martes, 30 de diciembre de 2008

EULALIO FERRER

ENTREVISTA: DESAYUNO CON... EULALIO FERRER


"No es posible vivir con rencor en el corazón"
JUAN G. BEDOYA 30/12/2008



Cuesta imaginar a este hombre de 88 años, que rezuma sabiduría, libros y condecoraciones, cuesta verlo como el capitán más joven en la Guerra Civil, con apenas 19 años, y escapar al exilio con lo puesto, su paso por los campos de concentración, y una vida de rico empresario y escritor de éxito en México, hasta llegar a la Academia Mexicana de la Lengua.

Vuelve un par de veces al año a Santander, su ciudad natal, porque preside el Premio Menéndez Pelayo, del que es mecenas; acude al Instituto Cervantes, del que es patrón, y acaba de publicar la novela Háblame en español.






El empresario y mecenas afincado en México publica una novela a los 88 años
Como una travesura. Así cuenta Eulalio Ferrer la decisión de publicar esta su primera novela a los 88 años, después de 40 libros serios, como De la lucha de clases a la lucha de frases. El desayuno se prolonga dos horas, en un coqueto comedor, ante la mirada condescendiente de una camarera atenta a la conversación a cambio de no dar prisa. Ferrer perdió hace un año a su esposa, Rafaela Bohórquez, también exiliada. Fue un mazazo para su mala salud de hierro, poco a poco recuperada. Aún se le resiste el apetito.

Cuando Ferrer volvió a Santander desde el exilio, vivo todavía Franco, acudió de mañana al cementerio local para desparramar claveles en la campa donde los asesinos de la posguerra enterraban a sus víctimas como a animales, por miles. "¿Qué hace usted?", le increpó el vigilante. "Echo claveles sobre mi tumba". "¡Pero usted está vivo!". "Sí. Pero si no llego a irme, estaría enterrado aquí".


Le pido que rememore sus 16 años, como secretario de Propaganda de las Juventudes Socialistas
. Por aquello le vigilaba la policía 35 años después. Pero los secretas iban a quedarse pasmados. Por la tarde, Ferrer fue llamado al Gobierno Civil, no para ser torturado, sino para dar conversación al gobernador, informado de la biografía del visitante, y para recibir invitaciones al mejor palco del Festival Internacional de Santander.

A Eulalio Ferrer la vida le ha dado muchas satisfacciones. No pocas las atribuye a haber perdido una guerra. México, a sus 19 años, fue una liberación para él. El primer amor con sexo; la primera empresa -una revista que hacía de cabo a rabo: textos, publicidad, reparto, cobro-; el primer automóvil, que le costó el carné del PSOE -su padre le dijo: "Tú eres un burgués. No se te ocurra volver por el partido"-; y el orgullo de sus amigos, cuando ya era patrón de grandes empresas de comunicación y podía dedicarse a mecenas, "por el placer de compartir". "

A veces me preguntan cuánto he gastado en el Museo Iconográfico del Quijote, o en patrocinar premios, por ejemplo. Les digo: una casa en Nueva York, otra en París, otra en Madrid, y un yate en el puerto de Santander. No tengo eso, pero me siento bien pagado".


Pese a todo, Eulalio Ferrer es un superviviente. "El sobrevivir es el milagro de mi vida", dice. No hemos podido espantar de la mesa la tristeza. Le pesan los recuerdos: la huida con su familia hasta arribar a México, el terrible campo de Argelès-sur-Mer, y a Antonio Machado tiritando de frío junto a su madre, acurrucada sobre él. Sentados en un banco de la plaza de Banyuls, esperan a Pepe, el hermano del poeta, que les llevará al hotelito de Colliure donde morirán poco después. "Don Antonio iba sin abrigo y coloqué sobre sus hombros el mío, pese a necesitarlo tanto. Fue muy triste... Pero sé que no se puede vivir con rencor en el corazón", dice en voz baja.

viernes, 26 de diciembre de 2008

HAROLD PINTER

Muere la conciencia del teatro británico
Adiós a la mirada de un rebelde
El dramaturgo Harold Pinter, premio Nobel de Literatura 2005, fallece a los 78 años
MARCOS ORDÓÑEZ 26/12/2008




Después de Beckett, su maestro, Harold Pinter -fallecido el día de Nochebuena- ha sido el gran patrón de la dramaturgia contemporánea. Fue el padre espiritual de Mamet, de LaBute, de toda la generación de los In-Yer-Face, los nuevos airados británicos, desde Martin McDonagh hasta Conor McPherson (Escondidos en Brujas, la película sorpresa del verano, era pinteriana hasta la médula) pasando por la suicida Sarah Kane, a quien defendió cuando todo el mundo se rasgaba las vestiduras por Blasted, y su influencia es indiscutible en algunos de nuestros mejores autores, con Benet i Jornet y Llüisa Cunillé a la cabeza.

Pinter era un duro, un duro de Hackney.


Sobrevivió a los ataques de las bandas antijudías de su barrio de infancia, y al tribunal militar que le condenó por objetor en los durísimos años cincuenta, y a las modas, y a las etiquetas, y a los fascistas que, cada año y, sobre todo, a partir de su comprometidísimo discurso de aceptación del Nobel, en 2005 le acusaron de "izquierdista trasnochado".


Mutis por el fondo izquierda
Despedida a un amigo
Harold Pinter

A FONDO
Nacimiento: 10-10-1930 Lugar: (Londres)



Reino Unido
A FONDO
Capital: Londres. Gobierno: Monarquía Constitucional. Población: 60.943.912 (est. 2008)



Sobrevivió a quienes le acusaron de "izquierdista trasnochado"
El pasado 8 de mayo, con motivo de la reposición de The birthday party, su primera obra, en el Lyric Hammersmith de Londres (el mismo teatro y la misma fecha donde se estrenó 50 años antes), Pinter comentaba, sardónico, que todos los críticos de entonces, a excepción de Harold Hobson, "escribieron que aquel debut sería mi despedida". También erraron los médicos en 2001, al diagnosticarle un cáncer de esófago en fase terminal. Desde entonces hasta su muerte desarrolló una actividad sobrehumana, como escritor, director de escena, guionista (la adaptación de La huella, de Anthony Shaffer, para la secuela dirigida por Kenneth Branagh), activista político (empeñado en lograr la condena de Tony Blair como criminal de guerra) y también actor: protagonizó Apart from that, en BBC / TV, en 2005, y en octubre de 2006 volvió a subir a un escenario para interpretar, en el Royal Court, Krapp's last tape, el monólogo de Beckett, durante nueve funciones a teatro desbordado.

A diferencia de sus compañeros de generación, Pinter no ha dejado de estar presente, año tras año, en la cartelera anglosajona. En la última década he visto en Londres una o dos piezas suyas por temporada, estrenos y reposiciones, algunas dirigidas y protagonizadas por él (doble gozada) y siempre con gran éxito, desmintiendo el estúpido cliché de "autor minoritario" o "difícil".

Pocas veces he escuchado tantas carcajadas (y tantos silencios cargados de amenaza) como en No man's land (de nuevo, por cierto, éxito de la temporada en el Duke of York's del West End, con el inmenso Michael Gambon), ni he visto tantas lágrimas como en el despertar de Penelope Wilton en A kind of Alaska. Cuando le dieron el Nobel escribí en estas páginas: "Pinter no es simbólico. Ni absurdo. No necesita dramaturgias ni escenografías que expliquen el concepto. No es realista ni surrealista sino superrealista: su teatro es un concentrado extremo de realidad. Que incluye, naturalmente, los sueños y los deseos secretos y las realidades paralelas, y todo lo que no se dice, y lo que se dice para no decir lo que quiere decirse. Y el dolor, y el humor, un humor que suele ser lírico y feroz al mismo tiempo: el deadpan de los cómicos ingleses, que dejan caer sus frases como gotas de té en mitad de un incendio".

Como Bergman, igualmente acusado de difícil y plomizo, Pinter fue un vitalista radical que siempre se lio a puñetazos con la sombra para arrancarle todos sus velos, para hacer trizas todas sus máscaras. También llovieron sobre él los calificativos de amargo, frío o distante. Le recuerdo en la sala Beckett de Barcelona, en 1998, cuando Sanchis Sinisterra le dedicó un memorable Otoño Pinter. Vino también para apoyar el estreno en España de Ashes to ashes, con Stephen Rea y Lindsay Duncan, en el Mercat de les Flors, y la noche siguiente cayó por el local de Gràcia ("¡Pinter está aquí!") y subió al escenario, entusiasmado, para aplaudir a los intérpretes de Un ligero malestar. Y bebió durante la cena como un cosaco, y cantó blues con su vozarrón de barítono, y le tiró los tejos a Lina Lambert, la protagonista.

Muchos de los asistentes a aquellas funciones, y a los apasionados coloquios que siguieron, descubrirían, pues, a un Pinter cálido, próximo y riente. Lástima que no pudiera organizarse entonces un homenaje paralelo a su trayectoria cinematográfica ("He escrito 29 obras de teatro, pero también 24 guiones", decía, orgulloso) como el que en junio de 2006 le dedicó la BAFTA con una selección de sus mejores trabajos a cargo de su colega David Hare. Para algunos, Pinter era más conocido como el responsable del mejor cine de Losey (con Accidente, de 1966, y El mensajero, 1969, a la cabeza), y, sobre todo, el artífice de la espléndida adaptación de La mujer del teniente francés, la novela de John Fowles que Karel Reisz llevó a la pantalla en 1980 y que le valió una candidatura para los premios Oscar. De esos 24 guiones destacaría otras dos soberbias adaptaciones: The last tycoon, la novela póstuma de Scott Fitzgerald, que se convirtió (El último magnate) en el canto del ci(s)ne de Elia Kazan, y su personalísima versión de la Recherche de Proust, que no llegó a filmarse pero sí se puso en escena en el National de Londres, durante la temporada 2000-2001.

viernes, 12 de diciembre de 2008

ENCIERREN A LA BESTIA ( Y BAJEN DE LA CABEZA DE PORTAL AL MONO Y A LA GORILA LUCY.

PORTAL, UN GROTESCO DE ENEMIGO





Raúl Portal tiene cientos de presentaciones. Desde todas las ocurrencias de sus trabajos que demuestran imaginación y transgresión, hasta sus tarjetas personales donde se ríe de sus grotescos, miserias y hasta defectos. Hoy quisimos que pasara por esta ventana de internet para que nos dejara un pedacito del otro costado, del lado menos notorio, del que la gente quizás disfrute más, conociéndole el perfil que no trasciende.

-¿Sos o te hacés?

-Soy, por supuesto, yo no me hago. Fingir me cuesta bastante. Siempre fui, soy y seré, asumiendo y poniendo la cara y el pecho a las responsabilidades o a los riesgos.

-¿A la hora de elegir a tus rivales no te dio miedo enfrentar a muchos de los que otros ni se animan?

-Si estoy convencido de lo que pienso, hago y digo, no. Hay adversarios a los que puedo disfrutar, a otros los respeto y a otros no les doy treguas.

-¿Cómo elaborás esas clasificaciones de adversarios?

-A los que estafan a la gente en su necesidad o en su desesperación no les tengo piedad y los combato sin cuartel. Cuando lideraba la Fundación Machista Argentina, por ejemplo, disfrutaba enormemente que feministas y algunas mujeres salieran a confrontar conmigo porque después de todo los hombres necesitamos a las mujeres para que laven los platos, nos recuerden que somos seres superiores y que sin nosotros no pueden vivir...

-¿Qué tenés contra los agoreros, los manosantas y mentalistas?

-Los "curranderos" y los "manochantas" le sacan el dinero a los desesperados. Ellos no reparan el daño irreversible que pueden causarle a enfermos, desocupados y desencantados amorosos prometiéndole lo que ellos saben no pueden asegurar, y lo que es peor vendiéndoles historias que solo pueden hacer realidad la propia gente desde su fe, sin necesitar de nadie.

-¿Nunca tuviste miedo de las maldiciones y las macumbas que te pudieran destinar?


-Yo soy la mejor prueba viviente de que los embrujos, maldiciones y trabajos malignos no existen, porque después de todos los enemigos que coseché en estos rubros ya tendría que estar en el infierno hace mucho tiempo. Aquí me tenés, más sano que nunca, sin saber qué hacer con el éxito, asumiendo mi condición de "sex-simbol" irresistible y sin imaginar dónde meter la felicidad que me llega a cada instante.

-¿Tu amor por los animales es de siempre?

-No, debo reconocer que desaproveché 50 años de mi vida sin ellos. Desde los 5 años hasta los 55, no disfruté de la sabiduría, la ternura y el amor de los animales. Me arrepiento, de haber estado tanto tiempo afuera del mundo animal.

-¿Qué reflexión te merece el bulldog, que es la cara de nuestro rincón cibernético?

-El bulldog es un ser que logra amalgamar la fuerza, la potencia y la bravura con la ternura, la nobleza y la seguridad. La figura del bulldog reivindica a aquellos que están más allá de lo gordo, que no se acomplejan por sus arrugas, ni los asusta la condición de chuecos o retacones... Hubo un tiempo en que se le hizo mala fama, pero el bulldog devuelve con creces lo que recibe. Si le das amor te devuelve el doble de ese amor, si le entregás maltrato, resentimiento y rencor, también te devuelve el doble.



-¿Te acordás de tu primer libro?

-Sí, lo leí a los 4 años. Como buen descediente de franceses fue "El principito" y el segundo libro, "Tarzán de los monos", quizás de ahí me surgió a través de los años mi devoción por ese ancestro del ser humano.
-Si querés tanto a los monos, ¿por qué no te mostraste más con Darwin, el mono que popularizaste en "Notidormi"?

-Justamente porque Darwin en televisión fue un error mío que tiempo después evalué la consecuencia de la aberración ecológica que estaba cometiendo. Yo me paseé 2 años por todos los medios con un mono subido a la cabeza, y sin darme cuenta fomenté un mercado de caza de monos, que llegó a desequilibrar la supervivencia de estas especies en algunas regiones de nuestro país o territorios vecinos.

-¿Te lo hicieron ver o llegaste a esa conclusión sólo?

-Un poco de cada cosa. Los monos no son animales domésticos. Por cada mono que se vende, hay 20 que mueren por distintos motivos. Puede ser por desintegrar una familia, porque mueren de tristeza ante la pérdida de la libertad, por malos tratos o porque directamente no aceptan que los capturen y luchan hasta morir.

-¿Antes de los medios de comunicación que hiciste?

-De todo. Estudié ingeniería y no me salió. Me di el gusto de tocar el bongó con mi grupo de música, atendí boliches, puse un café concert, me jugué con una sala de teatro, fui empleado público, me recibí de bachiller... Tantas cosas.

-¿Cómo te metiste en los medios?

-Fue en el 68, en la Casa Rosada.
La sala de prensa era el lugar ideal para alguien que no tenía mucha experiencia como yo. Ahí aprendí y luego pasé al Ministerio del Interior... En el 70 empecé a colaborar en Radio Mitre, hice varios intentos en la televisión, hasta que en el 82 acertamos con "Semanario Insólito", un pionero de este periodismo con humor que vemos hoy en pantalla.

-¿No te trajo problemas con los gobiernos militares de la época?

-Ese periodismo con humor, o humor periodístico me significaron 30 sumarios y 72 descargos ante las autoridades de turno... Armaba cada batifondos, pero el tratamiento de los temas a través del absurdo fue mi mejor defensa.

-Si tenés que elegir, ¿con cúal de tus personajes te quedás?

-Con el Payaso Campanita y el Caco.


-¿Por qué?

-Porque Campanita desde la ternura reivindicó la validez del chiste tonto, la zoncera y la ingenuidad, muy bien asistido por su perro retonto Tristonio.
En cambio el Caco fue el creador del periodismo dramatizado, reproduciendo los episodios de violencia y aparecía rompiendo todo... Este personaje me significó estar amenazado por la guerrilla, que veía en el Caco a un represor, mientras por otro lado, un coronel interventor de ATC creía que el Caco era un subersivo... Jamás olvidaré aquel titular del diario La Nación que decía: "Encierren a la bestia", que era yo.

Sus tarjetas de presentación dicen, entre otras cosas: "Boludo profesional", "Ese pobre tipo", "Cualquier cosa veme"... en definitiva, Raúl Portal.

Luis Ventura

sábado, 6 de diciembre de 2008

grupo cero >(Poesía y Psicoanálisis)

1974- BUENOS AIRES


EDITORIAL REVISTA «GRUPO CERO» N.º 0

1. ¿El psicoanálisis tarde o temprano recurre a la poesía?
Para la poesía no fue necesario.

2. ¿El psicoanálisis en su práctica supone un contrato con la cultura?
La poesía siempre es un acto contracultural, se acerca a la naturaleza, tiene que ver con el hombre.

3. ¿Al psicoanalista se le exige dedicación?
Al poeta se le exige dedicación y talento.

4. ¿Palabras que tarde o temprano reconstruirán una imagen primitiva?
Palabras que tarde o temprano construirán una nueva imagen.

5. ¿Experiencia en donde a nadie se le rompe definitivamente el corazón?
Si todo está destruido cuando se comienza, no caben dudas, la posibilidad es poética.

6. ¿Entre la psicosis y la poesía existe un abismo?
Para la poesía el mito es su entretenimiento y no su destino.

7. ¿El psicoanálisis permite optar?
La poesía no da alternativas.

8. ¿Un buen psicoanalista tarde o temprano gana el dinero suficiente como para pervertir su bondad?
Los buenos poetas no existen; la condición esencial para el ejercicio poético es la crueldad.

9. ¿Al psicoanalista se le pide siempre lo mismo, represión?
Cuando la poesía estalla en mí, lo reconozco, soy un placer infinito.

10. ¿El psicoanalista tiene salvación?
La poesía sabe de su esclavitud. La salvación no tiene sentido.

EL CLUB DUMAS.

ENTREVISTA: LIBROS - Entrevista Arturo Pérez-Reverte
"El libro que no te lleva a otro es estéril, fallido"



GUILLERMO ALTARES 06/12/2008


Cuando se publicó El club Dumas hace 15 años, la crítica local lo ignoró, pero miles de lectores se sintieron atrapados y se contagiaron unos a otros. Ahora, esta novela, con la que Pérez-Reverte abrió un nuevo camino en la literatura española, se reedita en un volumen especial. "Escribo porque me divierte: si fuese infeliz escribiendo, no lo haría", afirma el autor

Mi imaginación enfrentada a la realidad se parece a un hombre que, visitando las ruinas de un monumento destruido, tiene que pasar por los escombros, seguir los pasadizos, agacharse en las poternas, para reconstruir más o menos el aspecto original del edificio en la época que estaba lleno de vida, cuando la alegría lo llenaba de cantos y risas o cuando el dolor era un eco para los sollozos".

Esta cita de Alejandro Dumas puede servir para resumir la voluntad creadora de Arturo Pérez-Reverte (Cartagena, 1951) y no es una casualidad que aparezca en su novela más significativa, El club Dumas, publicada hace 15 años y de la que Alfaguara acaba de sacar una nueva edición. Es tal vez el libro más emblemático de Pérez-Reverte, académico de la Lengua y uno de los autores españoles más leídos en todo el mundo, porque le convirtió en un escritor profesional y cimentó su ambición literaria, porque encontró a millones de lectores (y no sólo en España, sino también en Francia, Reino Unido, Italia o EE UU). Pero, también, porque abrió un nuevo camino en la literatura española. Visto tres lustros después, es imposible concebir el cambio de registro de muchos narradores en España sin tener El club Dumas en el horizonte.


Arturo Pérez-reverte

A FONDO
Nacimiento: 24-11-1951 Lugar: (Cartagena)






"Una modernidad huérfana de la gran literatura está condenada. Hay que mantener el vínculo que une a esos autores con el lector del siglo XXI"


PREGUNTA. ¿Cree que, en gran medida, El club Dumas supuso una revolución en la novela española porque en ese momento nadie trabajaba este género?

RESPUESTA. Yo escribo este libro cuando este tipo de literatura, la novela cultural europea, no estaba todavía en el mercado, sólo existía El nombre de la rosa. Cuando escribo La tabla de Flandes, después de El húsar y El maestro de esgrima, me enfrento a mi primera novela con ambición de escritor, lo otro habían sido divertimentos. Es ignorada por la crítica del momento, pero fuera, en el extranjero, funcionó muy bien, y descubro que lo que gusta es eso. Y en la primera guerra del Golfo leo El nombre de la rosa, de Umberto Eco, y me doy cuenta de que si un ensayista como él va por ahí es que no puedo estar tan desencaminado, que este tipo de literatura es tan válida como cualquier otra. Eco me reconforta. La vieja Europa tiene un caudal cultural, el libro, la biblioteca, que es un material estupendo para trabajar con él. Se puede hacer un libro que alcance un éxito de ventas sin tener que imitar a los americanos de entonces, a Ken Follett o a Irving Wallace.

Europa tiene su propio caudal y me propongo hacer una novela que tenga que ver con la vieja Europa, con los libros, con nosotros, una novela con vocación de lectores, de best seller en el sentido noble del término, pero que al mismo tiempo maneje los ingredientes del mundo que me gusta y en el que estoy a gusto. No tengo que irme a Nueva York para hacer una novela que se lea: quería escribirla aquí. Pero no se hacía, no existía ese tipo de literatura. La respuesta es extraordinaria y la crítica estadounidense sí me adopta. El club Dumas es la novela que me hace cruzar la barrera de las grandes ventas y que me sitúa como novelista internacional.

Eso abre una puerta a un montón de cosas que antes no se hacían. Tengo la satisfacción de haber tenido razón en un momento en el que toda la crítica te decía que tenías que escribir lo contrario, novela intimista, sin acción, sin personajes, novela del yo... Cuando miras las revistas de la época, te das cuenta de que las novelas recomendadas por la crítica son pasajeras, planas y han muerto con el tiempo. Los lectores, que estaban huérfanos porque querían historias pero no las tenían, de pronto encuentran un tipo de novela que encaja.

P. ¿De dónde vienen los prejuicios hacia la literatura llamada popular cuando sin la novela popular del siglo XIX no se puede entender la literatura contemporánea?

R. A la gente que tiene en esos momentos el control académico de la literatura no le importa la literatura clásica, no la ha leído. Los nombres son Cortázar, Faulkner, Benet, Ferlosio... Me encuentro con enormes lagunas. Estamos hablando de finales de los setenta y ochenta... Es una crítica que desprecia la gran novela con la que se hace la novela, la del XIX. Fomentan la consolidación de unos novelistas que no necesitan leer a Balzac, a Tolstói, para escribir. Respaldan a una generación de narradores a los que les falta un elemento esencial de la novela. Cualquier novelista occidental necesita clásicos griegos y latinos, si es español, el Siglo de Oro, como herramienta y, en cuanto a visión del mundo, la gran novela del XIX y principios del siglo XX. Sin eso no se puede ser novelista. Y la literatura española acaba en una especie de callejón estrecho, aburrido, del que el lector deserta. Cuando los lectores encuentran a un novelista que está contando las historias de siempre pero adaptadas a un mundo actual, se vuelcan.

P. ¿Qué es un best seller?

R. John Le Carré es un best seller y alguien se atreve a decir que El honorable colegial o El topo son novelas de entretenimiento. Por eso es una palabra tan peligrosa. Pero se ha convertido en una etiqueta peyorativa. A mí nunca me molestó que me digan best seller, pero si me dicen: usted es un best seller como Follett, entonces sí me cabreo.

P. Pero el primero de sus libros que comienza a venderse mucho no es El club Dumas sino La tabla de Flandes. ¿Es cierto que estaba usted en la guerra del Golfo y le llamó su editora desde Madrid para decirle que se había convertido en un éxito?

R. Eso tuvo gracia. En aquella época vivía en una especie de esquizofrenia, aunque tuvo una ventaja: yo tenía mi vida profesional hecha, era un reportero, mis ambiciones de popularidad estaban cubiertas.

Yo no voy a la literatura para hacerme un nombre, ni para ganar dinero, hago la literatura que me apetece, la que hace sentirme bien, la que, entre viaje y viaje, me hace oxigenarme, leer, pensar en otras cosas.

Siempre he estado fuera del núcleo del mundo literario, pero eso me perjudica porque, para los que en ese momento viven en ese mundo, soy un intruso. La parte positiva es que al no estar contaminado, al no depender de los suplementos literarios, al tener lectores pese a las críticas negativas o inexistentes, comprendo que puedo ser un novelista profesional al margen del mundo literario.

P. Pese a que tenía un medio de vida ajeno a los libros cuando comenzó a escribir, sus obras están marcadas por esa literatura mercenaria del XIX

...

R. Eso es útil, es digno y es divertido. Si yo a quien admiro es a los grandes novelistas del XIX, a esos galeotes del tintero y de la pluma, desde Dumas hasta Dostoievski, y esos autores tenían un modo de vida honorable, con un punto mercenario, pero he conocido a muchos mercenarios honorables a lo largo de mi vida, también mi literatura es un homenaje a esos libros y mis novelas están llenas de referencias a ese tipo de novelistas que me han hecho inmensamente feliz y me lo siguen haciendo. Yo también hago bandera pública de ese concepto de la literatura profesional, práctica, de lectores, de crear mundos y ponerlos en circulación, y cuanta más gente participe de ellos, mejor, esa literatura sin complejos, hecha para lectores. Y me funciona. Para mi sorpresa, esta novela sale después de La tabla de Flandes y me doy cuenta de que funciona, y la compran en todo el mundo.

P. ¿Cree usted que esta novela abrió la puerta al tipo de novela española que en los últimos años ha alcanzado un gran éxito?

R. Tampoco podemos olvidar que en esa época hay novelistas que no han tragado con el concepto que imperaba entre la crítica. No soy un pionero, me limito a seguir la huella, abriéndole a lo mejor puertas laterales, de gente como Mendoza, como Marsé, como Vázquez Montalbán, que no han renegado en absoluto de ese tipo de literatura. Sigo a mis mayores y procuro ensanchar ese territorio, que es lo que tiene que tratar de hacer cualquier escritor.

P. ¿Podemos decir que es también su primera gran novela de investigación?

R. No, es la primera vez que hago una investigación extraordinariamente compleja, pero cuando escribo El húsar investigo todo lo que son tácticas de caballería, uniformes; cuando escribo El maestro de esgrima me empollo el Madrid galdosiano, y cuando escribo La tabla de Flandes me meto en el arte flamenco.

Lo que sí es cierto es que este libro es mi primera novela ambiciosa, compleja, con voces narrativas que van cambiando, llena de trampas, de trucos, en esta novela decido meter todo cuanto sé, todo cuanto he aprendido de trucos nobles del oficio, desde Dumas hasta Eco. En ese sentido sí es ambiciosa. Para escribirla, hablé con restauradores, con falsificadores, con bibliófilos, como hago todavía ahora. Una novela es un trabajo muy duro, que se prolonga durante años. Y ese trabajo debe ser divertido, porque si no es una agonía. Yo escribo porque me divierte: si fuese infeliz escribiendo, no lo haría. El club Dumas es una fuente de diversión: estuve dos años feliz, entre bibliófilos y libros antiguos, viajando a París, a Florencia, a Roma, hablando con los expertos, aprendiendo cosas que no sabía, dándole vueltas a cosas que ya sabía. La palabra diversión es fundamental.

Hubo un momento en que se decía que la literatura que divierte no es literatura, que un libro ameno no puede ser bueno; yo creo que un libro puede ser complejo, culto, con personajes densos y al mismo tiempo muy divertido.

P. ¿Éste es el libro que le convierte en un escritor profesional, no de cara al público, sino de cara a sí mismo?

R. Es la primera vez que me siento escritor profesional. Hasta entonces era un reportero, un periodista, que en mis ratos libres escribía. Y me iba bien. Yo no pensaba terminar como novelista, pero ésta es la primera vez que me di cuenta de que la literatura puede ser una alternativa digna, seria, honorable y económicamente rentable a una vida dura, azarosa y de incierta jubilación.

P. ¿Al igual que la gran novela del XIX no puede entenderse sin la revolución industrial, cree que los cambios tecnológicos que estamos viviendo tendrán su repercusión en la literatura?


R. Todo puede ser interesante, siempre y cuando no sea huérfano. Lo malo es la orfandad, no la modernidad. Tú no puedes contarle historias como Henry James a un lector de ahora, pero tampoco puedes renegar de James, Dickens, Balzac o Cervantes, ni de Homero. Lo que hay que hacer es mantener el vínculo que une a esos autores con el lector del siglo XXI, ahí está el talento narrativo de cada cual. Una modernidad huérfana, sin vínculo con la gran literatura, está condenada a extinguirse. El talento de los escritores del futuro será ser capaces de traerles a Eurípides, a Dante, a Stendhal, a Dickens, a Agatha Christie y que funcionen para el lector moderno, eso es la gran literatura y es lo que he tratado de hacer para mi generación. Un día me quedaré atrás: nadie evoluciona permanentemente. Y no pasa nada: yo habré hecho mi modesta parte del camino.

P. Usted dijo en una lejana entrevista: "Mi punto de referencia, mi patria, lo que me recuerda a la infancia, es, sin lugar a dudas, Los tres mosqueteros". ¿Sigue siendo su libro?

>R. Sin duda. Para mí, el libro que me hace es Los tres mosqueteros. Azares de familia: en mi casa era un libro que por tradición se leía, teníamos una especie de trivial: ¿cómo se llamaba el espadachín que pelea con Athos detrás de las Carmelitas? ¿Cómo se llamaba el hijo de Milady?
Es el libro que más veces he leído. Después leo otros, pero el territorio que esa novela me allana es muy amplio, muy generoso: Los tres mosqueteros me lleva a El Conde de Montecristo, que me lleva a la venganza, la cárcel, la prisión, que me lleva a Fabricio del Dongo en La Cartuja de Parma, que me lleva a Rojo y negro y luego a Madame Bovary. El libro que no te lleva a otro libro es un libro estéril, fallido para el lector. La influencia de Dumas es que es un libro de libros, una llave de puertas. Todavía hoy estoy viviendo de las rentas lectoras de los libros a los que he llegado.
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El club Dumas. Arturo Pérez-Reverte. Alfaguara. Madrid, 2008. 528 páginas. 22 euros.

lunes, 1 de diciembre de 2008

JUAN RULFO

Datos: Juan Rulfo decía que...

Que la mejor literatura de América latina se estaba escribiendo en el Río de la Plata.

Que casi no leía poesía. Narrativa sí, pero nada le producía tanto placer como los viejos libros de los cronistas de Indias y los viajeros.

Que su trabajo en el Instituto Nacional Indigenista de México le devoraba todo su tiempo.


Que quemó una novela que había escrito. La Cordillera, porque después de terminada ya no le gustaba más.


Que tenía un libro de cuentos terminado, "pero para publicarlo necesito revisarlo y para revisarlo necesito tiempo".

Que para tener tiempo necesitaba una licencia, y la licencia tendría que pedírsela a unos médicos. "Pero yo no puedo ir a ver a los médicos y decirles; `estoy cansado`, y: "Me siento muy triste´, porque por esas cosas no dan licencia los médicos".

Que no, que los médicos no conocen su obra, porque son muy ignorantes: "Sólo saben de lo suyo y no leen nada. Este es mi problema ahora. Que mi mejor amigo es un urólogo. Y yo no sufro de los riñones. Yo sufro del páncreas. Además, la urología no me interesa nada. Entonces, ¿de qué puedo yo conversar con mi mejor amigo?".

Que sus libros, Pedro Páramo y El Llano en llamas, se había traducido a todos los idiomas menos al chino.

Que en la edición española de "Planeta", le habían cambiado sin autorización trecientas palabras. Algunas por malas palabras, otras porque en España no se entendían.

DEL BLOG DE NOTICIAS GRAN CANARIA -

Heliodoro Rodriguez, cantautor


Entrevista a Helio Rodríguez, cantautor
Por José Luis Sandoval


De Heliodoro Rodriguez solamente he escuchado un trabajo discográfico ("Más solo que la una") que me regaló un amigo en común y, sinceramente, mi sorpresa fue bastante grata por la diversidad musical que en él se puede encontrar. Descubrí una perfecta simbiosis de varios estilos musicales: jazz, un algo de tropicalismo, un guiño a la musica de su tierra canaria... ¿Tienes algún CD más en el mercado? ¿Una primicia de un nuevo proyecto?


En relación al disco, Jose Luís, es un trabajo en el que plasmé influencias de varios estilos que hasta ese momento había buscado, la fusión con la bossa, el son, el jazz... están presente en todos mi trabajos, aún así, soy honesto, no me quedé nada satisfecho con ese disco. Pasé una época muy dura en ese momento y se refleja en el brillo y proyección de la voz, además, el trabajo de mezclas y sonido tampoco me gustó.
Es una experiencia buena para aprender para otras ocasiones, hoy día, las pocas copias que me quedan las regalo.
Actualmente estoy haciendo grabaciones de conciertos y quedándome con nuevas copias. Tengo en mente hacer una grabación -maqueta- con 5 o 6 canciones para venderlas en los conciertos ya que me la están pidiendo mucho.

He leído por ahí que te influyó tanto Silvio Rodríguez en tus prístinos comienzos que te llegó a "enfermar" de saturación, ¿en la actualidad te imbuye algún género de música o estás en el equilibrio idóneo?

Sí, Silvio me saturó muchísimo. Es y ha sido un maestro. A todos los cantautores La Nueva Trova Cubana con Silvio y Pablo a la cabeza, han sido determinantes, pero tuve que dejarlo de escuchar ya que mis canciones eran demasiado "Asilviadas". Luego tuve otra influencia muy fuerte en mi vida, Caetano Veloso, lo admiro. He seguido adelante con más grandes músicos brasileños como Jobim, Lenine, el gran Joao Bosco, Gilberto Gil... infinidad.

Si llego a tener el equilibrio perfecto en la música, creo que ese día deja de latir mi corazón y dejo de componer, el equilibrio en la música es difícil de encontrar, necesitamos emociones, sentirnos vivos, tener crisis, para poder componer. El equilibrio es el desequilibrio y el equilibrio. Cómo se vacía y se llena el vaso, las presas, los barrancos. La crisis y la catarsis. El equilibrio perfecto es la alternancia con el caos. El cosmos y el caos, es lo que ayuda a un músico a vivir, el que no lo sienta así, hará canciones como trabajos de textos de libros.

¿Qué definición sería la correcta: cantautor o música de autor?

Las dos definiciones entiendo que son correctas, el cantautor es un tipo o tipa que canta sus propias canciones, la música de autor, sería, quizás, el resultado, las canciones, pero en fin, son la misma cosa.

Has ofrecido muchos conciertos en Gran Canaria y en la isla hermana de Tenerife; pero, ¿has pensado alguna vez "cruzar el charco" ?

Sí, claro, pero si me pagan el pasaje y el caché, aún mejor. Tocar en Madrid es difícil según los locales, he visto a algunos amigos allá con buena acogida. Yo creo que mi propuesta musical podría calar bien aunque el canario muchas veces va con el complejo de "toqué en Madrid", "Toqué en Libertad 8", cuando uno de Madrid podria decir: "Toqué en Cuasquías", "Toqué en el Ars Vivendi" "Toqué en el Esdrújulo" al venir para acá. Muchos artistas latinos han tenido claro que la puerta para llegar a Madrid es Canarias, aquí tenemos la dificultad de que para llegar a Canarias, hace falta Madrid. Es una realidad que pasa al no recibir el suficiente apoyo de las instituciones que importan mucha música de afuera, de las radio fórmulas, todo esto hace que el trabajo de la música de autor tenga mayores dificultades para trabajar. En definitiva, el cantautor no puede vivir de la música aquí en Canarias. Salvo excepciones, es lo que está pasando. Nos vemos buscándonos la vida para hacer grabaciones financiándolas nosotros desde el Colectivo de Cantautores: www.cantautorescanarios.com con el resultado de dos discos, en este momento el segundo de ellos financiado con nuestros bolsillos.

¿Te molestaría que descargaran tu música de archivos p2p, el Emule, por ejemplo?

En este momento colgué dos canciones mías en el Emule, cualquiera se las puede descargar. ¿Molestarme? No. La industria de la música se está reinventando, comprar discos se está quedando desfasado. Mira, sólo "físicamente" en un cd que compras en formato de audio en el que vienen las canciones, sólo caben como 14 o 16 pero en formato Mp3, caben cientos de canciones. Pagamos una barbaridad por un soporte físco, el cd, en relación a la capacidad de almacenar, aún más por el indignante cannon en un trabajo discográfico y ese dinero se lo llevan los intermediarios, o buena parte de él.

¿Cuál es la alternativa "por suerte"? Que cada vez hay más directos y los discos sí se venden después de un concierto y de un buen trabajo debido a que la gente quiere tener en su casa lo que ha disfrutado en un directo y casi como agradecimiento, en correspondencia a cómo disfrutaron, compran un trabajo que no tiene porqué estar a 18 euros.

El emule puede promocionar artistas, más que hacer que se vendan menos discos. Repito, la industria de la música, como tal, está perdida, ya no pueden hacer nada ante el sistema de compartir archivos. Yo te presto mi cd a ti, tú a otro, o a 100 personas más. De siempre se ha hecho, ahora, se hace más y más rápido.

Espero que las canciones que colgué en el Emule sirvan para que cada vez más personas vean mi trabajo y que al final, redunde en que yo acceda a vivir de esto.
Fíjate, las personas que se descarguen mis canciones desde el Emule tienen que pagar un cannon por algo que yo doy gratis. Se presupone el delito y nos hacen pagar por ello. Es como pagar la multa por conducir mal un coche sin que nunca hubieses producido infracción alguna, sólo porque como conduces, podrías tenerla.O pagar un cannon por folios en blanco porque puedas imprimir libros. Es indignante.

¿Los políticos creen más en la basura que en la cultura?

La clase política tiene un defecto en sí misma, son una "clase" que está alejada de la "clase" social "normal". Es más difícil que un político tenga empatía real con los problemas reales de la sociedad cuando su estatus económico está muy por encima.

La clase política tiene mayor acceso a la cultura debido a que, simplemente, ganan mucho dinero. Uno tiene que rogar para ganar 500 euros por un concierto de una hora en una institución como Ayuntamientos o Cabildos, fíjate que en un concierto de cantautor trabajan cantidad de personas: El técnico de sonido, el de luces, el que coloca las sillas, el concejal que trabaja para organizarlo todo... Mira la cantidad de trabajo que se fomenta con sólo un acto de calidad. Si se acostumbra la gente a la música de las radio fórmulas (Con todos mis respetos para los que les guste o trabajen de ello) el resto de propuestas musicales tienen mayores dificultades para hacerse un hueco.

Los políticos quizás se dedican más a defenderse y atacar que a sacar las necesidades de la población adelante. No todos los políticos son iguales y los hay muy buenos en todos los partidos.

¿Cómo era el paisaje de la infancia de Heliodoro?

Fue maravillosa, entre Las Palmas y Agaete, en Las Palmas, la Avenida Marítima y el maravilloso olor a mar y aceite de barco. En Agaete, el barranco, la playa, las montañas... el Bar Medina de mi abuelo, mis extrañas soledades, mis más extrañas compañías, el cine los sábados por la noche con los amigos, la plaza, la iglesia, las reprimendas de mis padres. Fue una infancia bastante curiosa, bastante de ella la cuento en las historias que defino como "meta realidad" en mi blog: www.heliodoro.wordpress.com.

¿Te sientes candidato para participar en una edición del WOMAD Las Palmas?

Si te soy sincero esa es mi ilusión oculta pero aún no estoy preparado aunque en dos años, sí. Arropado con una buena banda de músicos y con unos temas en los que actualmente estoy trabajando, donde fusiono muy mucho todos mis conocimientos musicales y ahondando en una nueva forma de entender la música y tocar la guitarra. Un libro que me ha influenciado mucho es: "El Tao Del Jeet Kune Do" de Bruce Lee, lo cual es más extenso de explicar. Actualmente, además, estoy trabajando en una nueva forma de tocar la guitarra, muy rítmica, una sonoridad diferente. La guitarra, mi forma de componer, de tocar, es también una forma de encontrarme conmigo mismo. Casi un autismo provocado por la secuencia de acordes.
Una vez tenga completo este trayecto musical, y lo estoy alcanzando, me vería capacitado para tocar WOMAD Canarias.

Según Analytics Google este blog es bastante leído en toda hispanoamérica, con una media de 5.500 visitas diarias de paises de habla hispana, ¿cómo les definirias tú la música que haces?

Como un atrevimiento, una fusión un entendimiento diferente de la vida. No es metafísica ni es espiritualidad, es trabajar la técnica y olvidar la técnica. Cantar y tocar desde un punto de vista muy personal. Se puede definir, sin duda, como fusión de culturas. Lo cual es el futuro de la sociedad actual. La fusión de las culturas, razas y entendimientos.

¿Y cómo definirías a Helio Rodríguez como persona?

Es difícil, aunque me gusta verme como un hombre que siempre va hacia adelante, luchando por estar cada vez mejor, por hacer lo que quiere.... Sí que es difícil definirme... Mi novia dice que soy un "lindo" quizás con esa definición me quedo.

Muchas Gracias, Helio, por compartir un ratito de tu tiempo con nosotros y dejarnos conocer un poquito más de tu trabajo musical y a ti como ser humano.

Te agradezco mucho Jose Luis por tener un huequito en tu blog y entrevistarme.
También invito a quien te lea a que visite mi blog: www.heliodoro.worpdress.com donde hago narrativa y poesía.
Un fuerte abrazo a ti y tus lectores: Helio Rodríguez