viernes, 12 de diciembre de 2008

ENCIERREN A LA BESTIA ( Y BAJEN DE LA CABEZA DE PORTAL AL MONO Y A LA GORILA LUCY.

PORTAL, UN GROTESCO DE ENEMIGO





Raúl Portal tiene cientos de presentaciones. Desde todas las ocurrencias de sus trabajos que demuestran imaginación y transgresión, hasta sus tarjetas personales donde se ríe de sus grotescos, miserias y hasta defectos. Hoy quisimos que pasara por esta ventana de internet para que nos dejara un pedacito del otro costado, del lado menos notorio, del que la gente quizás disfrute más, conociéndole el perfil que no trasciende.

-¿Sos o te hacés?

-Soy, por supuesto, yo no me hago. Fingir me cuesta bastante. Siempre fui, soy y seré, asumiendo y poniendo la cara y el pecho a las responsabilidades o a los riesgos.

-¿A la hora de elegir a tus rivales no te dio miedo enfrentar a muchos de los que otros ni se animan?

-Si estoy convencido de lo que pienso, hago y digo, no. Hay adversarios a los que puedo disfrutar, a otros los respeto y a otros no les doy treguas.

-¿Cómo elaborás esas clasificaciones de adversarios?

-A los que estafan a la gente en su necesidad o en su desesperación no les tengo piedad y los combato sin cuartel. Cuando lideraba la Fundación Machista Argentina, por ejemplo, disfrutaba enormemente que feministas y algunas mujeres salieran a confrontar conmigo porque después de todo los hombres necesitamos a las mujeres para que laven los platos, nos recuerden que somos seres superiores y que sin nosotros no pueden vivir...

-¿Qué tenés contra los agoreros, los manosantas y mentalistas?

-Los "curranderos" y los "manochantas" le sacan el dinero a los desesperados. Ellos no reparan el daño irreversible que pueden causarle a enfermos, desocupados y desencantados amorosos prometiéndole lo que ellos saben no pueden asegurar, y lo que es peor vendiéndoles historias que solo pueden hacer realidad la propia gente desde su fe, sin necesitar de nadie.

-¿Nunca tuviste miedo de las maldiciones y las macumbas que te pudieran destinar?


-Yo soy la mejor prueba viviente de que los embrujos, maldiciones y trabajos malignos no existen, porque después de todos los enemigos que coseché en estos rubros ya tendría que estar en el infierno hace mucho tiempo. Aquí me tenés, más sano que nunca, sin saber qué hacer con el éxito, asumiendo mi condición de "sex-simbol" irresistible y sin imaginar dónde meter la felicidad que me llega a cada instante.

-¿Tu amor por los animales es de siempre?

-No, debo reconocer que desaproveché 50 años de mi vida sin ellos. Desde los 5 años hasta los 55, no disfruté de la sabiduría, la ternura y el amor de los animales. Me arrepiento, de haber estado tanto tiempo afuera del mundo animal.

-¿Qué reflexión te merece el bulldog, que es la cara de nuestro rincón cibernético?

-El bulldog es un ser que logra amalgamar la fuerza, la potencia y la bravura con la ternura, la nobleza y la seguridad. La figura del bulldog reivindica a aquellos que están más allá de lo gordo, que no se acomplejan por sus arrugas, ni los asusta la condición de chuecos o retacones... Hubo un tiempo en que se le hizo mala fama, pero el bulldog devuelve con creces lo que recibe. Si le das amor te devuelve el doble de ese amor, si le entregás maltrato, resentimiento y rencor, también te devuelve el doble.



-¿Te acordás de tu primer libro?

-Sí, lo leí a los 4 años. Como buen descediente de franceses fue "El principito" y el segundo libro, "Tarzán de los monos", quizás de ahí me surgió a través de los años mi devoción por ese ancestro del ser humano.
-Si querés tanto a los monos, ¿por qué no te mostraste más con Darwin, el mono que popularizaste en "Notidormi"?

-Justamente porque Darwin en televisión fue un error mío que tiempo después evalué la consecuencia de la aberración ecológica que estaba cometiendo. Yo me paseé 2 años por todos los medios con un mono subido a la cabeza, y sin darme cuenta fomenté un mercado de caza de monos, que llegó a desequilibrar la supervivencia de estas especies en algunas regiones de nuestro país o territorios vecinos.

-¿Te lo hicieron ver o llegaste a esa conclusión sólo?

-Un poco de cada cosa. Los monos no son animales domésticos. Por cada mono que se vende, hay 20 que mueren por distintos motivos. Puede ser por desintegrar una familia, porque mueren de tristeza ante la pérdida de la libertad, por malos tratos o porque directamente no aceptan que los capturen y luchan hasta morir.

-¿Antes de los medios de comunicación que hiciste?

-De todo. Estudié ingeniería y no me salió. Me di el gusto de tocar el bongó con mi grupo de música, atendí boliches, puse un café concert, me jugué con una sala de teatro, fui empleado público, me recibí de bachiller... Tantas cosas.

-¿Cómo te metiste en los medios?

-Fue en el 68, en la Casa Rosada.
La sala de prensa era el lugar ideal para alguien que no tenía mucha experiencia como yo. Ahí aprendí y luego pasé al Ministerio del Interior... En el 70 empecé a colaborar en Radio Mitre, hice varios intentos en la televisión, hasta que en el 82 acertamos con "Semanario Insólito", un pionero de este periodismo con humor que vemos hoy en pantalla.

-¿No te trajo problemas con los gobiernos militares de la época?

-Ese periodismo con humor, o humor periodístico me significaron 30 sumarios y 72 descargos ante las autoridades de turno... Armaba cada batifondos, pero el tratamiento de los temas a través del absurdo fue mi mejor defensa.

-Si tenés que elegir, ¿con cúal de tus personajes te quedás?

-Con el Payaso Campanita y el Caco.


-¿Por qué?

-Porque Campanita desde la ternura reivindicó la validez del chiste tonto, la zoncera y la ingenuidad, muy bien asistido por su perro retonto Tristonio.
En cambio el Caco fue el creador del periodismo dramatizado, reproduciendo los episodios de violencia y aparecía rompiendo todo... Este personaje me significó estar amenazado por la guerrilla, que veía en el Caco a un represor, mientras por otro lado, un coronel interventor de ATC creía que el Caco era un subersivo... Jamás olvidaré aquel titular del diario La Nación que decía: "Encierren a la bestia", que era yo.

Sus tarjetas de presentación dicen, entre otras cosas: "Boludo profesional", "Ese pobre tipo", "Cualquier cosa veme"... en definitiva, Raúl Portal.

Luis Ventura

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