con el mismo espíritu con que se sentó a escribir la primera.